
El puente cósmico que une galaxias y revela secretos invisibles del universo
El universo guarda cicatrices de encuentros titánicos que rara vez podemos observar. Una de ellas acaba de revelarse en el cielo austral: un puente de estrellas que une dos galaxias distantes. Más que una curiosidad astronómica, se trata de una ventana hacia lo invisible, una forma de cartografiar la materia oscura que domina el cosmos.
Un descubrimiento inesperado en Abell 3667
La investigación, liderada por Anthony Englert de la Universidad Brown, detectó un puente estelar que se extiende a lo largo de un millón de años luz entre las dos galaxias más brillantes del cúmulo Abell 3667. El hallazgo se realizó con la Cámara de Energía Oscura del Observatorio Interamericano de Cerro Tololo, en Chile.
La estructura no está compuesta por simples grupos aislados de estrellas, sino por luz intracúmulo (ICL): un resplandor difuso emitido por astros arrancados de sus galaxias originales durante interacciones gravitacionales extremas.
La tenue huella de un choque galáctico
El análisis reveló que este puente es una de las estructuras más débiles jamás detectadas, con un brillo superficial extremadamente bajo. Para registrarlo, los astrónomos tuvieron que combinar múltiples observaciones y aprovechar la capacidad de la cámara para acumular luz en largas exposiciones.
Se cree que el fenómeno es el vestigio de un encuentro cercano entre dos galaxias, en el que la gravedad extrajo parte de su material estelar y lo dispersó en el espacio, creando este vínculo luminoso.
Una herramienta para rastrear lo invisible
Más allá de la espectacularidad del hallazgo, el puente de estrellas es clave para el estudio de la materia oscura, que constituye el 80 % de la masa del universo. Como explicó el coautor Ian Dell’Antonio, “la distribución de esta luz refleja la distribución de la materia oscura, proporcionando una forma indirecta de verla”.
En otras palabras, la ICL actúa como un mapa cósmico que permite rastrear la estructura de aquello que no emite luz pero sostiene a las galaxias.
Galaxias en transformación
En un extremo del puente se encuentra la galaxia lenticular IC 4965, acompañada por un pequeño grupo en proceso de integración. En el otro aparece JO171, apodada “galaxia medusa” por sus filamentos de gas arrancados por la presión del medio intracúmulo, lo que detiene allí la formación de nuevas estrellas.
Estos detalles ofrecen una visión única de cómo los cúmulos galácticos crecen y evolucionan durante sus colisiones y fusiones.
El hallazgo anticipa lo que podrá lograrse con el Observatorio Vera C. Rubin y su ambicioso proyecto LSST, que registrará el cielo austral durante una década. Para los astrónomos, el puente de Abell 3667 es solo una muestra de lo que aún permanece oculto: cicatrices de colisiones cósmicas que, al iluminarse tenuemente, nos ayudan a descifrar la historia secreta del universo.