
La nueva nave de carga Cygnus XL llega a la ISS
El 18 de septiembre de 2025 a las 11:24 UTC la tripulación dela Expedición 73 de la Estación Espacial Internacional (ISS) capturó con el brazo robot del laboratorio orbital la nave de carga Cygnus NG-23 y, a las 14:10 UTC, la acopló al puerto inferior (nadir) del módulo Unity del segmento estadounidense de la ISS. A estas alturas, las visitas de las naves Cygnus forman parte de la rutina de la actividad de la estación, pero la novedad en este caso es que se trataba del primer ejemplar de una Cygnus mejorada y más grande, denominada Cygnus XL. Previamente, la Cygnus NG-23 —también llamada Cygnus CRS-23 y bautizada S.S. Willie McCool en honor del piloto de la fatídica misión STS-107 Columbia— había despegado el 14 de septiembre a las 22:11 UTC mediante un Falcon 9 Block 5 desde la rampa SLC-40 de la Base de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral (CCSFS) en Florida.
La NG-23 S.S. Willie McCool debía haber llegado a la ISS el miércoles 17 de septiembre, pero el acoplamiento tuvo que retrasarse un día por un fallo en el motor principal de la nave, fabricado por la empresa japonesa IHI, que se apagó antes de lo previsto el 16 de septiembre durante dos encendidos destinados a elevar la órbita de la nave. El equipo de Northrop Grumman descubrió que el problema no estaba en el motor, sino que el software de a bordo ordenaba un apagado prematuro para proteger el motor de las elevadas temperaturas sin que hubiera un peligro real. Tras ajustar la duración de los encendidos y arreglar el software, la NG-23 procedió sin problemas hacia las cercanías de la ISS, donde el astronauta de la NASA Jonny Kim, con ayuda de Zena Cardman, capturó la nave con el brazo Canadarm2 y la acoplaron al módulo Unity.




La nueva Cygnus XL tiene 7,89 metros de longitud, frente a los 6,39 de la anterior versión. Su diámetro, como el de todas las Cygnus, sigue siendo de 3,05 metros, pero puede llevar hasta 5 toneladas de carga en su compartimento presurizado, que tiene un volumen de 36 metros cúbicos. Esto es un incremento de 1250 kg de carga, aproximadamente un 33% más con respecto a la versión anterior. Recordemos que la Cygnus original o Cygnus-PCM (Pressurized Cargo Module) tenía una longitud de 5,14 metros, un volumen presurizado de 18,9 metros cúbicos y podía llevar hasta 2 toneladas de carga. De estas Cygnus se lanzaron cuatro ejemplares entre septiembre de 2013 y octubre de 2014, aunque la última resultó destruida en el lanzamiento por culpa del fallo del lanzador Antares-130. En diciembre de 2015 se introdujo la versión mejorada Cygnus-EPCM (Enhanced PCM), con una longitud de 6,39 metros, un volumen de 27 metros cúbicos y una capacidad de carga de 3,5 toneladas. Esta versión también introdujo los paneles circulares UltraFlex y una carga mayor de propelentes, hasta los 1218 kg.




A partir de la Cygnus NG-12 en noviembre de 2019 las Cygnus comenzaron a llevar radiadores externos, visibles como dos segmentos de color blanco en la superficie del módulo presurizado, además de, según la misión, puntos de amarre externos para cargas adicionales y sistemas de despliegue de cubesats. De esta versión mejorada se han lanzado 18 ejemplares, el último el 4 de agosto de 2024, usando cohetes Atlas V 401 (3 lanzamientos), Antares 230 (13 lanzamientos) y Falcon 9 (2 lanzamientos). La Cygnus NG-22 resultó dañada durante el traslado por vía marítima al lugar del lanzamiento y tuvo que ser pospuesta de forma indefinida. Debido a este retraso, la Dragon SpX-32 tuvo que llevar más carga a la ISS y la NASA decidió adelantar los lanzamientos de las Dragon SpX-33 y NG-23. En agosto de 2023 Northrop Grumman anunció la Cygnus XL, originalmente denominada Cygnus-sPCM. La masa de la Cygnus XL no ha sido anunciada, pero teniendo en cuenta que la Cygnus-EPCM tiene una masa de 7,5 toneladas, debe ser, como mínimo, de 9 toneladas para acomodar las 1,5 toneladas de diferencia. La Cygnus NG-24 será lanzada en 2026 mediante un Falcon 9, pero las NG-25 y NG-26, así como la retrasada NG-22, despegarán mediante un Antares 330, también de Northrop Grumman.



El módulo presurizado PCM de las naves Cygnus lo fabrica Thales Alenia en sus instalaciones de Turín (Italia), tomando como base el diseño del antiguo módulo MPLM (Multi-Purpose Logistics Module) usado para llevar carga en las misiones del transbordador a la ISS. El módulo de servicio (SM) tiene un diámetro de 3,23 metros y 1,29 metros de longitud. Este módulo cuenta con los dos paneles solares circulares UltraFlex de arseniuro de galio, capaces de generar unos 3,5 kilovatios de potencia, y con el motor BT-4 (DVE) de la empresa japonesa IHI, además 32 propulsores de pequeño tamaño (MR-106M) para control de posición. Desde 2013 las Cygnus han enviado más de 71 toneladas de carga a la ISS (!). La nueva Cygnus XL tiene una capacidad de carga presurizada comparable a las naves japonesas HTV, que podían llevar hasta 5,2 toneladas de carga presurizada, y por delante de las nuevas HTV-X, cuya capacidad de carga presurizada es de unas 4,1 toneladas.



Tanto las Cygnus como las HTV-X son las únicas naves de carga que viajan a la ISS dotadas de un sistema de acoplamiento de tipo CBM (Common Berthing Mechanism). El CBM, originalmente desarrollado en los años 80 para la estación espacial Freedom, es el sistema que se usa para conectar los módulos permanentes del segmento estadounidense de la ISS (USOS) y es diferente e incompatible con los sistemas del segmento ruso y al de los dos puertos de atraque IDA del módulo Harmony al que se pueden acoplar las naves Dragon v2 y Crew Dragon o la Starliner (paradójicamente, estos puertos usan un derivado del sistema soviético APAS). El CBM permite abrir escotillas entre módulos con un diámetro de unos 1,8 metros, mucho más grande que el permitido por el sistema APAS/IDA, que es de 80 centímetros (aunque, debido a las características del sistema, no se puede aprovechar todo el diámetro). Esto redunda en dos ventajas: una mayor integridad estructural de las uniones de los módulos del segmento estadounidense y la posibilidad de trasvasar carga más voluminosa, con especial énfasis en los racks de experimentos y sistemas del USOS, que no caben por una escotilla APAS. La desventaja es que las naves equipadas con sistemas CBM no pueden acoplarse directamente de forma autónoma, sino que dependen del brazo robot de la estación. Más recientemente, la Cygnus se ha usado para elevar puntualmente la órbita de la ISS, aunque no ha sustituido en esta tarea a las naves Progress rusas. Mirando al futuro, Northrop Grumman no pierde la esperanza de ofrecer una Cygnus mejorada para la estación lunar Gateway, suponiendo que no se cancele.



