Arte concienciado con el medio ambiente – Faro de Vigo
El uso de materiales nocivos y contaminantes, como ácidos y disolventes, en los procesos tradicionales de trabajo en la producción de grabados hacen especialmente interesante la exploración de alternativas menos tóxicas, como las técnicas de fotograbado con placas de fotopolímero que esta semana centraron un taller en Bellas Artes. Incluido en la programación de obradoiros de Extensión Universitaria de la Vicerreitoría del campus para este primer cuatrimestre, se trata de un taller dirigido por el profesor Ignacio Pérez-Jofre, que tuvo como docente principal a la egresada de la facultad residente en Berlín Gloria Alonso, que compagina su trabajo como artista con la dirección del taller de grabado Künstlerhaus Bethanien.
Con sus diez plazas cubiertas mayoritariamente por docentes y profesionales del sector artístico, el obradoiro “Gravado non tóxico: fotogravado con Solarplates” tenía como objetivos principales “generar interés” por esta técnica “menos tóxica y más respetuosa con el medio ambiente”, así como dotar a los participantes de los conocimientos necesarios “para poder trabajar esta técnica de forma autónoma”, como destacaron sus responsables.
En la búsqueda de “actividades complementarias que ayuden a los alumnos a desarrollar aspectos más específicos y, si es posible, implicar en ello a artistas y gente del mundo del arte”, entre Pérez-Jofre y Alonso coincidieron en que sería nos “interesante desarrollar en la facultad este taller sobre esta modalidad de grabado con solarplates, que es una técnica relativamente reciente y que sustituye los materiales tradicionales, mucho más tóxicos, por este polímero acrílico que deja menos residuo y es menos agresivo con el medio ambiente”.
Según explica Gloria Alonso, trabajar con estas planchas de fotopolímero permite preparar las matrices de los grabados “exponiéndolas a la luz ultravioleta”, sin necesidad de ácidos ni reveladores. “Para los grabados de toda la vida se utilizaba laca, betún, acetona, etc, por lo que las personas con las que trabajamos día a día en el taller han dedicado tiempo a la investigación de materiales menos tóxicos para nuestros pulmones y también para el medio ambiente”, comenta Alonso, que en al mismo tiempo enfatiza las posibilidades estéticas de este proceso de trabajo.
La valoración del taller ha sido muy positiva. “Se aportan cosas nuevas, viene gente nueva y se abren fronteras, se abren perspectivas y nuevas miradas que es lo que necesita un artista, ver cosas y compartir”, destaca Alonso, que tuvo que adaptarse a trabajar con un grupo de alumnos más numeroso a lo que está acostumbrada en Berlín. “Cada artista en sus proyectos necesita muchas cosas concretas y había que ponerse de acuerdo porque es importante el colectivo”, señaló.
En este sentido, Ignacio Pérez-Jofre destacó el perfil de Gloria “porque, por un lado, tiene una formación artística, es licenciada en Bellas Artes en Pontevedra y además ha estado en Erasmus en varios sitios en Europa, y por otro, tiene una formación técnica muy sólida. Esta capacidad de conocimiento muy experto y muy técnico que nos ha aportado en el taller, y su perfil como artista contemporánea, hace que sea el tipo de personas que realmente aporta a la facultad”.
Entre lo digital y lo manual
“Desde un punto de vista plástico, esta técnica nos permite obtener imágenes procesadas digitalmente, a partir de fotocopias, dibujos, collages o imágenes fotográficas, con una fina escala de grises”, añade. Se trata de un método de producción de imágenes para su impresión calcográfica que permite “lograr resultados visual y artísticamente” muy similares a los de un grabado tradicional y que a su vez también sirve, añade, como “puente entre lo digital y lo manual”, permitiendo desde trabajos basados en el dibujo hasta procesos que tienen como punto de partida la imagen digital.
En este sentido, Alonso reconoce que se trata de una formación “muy práctica”, que busca compaginar la puesta en común con los proyectos personales de cada participante. “Dependiendo de lo que busque cada uno se logrará uno u otro resultado”, admite la docente principal de un taller que también buscaba servir como experiencia de aprendizaje colectivo.
El taller comenzó el lunes con una introducción a esta técnica y luego se empezó a realizar “ensayos”, enfocados a la generación de matrices, tanto a partir de archivos digitales como de dibujos o fotocopias, para luego profundizar en el proceso de insolación y revelado de las planchas y la estampación final de los trabajos.
“Fueron sesiones de mucho trabajo. El grabado requiere mucho tiempo, es un proceso minucioso, hay mucha prueba-error… Primero hay que crear la plancha y luego estamparla. Han sido en total 20 horas de trabajo muy intensas, pero muy productivas. Estamos muy satisfechos”, destacó Pérez-Jofre, que adelantó que sigue buscando talleres para el futuro y que una de las técnicas en las que se plantean profundizar sería la cianotipia.
Una nueva técnica que “se queda” en Bellas Artes
“El obradoiro tuvo una respuesta muy positiva, lo que demuestra que hay una necesidad”, apunta Gloria Alonso, que reconoce a su vez “el honor” que le supone retornar a la facultad para impartir un taller “en el que participan además profesores que me dieron a mí clases de grabado”, lo que a su vez permitirá, recuerda, que después difundan entre el alumnado “esta idea del grabado no tóxico”. En este mismo sentido se expresó Pérez-Jofre, que destacó que “una de las cosas más interesantes es que en el taller participaron dos personas que son docentes en la facultad, es un conocimiento que después se va a poder expandir al alumnado”, a lo que añadió que “era uno de los objetivos del taller, que se pusiera en marcha esta línea de trabajo dentro de las asignaturas que tenemos de artes gráficas”. Además, señaló que los alumnos acabaron “encantados” porque “vieron que habían adquirido unos conocimientos muy específicos”.