
WISPIT 2b: descubren un planeta recién nacido en plena formación a 430 años luz
Madrid
Un equipo internacional de astrónomos ha realizado un descubrimiento sin precedentes: un planeta en pleno proceso de formación, aún incrustado en el disco de polvo y gas que rodea a su estrella madre. El hallazgo, descrito como «extraordinario» y «emocionante» por sus autores, marca un hito en la investigación sobre cómo nacen los planetas.
El nuevo planeta, bautizado como WISPIT 2b, se encuentra a unos 430 años luz de la Tierra y orbita una estrella joven muy similar a lo que fue nuestro Sol en sus primeros millones de años. Con una edad estimada de apenas 5 millones de años, este planeta es considerado un «recién nacido» en términos astronómicos. Tiene el tamaño de Júpiter.
Lo que hace único a WISPIT 2b es que ha sido detectado dentro de un disco de múltiples anillos, una estructura compuesta por polvo y gas que rodea a las estrellas jóvenes y que funciona como una «cuna» para los planetas en formación. Es la primera vez que se logra observar con claridad un planeta en esta etapa tan temprana, aún inmerso en su entorno natal.
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El descubrimiento fue posible gracias a observaciones realizadas con el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO), ubicado en el desierto de Atacama, Chile. El equipo utilizó el instrumento SPHERE, diseñado para bloquear la luz de la estrella central y captar imágenes nítidas de su entorno, lo que permitió detectar el planeta en luz infrarroja y visible.
«Cuando vimos este disco de múltiples anillos por primera vez, supimos que teníamos que intentar detectar un planeta dentro de él», explicó el Dr. Christian Ginski, investigador de la Universidad de Galway y segundo autor del estudio. «Solicitamos rápidamente observaciones de seguimiento y logramos capturar una imagen espectacular del joven protoplaneta incrustado en una brecha del disco».
WISPIT 2b tiene el tamaño de Júpiter. Ginski/R. van Capelleveen et al.

WISPIT 2b tiene el tamaño de Júpiter. Ginski/R. van Capelleveen et al.
El estudio fue liderado por Richelle van Capelleveen, estudiante de doctorado en la Universidad de Leiden, y contó con la colaboración de investigadores de la Universidad de Galway y la Universidad de Arizona. Los resultados han sido publicados en la revista científica Astrophysical Journal Letters.
Además de la imagen en infrarrojo, el equipo logró detectar el planeta en luz visible utilizando un instrumento especializado, confirmando que WISPIT 2b aún está acumulando gas, lo que indica que su atmósfera sigue en formación.
El disco que rodea a WISPIT 2b tiene un radio de 380 unidades astronómicas, es decir, 380 veces la distancia entre la Tierra y el Sol. Estas estructuras suelen presentar anillos y brazos espirales, que los científicos asocian con la presencia de planetas en formación.
Este hallazgo no solo confirma teorías previas sobre cómo los planetas pueden crear brechas en los discos de polvo, sino que también ofrece una ventana única para entender cómo pudo haber sido el nacimiento de nuestro propio sistema solar.