
Jesús Martínez-Frías, el geólogo español que ha ayudado a descubrir potencial vida pasada en Marte
El pasado 10 de septiembre un artículo publicado en la prestigiosa revista científica Nature informaba que una roca, bautizada como Sapphire Canyon y recolectada por el vehículo rover Perseverance, el explorador que envió la NASA a Marte, podía contener restos del desarrollo de una vida pasada.
«Este hallazgo es lo más cerca que hemos estado jamás de descubrir vida en Marte», afirmó el administrador interino de la NASA, Sean Duffy. De entre todos los autores que firman este extraordinario descubrimiento hay un científico español, el geólogo Jesús Martínez-Frías.
Este experto del CSIC en Geología Planetaria y Astrobiología, así como Académico de las Reales Academias de Ciencias y Doctores de España, es miembro integrante de las misiones que la NASA protagoniza en Marte desde hace más de dos décadas gracias primero al rover Curiosity y después al rover Perseverance.
En una entrevista con El HuffPost para conocer más de cerca este hallazgo, Martínez-Frías, de 64 años, explica que fue en julio del año pasado cuando detectaron en el cráter Jezero, un antiguo lago alimentado por al menos un canal fluvial, una roca que podría reunir estas condiciones.
«La roca contiene texturas, micronódulos, frentes de reacción y otras texturas singulares, con características mineralógicas y geoquímicas, así como sulfuros de hierro en un contexto petrológico sedimentario lutítico autigénico, de habitabilidad en el Marte antiguo», describe el experto madrileño, que reconoce que es un privilegio poder ser partícipe de estas misiones como miembro oficial desde el CSIC.
Martínez-Frías, además, añade que toda esta combinación sugiere «considerar procesos ligados a actividad microbiológica en el pasado del planeta rojo». Por ello, se utiliza el término de «potencial biofirma».
El geólogo Jesús Martínez-Frías.
De hecho, incide en que esta roca, tras ser analizada por todas las técnicas espectroscópicas del Perseverance, «concuerda con el paleoambiente existente en el contexto geológico del cráter Jezero«.
Este descubrimiento, confiesa, es más de lo que el esperaba encontrar en el planeta rojo: «Cuando trabajas en geología y astrobiología en otro planeta o luna siempre se tiene la esperanza de encontrar un posible biomarcador, pero, personalmente, no esperaba encontrar una roca tan interesante y con tantas posibilidades porque la roca Sapphire Canyon es muy inusual y difiere de todo lo encontrado en Marte en esta misión NASA-Mars2020 y en otras misiones previas».
Durante todo este tiempo desde que descubrió la roca y se detectó esta posibilidad y hasta que se ha publicado finalmente el artículo en Nature, los autores de la investigación han tenido que «elaborar rigurosamente todos los datos y las alternativas tanto abióticas como bióticas para estructurar el estudio«. Asimismo, el geólogo del CSIC añade que también tuvieron que someter los resultados a un debate científico en el último congreso LPSC (La Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria).
La idea es traerla a la Tierra para su estudio
Preguntado por cómo se hace una investigación de este calado sobre algo de un planeta que está a una distancia media de unos 225 millones de kilómetros, Martínez-Frías elogia la buena disposición y organización de la NASA.
«Lo tienen muy bien estructurado y organizado a través de los rovers, pero los orbitadores son igualmente fundamentales», asegura, indicando que la investigación en otro planeta como Marte se sustenta en cuatro pilares, que son los meteoritos de Marte, las misiones a Marte, las cámara de simulación de Marte y los análogos de Marte.
Gracias a todo este trabajo se ha conseguido un hito científico, pero ahora queda una segunda parte de la misión y la que tiene que ser la confirmación de esa potencial biofirma. Esta no es otra que traerla de vuelta a la Tierra. Sapphire Canyon, que es uno de los 27 núcleos de roca encontrados y almacenados por el rover, se va a conservar hasta que se consiga traer en la misión Mars Sample Return, aunque para esta misión, confirma el geólogo, que no hay fechas.

La imagen publicada tras el descubrimiento del Perseverance en Marte.
«Estamos en un escenario geopolítico cambiante, donde se están priorizando mucho más, por distintas razones, las misiones tripuladas», detalla. Sin embargo, confía que acabe siendo «viable y exitosa» para poder traer esa y el resto de muestras seleccionadas para un estudio mucho más detallado.
Además, el geólogo opina que un descubrimiento como este sí puede ser un aliciente para una mayor financiación. «Un estudio y hallazgo de este calibre debería ser considerado con la importancia que merece», sentencia Martínez-Frías, reivindicando igualmente la importancia que merecen las otras cápsulas de muestras que están seleccionando en Marte.
Una vida pegada a la geología
Resumir el currículum de Martíenz-Frías en unos pocos párrafos es muy complicado. Desde que se doctorara en Ciencias Geológicas en 1986 no ha dejado de acumular premios, logros y extender una biografía única en este campo.
A sus labores en el CSIC o con la NASA, también hay que sumar ser el fundador y presidente de la Red Española de Planetología y Astrobiología (REDESPA), de la Comisión de Geología Planetaria de la Sociedad Geológica de España y de la Asociación Internacional de Geoética (IAGETH). También ha sido cofundador del Centro de Astrobiología y es profesor Honorífico en la Universidad Carlos III de Madrid, así como colaborador científico del Planetary Habitability Laboratory, de la Universidad de Puerto Rico.
Con todo este abanico de cargos, Martínez-Frías, que se define como una persona «con curiosidad imaginación, perseverancia, ilusión y esfuerzo«, tiene que combinar varios usos horarios, por ejemplo, con el puesto de la NASA.
«Las reuniones científicas suelen ser en la tarde/noche en horario de ellos y no es fácil combinarlo todo, pero desde España trabajar en misiones en Marte y también en análogos de Marte (como Lanzarote o Tenerife) es un desafío científico y también una gran oportunidad a la hora de combinar investigaciones en ambos planetas», describe.
Con la ilusión del niño que vio la llegada del hombre a la Luna, espera ser testigo de la llegada del ser humano a Marte, aunque antes y gracias a su trabajo, la humanidad está más cerca de poder resolver si hubo vida en Marte.