
México acelera dependencia al maíz importado para alimentar animales- Grupo Milenio
Ciudad de México /
En México se producirán 41.9 millones de toneladas de alimentos balanceados para animales este año, de acuerdo con estimados del Consejo Nacional de Fabricantes de Alimentos Balanceados y de la Nutrición Animal (Conafab), afianzando su posición como el quinto país que más hace este tipo de insumos en el mundo, pero con una mayor dependencia al maíz importado.
De acuerdo con datos de la misma organización, en 2024 la industria consumió 16.9 millones de toneladas de este grano traído de otros países, 20.8 por ciento mayor a lo reportado un año antes.
Mientras que la compra a agricultores nacionales fue de 1.5 millones de toneladas, casi 67 por ciento inferior a los 4.5 millones que adquirieron en 2023.
Genaro Bernal, director general del Conafab, dijo en conferencia para presentar su anuario estadístico 2025 que esto se debe a que el país es deficitario en la producción de granos forrajeros y pastas proteicas, por lo que tienen que buscar en otras naciones, de los cuales Estados Unidos es el principal proveedor.
En el caso del sorgo sucede al revés, pues en 2023 importaron 100 mil toneladas, y para el siguiente año solo 33 mil, es decir una reducción de 67 por ciento en el proceso.
En el informe Perspectivas Agrícolas 2023-2032 de la Organización para las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés) advierte que la incertidumbre en la elaboración de alimentos aumentó debido a las tensiones geopolíticas, condiciones climáticas adversas, enfermedades de los animales y las plantas y el incremento de la volatilidad de los precios de los principales insumos agrícolas.
El organismo calcula que la producción mundial de la agricultura, ganadería y pesca crecerá en el mundo a una tasa media anual de 1.1 por ciento hacia 2032.
Posición global
En la tabla global, México se coloca detrás de potencias como China (315 millones de toneladas), Estados Unidos (269 millones), Brasil (86.64 millones) e India (55 millones); mientras que superó ya a Rusia que solo sumó 38 millones de toneladas de alimentos balanceados para animales.
Cuando se mira desde la perspectiva regional, México ocupa el tercer lugar en producción de alimento balanceado en América Latina, aportando 8 por ciento del total.
Además, el Conafab estima que para 2025 la producción crecerá en más de 800 mil toneladas, lo que significará un incremento de 2 por ciento respecto a 2024.
El desglose por especie muestra con claridad hacia dónde se destina la mayor parte del alimento:
- Pollo de engorda: 11.8 millones de toneladas.
- Gallina de postura: 7.9 millones de toneladas.
- Cerdo: 7.2 millones de toneladas.
- Ganado de engorda: 4.6 millones de toneladas.
- Mascotas: apenas 1.4 millones de toneladas.
El pollo de engorda concentra la mayor demanda, mientras que el mercado de mascotas sigue siendo minoritario.
Costos en la producción de alimentos balanceados
José Luis Munguía Jiménez, presidente del Conafab, destacó la importancia del alimento balanceado en México que representa hasta 70 por ciento del costo de producción de cerdos, pollos, bovinos, huevo o peces de acuacultura.
“Gracias a la calidad, sanidad e inocuidad de sus productos, la industria mexicana de alimentos balanceados para animales contribuye a la producción nacional de proteína de alta calidad en el país, incluso en otros mercados internacionales. Los animales bien nutridos y cuidados, además de una vida con calidad, disminuyen la propagación de enfermedades y un incremento en la producción de carne, leche y huevos”, expuso.
Destacó que la mejora en el alimento garantiza inocuidad, reduce la diseminación de enfermedades y provee nutrientes esenciales a la carne, leche y huevo.
Munguía Jiménez enfatizó que la industria de alimentos balanceados es un eslabón en la cadena de producción de proteína animal que promueve un desarrollo sostenible, eficiente y basado en el respeto de los principios de bienestar animal.
Estrategia en incremento de gastos
El Conafab reportó que sus agremiados han resentido el aumento de los precios de los granos –maíz amarillo y sorgo, principalmente– y la pasta de soya, que son algunos de los ingredientes básicos de los productos que constituyen la dieta del ganado, las aves de corral e incluso nuestras mascotas.

Por ello reveló que las firmas ya trabajan en la búsqueda de materias primas alternativas, pero sus acciones frente al cambio climático van mucho más allá, “y su objetivo es lograr un impacto positivo a mayor escala”.
Por ejemplo, algunos de sus agremiados invierten cientos de millones de pesos en la modernización de equipos para reducir su huella de carbono, al sustituir plantas que usaban combustóleo para cocer los alimentos por tecnología moderna que funciona con gas natural.
También es constante la transición hacia esquemas de autogeneración de electricidad basada en fuentes renovables, como paneles solares e incluso buscan soluciones que van más allá cómo aprovechar el calor residual de algunos procesos para producir energía eléctrica, lo que se conoce como cogeneración.
“Los integrantes del Conafab saben que el retorno de esas inversiones en tecnología será en tres, seis o incluso nueve años, pero están convencidos de que es la mejor ruta de acción frente al cambio climático que puede implicar mayores temperaturas y, por ende, mayores costos de refrigeración, o por el contrario, menores temperaturas y la consiguiente pérdida de cosechas, por mencionar dos escenarios”, expusieron en un comunicado.
AKMD