
¿Qué pasará con el FTSE 100 y el GBPUSD tras el recorte del Banco de Inglaterra?
El mercado británico se encuentra en un momento delicado, y el foco está claramente puesto en el Banco de Inglaterra. Todo indica que el comité de política monetaria recortará los tipos de interés en 25 puntos básicos, hasta el 4 %, en un intento por equilibrar dos tensiones: la inflación persistente y el enfriamiento económico. Sería el quinto recorte consecutivo, algo que coloca al Reino Unido por delante de la Reserva Federal en el giro hacia una política más acomodaticia.
Este recorte, aunque previsto por los mercados, se produce en un entorno complejo. Por un lado, los costes energéticos y los precios de los alimentos siguen presionando al alza la inflación a corto plazo. Por otro, las subidas de impuestos aplicadas en abril están empezando a dejar huella en el mercado laboral, cada vez más débil. La orientación del banco central sigue siendo gradual y prudente, con un comité dividido entre quienes quieren actuar con mayor contundencia y quienes prefieren mantener los tipos sin cambios.
A pesar de las expectativas de estímulo monetario, el FTSE 100 no logra aprovechar el impulso y cae ligeramente en la jornada. Este comportamiento refleja la cautela de los inversores institucionales, que sopesan los beneficios de un entorno de tipos más bajos frente a la debilidad estructural de la economía británica. Si bien el índice ha mostrado solidez en lo que va de año, la presión sobre los beneficios empresariales y la falta de dinamismo macroeconómico podrían limitar su recorrido en el corto plazo.
En el mercado de divisas, la cotización del GBPUSD está en el centro de todas las miradas. La libra esterlina ha rebotado desde los 1,321 dólares hasta los 1,3377, impulsada por la reciente debilidad del dólar tras los decepcionantes datos de empleo en EE. UU. Sin embargo, este repunte no borra el hecho de que la libra cayó un 3,8 % en julio, su peor desempeño mensual desde 2022. Esta caída refleja una creciente pérdida de confianza en el panorama económico británico.
El par GBPUSD seguirá muy influenciado por las decisiones del Banco de Inglaterra y por los movimientos del Tesoro británico respecto a su programa de venta de bonos. Los inversores estarán atentos a cualquier señal de cambio en el ritmo de desinversión, especialmente si se amplifica la presión sobre los rendimientos a largo plazo.
El escenario actual plantea una disyuntiva: la política monetaria se flexibiliza, pero el crecimiento sigue siendo frágil. El FTSE 100 podría encontrar soporte si mejora el sentimiento global, pero sin datos sólidos que respalden una recuperación clara, el sesgo de corto plazo se mantiene lateral o bajista. En cuanto al GBPUSD, la volatilidad seguirá presente, con el foco puesto tanto en la macro británica como en los próximos movimientos de la Fed.