
La fotógrafa Rebeca Monroy reivindica a los obreros(as)
▲ Imagen de Rebeca Monroy Nasr tomada hace cuatro décadas en la fábrica textil La Fama, espacio que busca transformar en un museo comunitario.Foto cortesía de la también historiadora
Reyes Martínez Torrjos
Periódico La Jornada
Jueves 18 de septiembre de 2025, p. 4
Con la exposición Obreros(as) somos en el camino andamos, que se inauguró ayer en el Museo Archivo de la Fotografía (MAF), la fotógrafa e historiadora Rebeca Monroy Nasr hace un llamado al proyecto de convertir las instalaciones de la fábrica textil La Fama en un museo comunitario para la conservación de la identidad y la memoria de la comunidad alrededor de esa instalación.
La también docente e investigadora dijo a La Jornada que “hoy es importante en tanto que estamos recuperando la memoria no hegemónica y la memoria de obreros y barrios de esta ciudad, y esto puede aportar un granito de arena para generar esta colectividad y nuevas formas de trabajo”.
Las fotografías de la exposición, que Monroy tomó hace cuatro décadas, muestran la vida en la fábrica y a sus últimos trabajadores.
Recordó que alrededor de ese establecimiento estaban las casas de sus empleados e incluso los gerentes vivían allí. “Es importante traer esto a cuento porque tras el cierre de la fábrica, en 1998, sus familias se quedaron ahí, pero se fue perdiendo esa identidad y la cohesión fabril”.
La investigadora ha desarrollado en años recientes un trabajo de rescate de la memoria no hegemónica, línea que conecta sus proyectos más recientes: la exposición Obreros(as) somos en el camino andamos, que concluirá el 6 de noviembre, y el libro electrónico La fuerza decisiva de la imagen: Una mirada desde suelo mexicano, que será presentado el domingo a las 17 horas en la Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia.
La historiadora comentó que la gente de Tlalpan está procurando conservar ese recinto. “Arte Consciente en La Fama AC tiene fotos, instrumentos de la banda musical, memorias y un montón de cosas que valdría la pena recuperar y tener como el museo en tanto que hay una búsqueda de identidad y de memoria”.
Añadió que “fueron unos obreros muy luchadores contra el sindicalismo charro, por mejorar sus condiciones de trabajo, por tener mejores horarios”, en una tradición que se remonta al siglo XIX, cuando se declararon en huelga en dos ocasiones contra la excesiva carga de trabajo. Su victoria se convirtió en un hito de la tradición obrera del país.
Rebeca Monroy contó que las fotografías fueron hechas en 1984, cuando acompañó a su amigo y colega Mario Camarena, quien realizaba entrevistas e historia oral con los trabajadores de La Fama. Los jubilados don Antonio y su esposa doña Justa los introdujeron a las instalaciones, donde estaba prohibido hacer capturas por el secreto industrial.
Don Antonio “nos fue enseñando todas las fases de la fábrica, que fue muy lindo, desde cómo está el algodón amontonado, cómo se va sacando un hilo más delgado y se mete a la máquina, etcétera. En ese momento era foto analógica y yo llevaba un rollo 125 ASA y no me gustaba usar flash. Algunas imágenes salen muy graneadas, movidonas. Tienen ese sabor de época”.
Productores culturales
En las imágenes se ve el desgaste en el cuerpo de los jubilados. Ella trae las piernas vendadas por las várices, enfermedades propias de su trabajo. “Es interesante recuperar esto, por eso con Obreros(as) somos… quiero manifestar que en ese momento queríamos ser productores culturales, no artistas, queríamos ser obreros de la cultura y así mostrar nuestra solidaridad con esta comunidad”.
El espacio, continuó Monroy Nasr, “mantiene presente la memoria de los abuelos o de los bisabuelos, pero se ha ido diluyendo en la medida en que los descendientes han tenido que tomar otros oficios y salido a buscar otras formas de vida. Es importante que lo recuperen, lo aprendan, se lo queden y puedan lograr una transformación”.
En torno al libro La fuerza decisiva de la imagen: Una mirada desde suelo mexicano, la autora recordó que tuvo su origen en el breve texto Consejo Mexicano de Fotografía, que publicó el Centro de la Imagen, y fue el análisis de las fotografías y el acervo visual de esa agrupación.
“Es la historia de cómo surge, quién la crea: Pedro Meyer y una serie de fotógrafos amigos y allegados, así como Raquel Tibol, la crítica de arte del momento. Al parejo se genera otro momento muy importante con la historiadora Eugenia Meyer y su volumen Imagen histórica de la fotografía en México. Estos dos elementos fueron sustanciales para transformar la mirada hacia la fotografía mexicana”.
El consejo le dio la palabra a los fotógrafos y Una mirada desde suelo mexicano aborda qué se construyó en el país, qué hicieron fotoperiodistas, fotodocumentalistas y experimentadores visuales, así como la vinculación con una Latinoamérica que está sufriendo con dictaduras.
Monroy Nasr remarcó que se trata de una época muy importante porque la fotografía “está narrando estas historias internas de memoria no hegemónica, están colaborando fotógrafos de Brasil, Argentina, Uruguay y Chile”, que buscan difusión, para lo que México será esencial.
“Testimonios, papeles, documentos y fotografías van a nutrir esta historia que hacía falta contar. Armando Cristieto me ayuda con su memoria prodigiosa y me empieza a narrar: Lourdes Almeida tiene mil documentos, Antonio Turok también, y empiezan a hablar todos estos fotógrafos de suma importancia”, añadió la docente.
Figuras que trabajaron “con el nuevo fotoperiodismo en el Unomásuno y después en La Jornada. Pedro Valtierra y todos ellos, quienes van a abrir una veta de trabajo absolutamente diferente, algo que no se había visto y conducen la historia visual y la mirada por una senda muy detonadora, subjetiva e ideológica.
“Esa es la parte fundamental que derriba el mito de la fotografía imparcial y empieza la de opinión con una postura crítica. Desde aquí es donde vamos a ver y se va a catapultar toda esta información y la gesta del encuentro latinoamericano en esos momentos de gran incidencia”, concluyó Rebeca Monroy.