Hallazgo en el cometa 3I/ATLAS: detectan erupciones activas de ‘volcanes de hielo’
El cometa interestelar 3I/ATLAS mostró señales de actividad volcánica helada mientras se aproximaba al Sol. Astrónomos observaron erupciones de criovolcanes, conocidos como volcanes de hielo, que expulsaron chorros de material congelado desde su superficie. Este fenómeno ofreció indicios clave sobre la estructura interna del objeto celeste.
Las observaciones se presentaron en un estudio publicado el 24 de noviembre en el servidor de preprints arXiv. Aunque no ha sido revisado por pares, el informe fue citado por varias revistas especializadas en astronomía.
El equipo de investigación explicó que la expulsión de estos chorros podría explicarse por la composición del cometa, que parece contener materiales volátiles similares a los que presentan los objetos transneptunianos del sistema solar, como planetas enanos u otros cuerpos helados situados más allá de Neptuno.
Si esta hipótesis se confirma, se trataría de una sorprendente similitud entre un cometa procedente de otro sistema estelar y objetos helados del propio vecindario cósmico.
El autor principal del estudio, Josep Trigo-Rodríguez, del Instituto de Ciencias del Espacio en España, detalló que la superficie del cometa parece estar compuesta por materiales similares a los de cuerpos formados lejos del Sol, dentro del mismo sistema solar. El investigador compartió imágenes del fenómeno en su cuenta de la red social X.
Desde su descubrimiento en julio por astrónomos de la NASA, el cometa 3I/ATLAS generó diversas especulaciones en línea, algunas incluso planteaban la posibilidad de una nave espacial extraterrestre. No obstante, los especialistas afirmaron que se trata de un cometa interestelar proveniente de un sistema estelar desconocido y descartaron esas teorías.
3I/ATLAS se convirtió en el tercer objeto interestelar registrado por la humanidad. Debido a su antigüedad estimada, que podría ser miles de millones de años superior a la del sistema solar, ofrece una oportunidad única para comprender las condiciones que existen en torno a otras estrellas.
Antes de que abandone el sistema solar en 2026, los astrónomos se han enfocado en estudiar al cometa con el mayor detalle posible.
Para esta investigación, Trigo-Rodríguez y su equipo utilizaron el Telescopio Joan Oró, del Observatorio del Montsec, en Cataluña. También integraron datos de otros observatorios regionales para reforzar el análisis.
Los especialistas siguieron de cerca al cometa durante su paso por el perihelio —punto más cercano al Sol— ocurrido el 29 de octubre. Durante este trayecto, el aumento de temperatura provocó que el hielo superficial se sublimara y se transformara en gas, generando así los criovolcanes observados.
Este fenómeno ayudó a los expertos a acercarse a una mejor comprensión sobre la composición y el origen de este inusual visitante interestelar.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.