
Muestra reúne las escenas de recreación y bienestar del México posrevolucionario
Muestra reúne las escenas de recreación y bienestar del México posrevolucionario
▲ El punto de partida de la exposición es el cuadro Día de San Juan, de Julio Castellanos, cuyo aniversario natal 120 se celebrará el 3 de octubre.Foto Fomento Cultura Banamex
Merry MacMasters
Periódico La Jornada
Domingo 7 de septiembre de 2025, p. 2
El Foro Valparaíso inició una nueva serie de exposiciones con el nombre Obras emblemáticas de la colección de pintura Banamex. La primera muestra de la serie, Fiesta acuática mexicana: Julio Castellanos, parte del cuadro Día de San Juan (ca. 1939), del pintor nacido en 1905, cuyo aniversario natal 120 se celebrará el 3 de octubre. La serie busca generar nuevas lecturas en torno a los cuadros más relevantes de la colección. Se incluyen dos bocetos que Castellanos hizo para la pintura.
Fiesta acuática mexicana: Julio Castellanos es un recorrido por los imaginarios de esparcimiento y la cultura física del México posrevolucionario por medio de 13 piezas, entre pintura, fotografía, dibujo, grabado y material fílmico. Cuenta con obras del grabador Leopoldo Méndez, los fotógrafos Lola Álvarez Bravo y Agustín Víctor Casasola, el arquitecto Fernando Beltrán y el pintor Adolfo Best Maugard, de quien se presenta un fragmento de su filme Humanidad. Las piezas documentan y reinterpretan de manera visual la vida en balnearios y espacios recreativos, en un periodo en que el gobierno mexicano impulsaba políticas culturales orientadas al bienestar social y la construcción de ciudadanía.
Castellanos es una figura clave del arte mexicano moderno, no obstante que su trayectoria se truncó al fallecer a los 41 años. La pintura en cuestión representa la tradición de bañarse el 24 de junio, día de San Juan Bautista. El artista retoma este ritual para retratar no sólo costumbres populares, sino también el avance del país hacia la higiene pública y el deporte como prácticas modernas.
Su temprana muerte apartó a Castellanos de la atención del público. Nacido en la Ciudad de México, su padre Julio Castellanos Hernández era íntimo amigo de Juan de Dios Peza, Jesús Valenzuela y Luis G. Urbina, y frecuentaba los círculos artísticos del porfiriato. Alentó la temprana afición de su hijo por el dibujo. En la secundaria el pequeño Julio conoció de casualidad a Saturnino Herrán (1887-1918), de quien se volvió discípulo.
Después de unos cuatro años en Estados Unidos, adonde lo mandó su madre para apartarlo de la bohemia, regresó a México. Además de frecuentar las escuelas al aire libre, hacia 1924 conoció a Manuel Rodríguez Lozano, entonces jefe del Departamento de Arte de Educación Primaria, quien lo animó a pintar de nuevo y se volvió su amigo.
Destacadas colaboraciones
En los años anteriores a la realización de Día de San Juan, a Castellanos se le situaba entre los pintores del grupo Los Contemporáneos por su participación en las escenografías del Teatro de Ulises. A principios de los años 30 trabajó con María Asúnsolo en organizar la Galería de la Universidad. En 1932 ayudó a Juan O’Gorman en la elaboración de los murales de la Biblioteca de Azcapotzalco y, en paralelo, preparó los bocetos de una decoración en el café La Blanca, entonces, en la calle de Gante.
Poco después empezó a pintar al fresco en la Escuela Gabriela Mistral, y decoró la escalera de la primaria Héroes de Churubusco, en Coyoacán, con un tema festivo. Según el crítico de arte Olivier Debroise, “los turbulentos juegos infantiles representados en tres tableros contiguos, con sus detalles atrevidos y su movimiento febril, anteceden inmediatamente a Día de San Juan”.
En su libro Figuras en el trópico, plástica mexicana 1920-1940, Debroise escribe que Día de San Juan “inaugura una nueva época, la mejor tal vez, de la pintura de Julio Castellanos. En el origen del cuadro está una fotografía de Lola Álvarez Bravo, titulada también El día de San Juan y tomada en el balneario Revolución”.
Señala que todos los cuadros del pintor están organizados de manera frontal y con muy poca profundidad de campo. Sin embargo, en Día de San Juan “se abre espacio mediante un complicado juego de múltiples perspectivas. La amplitud interna del cuadro sugiere una composición monumental; sin embargo, el óleo apenas mide 40 por 48 centímetros”.
Para Debroise, Día de San Juan es una pintura de grupo de carácter frontal atípica. En el primer plano, “instala una figura virginal púdicamente envuelta en una toalla que desdibuja sus formas y se hunde entre sus piernas”. Único personaje consciente de ser observado, es también “el único que esconde su desnudez”. Mientras tanto, los niños del cuadro “pertenecen a un mundo casi irreal, idílico y desprejuiciado, asexuado, pero no desexualizado”.
De acuerdo con Debroise, los cuadros Día de San Juan, Ángeles robachicos y El bohío maya (1945) “forman una suerte de trilogía en la que Castellanos expresa su particular visión del mundo mexicano”.
El Foro Valparaíso se ubica en Venustiano Carranza 60, Centro Histórico.