
La vida en la isla Santa Rosa, disputada entre Perú y Colombia
La población funciona como parte del Perú, pero el presidente Gustavo Petro señala que no ha sido asignado formalmente
Las calles de la isla Santa Rosa, disputada por Colombia y Perú, se reparten entre clubes nocturnos e iglesias evangélicas. Con 3.000 habitantes, carece de agua corriente y alcantarillado, lo que obliga a sus residentes a construir sus casas encima de pilotes para evitar las inundaciones. Con presencia del Estado peruano hace décadas, para la población es habitual cruzar el río Amazonas a poblados colombianos o brasileros, donde acuden a consultas médicas o asisten a las escuelas.
El territorio de 27 kilómetros cuadrados ha sido entendido por las autoridades peruanas como propio, y así han actuado. Argumentan que la forma parte de la isla de Chinería, asignada a Perú en 1922 por una comisión binacional. Para Colombia, en cambio, se trata de una formación nueva que debe ser otorgada a alguno de los países de común acuerdo. El presidente Gustavo Petro ha afirmado que en caso de no lograrlo, su país podría llevar la disputa ante un tribunal internacional.