
"El problema del hambre tiene solución", afirma el presidente del Banco de Alimentos de Yucatán
“En Yucatán no puede haber hambre. Realmente el hambre es un problema que tiene solución y, si nos unimos, podemos erradicarlo”, así lo expresó José Trinidad Molina Casares, presidente del Banco de Alimentos de Yucatán.
La institución está próxima a celebrar su 29 aniversario llevando alimentos a miles de familias en todo el estado.
El dirigente recordó que los inicios del proyecto se dieron en su época universitaria, cuando conoció el modelo en Guadalajara.
Inicios del Banco de Alimentos de Yucatán
Motivado por la experiencia, invitó a un grupo de amigos y juntos viajaron para aprender cómo funcionaba, con la intención de replicarlo en Mérida.
Los primeros años no fueron fáciles: usaban el coche de sus padres o vehículos prestados para recolectar comida en supermercados. La primera sede fue una casa rentada en el centro de la ciudad, donde apenas contaban con una persona contratada.
Con el tiempo, lograron crecer y mudarse; actualmente se ubican en la calle 60 número 427 entre 69 y 71 de la colonia Mil Piedras.
Hoy día el Banco de Alimentos de Yucatán atiende a 35,891 personas distribuidas en 56 municipios.
Para José Trinidad Molina la mayor satisfacción es ayudar a tanta gente. Aun así, reconoció que todavía falta mucho por hacer:
“Aunque parece un número grande, apenas representa un 10% de la población. Nos falta más”.
Equipo del Banco de Alimentos de Yucatán
En la lucha contra el desperdicio de alimentos, el banco cuenta con un equipo que coordina visitas a los donadores.
Molina Casares explicó que en el sistema comercial muchas veces hay productos que no se venden, camiones que sufren accidentes y dañan la mercancía, o artículos que simplemente pierden su valor de mercado.
“De no ir por esa comida, terminaría en la basura”, señaló.
Los donativos provienen de supermercados, empresas productoras de alimentos y también del campo, sobre todo frutas y verduras.
Cada mañana, las camionetas del banco recorren diferentes rutas de la ciudad y alrededores para recolectar lo que será clasificado y distribuido. A veces es poco, otras veces mucho, pero en promedio logran rescatar alrededor de 200 toneladas de alimentos al mes.
¿Quiénes son los beneficiarios del Banco de Alimentos?
Entre lo que más reciben se encuentran panadería, frutas de temporada e incluso productos navideños que, al pasar las fiestas, ya no tienen salida comercial.
Los beneficiarios del banco se dividen en dos grandes grupos. El primero son las instituciones: orfanatos, asilos, centros de readaptación social y diversas organizaciones civiles, más de 50 en total.
El segundo es las comunidades, donde se entregan aproximadamente 15 mil paquetes de alimentos cada dos semanas en 56 municipios. Muchas familias ya saben en qué fecha acudir para recibir su apoyo.
Armado de los paquetes
El proceso de armado de los paquetes se inicia con la recolección, clasificación y ordenamiento de los productos, tarea en que el voluntariado juega un papel esencial.
Luego un equipo de nutriólogos diseña una canasta modelo para asegurar que el contenido sea balanceado y nutritivo. Con base en esa guía se arman los paquetes que finalmente llegan a las organizaciones y a las comunidades.
Para determinar quiénes reciben apoyo, un grupo de trabajadores sociales realiza entrevistas tomando como referencia los indicadores del Coneval.
Con esa información se selecciona a las familias beneficiarias, quienes reciben alimento durante un año.
Al finalizar ese período, son evaluadas nuevamente para conocer si su situación mejoró o requieren continuar con el apoyo.
El voluntariado es parte fundamental
El voluntariado, destacó José Trinidad Molina, es fundamental: “Mover 200 toneladas de comida requiere de muchas manos”.
Tan solo este año han acumulado 1,558 horas de voluntariado, con la participación de empresas que envían a sus trabajadores por algunas horas y de escuelas que se suman al armado de paquetes.
Quienes desean ayudar pueden hacerlo de manera semanal o incluso diaria, colaborando entre dos y cuatro horas según sus posibilidades.
¿Cuánto alimento se desperdicia en Mérida?
Aunque no se tiene un dato exacto de cuánto alimento se desperdicia en la ciudad, las 200 toneladas recolectadas son apenas una muestra de todo lo que podría rescatarse.
El entrevistado comentó que algunos pescados destinados a la exportación no cumplen con las medidas requeridas y son donados al banco, al igual que productos incautados en aduanas.
Trino Molina invitó a las familias a no desperdiciar la comida y, en cambio, darle una segunda vida.
“En lugar de tirarla, se puede donar directamente al Banco de Alimentos. A veces tenemos en casa árboles frutales que producen más de lo que podemos consumir; esa fruta también se puede compartir. Nosotros podemos ir a recogerla”, concluyó.— Por Ilse Noh Canché