
La Ofunam celebró en CU los 115 años de la máxima casa de estudios
Fabiola Palapa Quijas
Periódico La Jornada
Domingo 21 de septiembre de 2025, p. 3
La pertinaz lluvia que azotó el sur de la capital la tarde de ayer no fue obstáculo para que cientos de personas permanecieran en Las Islas de Ciudad Universitaria (CU) con el fin de disfrutar el concierto que ofreció la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (Ofunam) con motivo de los 115 años de la fundación de la Universidad Nacional y 80 años de la promulgación de la Ley Orgánica de esa casa de estudios.
La agrupación, dirigida por Juan Carlos Lomónaco, comenzó su interpretación a las 14:30 horas, pero justo cuando resonaban en el aire las primeras notas de Carmen, de Georges Bizet, la lluvia arreció y provocó que algunas personas se marcharan. Sin embargo, un grupo de espectadores permaneció mientras la música se elevaba por encima del ruido de la lluvia. El ánimo de la gente no decayó y la inclemencia del tiempo no parecía importar.
El diluvio era un telón de fondo inesperado, pero en lugar de apagar la música, pareció avivarla. Las gotas de lluvia caían y las personas se movían para buscar refugio. Pero llegó un momento en que el aguacero alcanzó a los músicos y el director decidió suspender por 20 minutos el concierto. La imagen fue peculiar: personas de pie protegiéndose de la lluvia con paraguas de colores, mientras otras corrían para no empaparse; hubo quienes decidieron resguardarse en los puestos de atención o de comida.
En medio de ese caos ocasionado por la lluvia, un estruendoso: “¡Goya!, ¡Goya! ¡Cachún, cachún, ra, rá!” unió a músicos y público en el territorio universitario. Después de algunos minutos el sol se abrió paso entre las nubes y la gente aplaudió porque la tormenta había quedado atrás.
El repertorio que interpretó la Ofunam fue diverso, desde la ópera y el vals europeo, hasta la música latinoamericana, el cual hizo vibrar los corazones de los jóvenes y adultos que asistieron al concierto conmemorativo de la máxima casa de estudios.
La directora del Programa Universitario sobre Cultura de Paz y Erradicación de las Violencias (Pucpaz) de la UNAM, Leticia Cano Soriano, mencionó al iniciar el concierto que el 21 de septiembre se estableció como el Día Internacional de la Paz y destacó la importancia de privilegiar el diálogo, la escucha y el respeto para la resolución pacífica; también hizo un reconocimiento al trabajo de Julieta Fierro, física, astrónoma y divulgadora científica que falleció el viernes pasado.
▲ El programa de la orquesta fue variado; incluyó piezas de Bizet, Arturo Márquez, Bernstein y Strauss.Foto María Luisa Severiano
“Fue un concierto increíble”
En su intervención, Juan Carlos Lomónaco se refirió a los 115 años de la fundación de la UNAM, y explicó cada pieza que interpretó la agrupación, entre ellas El Danubio azul, de Johann Strauss II; el mambo de la obra West Side Story, de Leonard Bernstein, y la conga del Fuego nuevo, de Arturo Márquez.
“Fue un concierto increíble”, expresó la joven Ana, de 20 años. “La Ofunam es una orquesta excelente, y el programa fue muy variado y emocionante. Me alegra haber asistido a este concierto gratuito.”
Sobre su experiencia la estudiante Isis, de 19 años, comentó: “Me encantan los conciertos sinfónicos; este año decidí venir porque quería volver a sentir la emoción de escuchar a la orquesta en vivo. El año pasado asistí a otro y me gustó mucho la forma en que la música me hizo sentir.”
Su amiga Karol, también de 19 años, coincidió en que “la Ofunam crea un ambiente diferente en sus presentaciones”, por eso decidió volver a escucharlos. “Me gustó mucho cómo interpretaron las piezas de La guerra de las galaxias el año pasado”.
Para algunas familias, la presentación de la agrupación universitaria les permitió organizar un picnic musical; incluso, fue la primera vez que escuchaban un concierto al aire libre, como fue el caso de la señora Angélica, quien acudió acompañada por su hijo.
El concierto terminó entre ovaciones, goyas y una sensación de triunfo y alegría, con la gente sonriendo y aplaudiendo, y la música todavía resonando en sus oídos. Fue un concierto inolvidable, donde la Ofunam demostró que nada puede apagar el amor por la música.