Dieta basada en harina de gusano de seda es más sostenible para la acuicultura: estudio

La dieta a base de harina de gusano de seda ‘Eri’ –’Samia ricini’– mejora el crecimiento y la composición muscular de la carpa común –’Cyprinus carpio’–, sin alterar su salud, por lo que es más sostenible para la acuicultura, según un estudio en el que ha participado el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC).
En concreto, tras evaluar distintas dietas, los investigadores han indicado que la más sostenible es la basada en harinas de pescado, ya que aprovecha los residuos orgánicos que genera la industria de la seda, lo que fomenta la economía circular.
Así, el trabajo ha evaluado la calidad nutricional, la seguridad fisiológica y el potencial comercial de la harina de pupas del gusano de seda ‘Eri’, que se obtiene moliendo y tamizando una porción de las pupas criadas. La dieta pretende ser una alternativa sostenible a la harina de pescado en las dietas de carpa común.
Como indican los investigadores, aún con las limitaciones de la pesca extractiva, la acuicultura ha surgido como una manera más sostenible de generar alimentos que la pesca de ejemplares en sus hábitats naturales. Sin embargo, la sostenibilidad de este proceso recae en que las dietas de los peces criados sean equilibradas, económicamente viables y ambientalmente responsables.
Durante mucho tiempo, añaden, la harina de pescado fue utilizada como fuente principal de alimento. Esta dieta depende de los peces capturados, lo que, a su vez, depende de la pesca. Por lo tanto, se trata de un “círculo vicioso” que genera preocupaciones ecológicas y plantea la necesidad de buscar otras dietas.
El investigador del MNCN-CSIC Arturo Goldaracena ha señalado que “las pupas de gusano de seda ‘Eri’, además de una alternativa más ecológica, son ricas en nutrientes, contienen proteína de alta calidad, un perfil equilibrado de aminoácidos y ácidos grasos omega-3 y omega-6, ofreciendo ventajas sobre una dieta basada en harina de pescado”.
En los últimos años, se han estudiado diversas alternativas basadas en proteínas de origen vegetal, biomasa microbiana, harinas de insectos y de subproductos agroindustriales. En concreto, las harinas de insectos destacan por su capacidad para transformar residuos orgánicos en proteínas de alta calidad promoviendo los principios de la economía circular y la producción sostenible de proteínas.
“En el caso concreto de los gusanos de seda, su utilización no solo reduce los residuos y añade valor a la producción de seda, sino que también apoya los medios de vida en las regiones productoras”, ha asegurado Goldaracena.
En concreto, en esta investigación se utilizaron tres tratamientos dietéticos diferentes. Uno de estos tratamientos ha sido el reemplazo completo de la harina de pescado por la de gusanos de seda ‘Eri’. Otro tipo de dieta ha sido con gusanos de seda ‘Eri’ en combinación con aglutinante y relleno, mientras que la tercera dieta ha sido un alimento comercial.
Así, se estudiaron los cambios en la dieta en 105 alevines de unos 15 gramos de peso. Las pruebas se distribuyeron en los tratamientos en siete réplicas a lo largo de diez quincenas.
“Vimos que los peces alimentados con la dieta compuesta únicamente de pupas de gusano ganaron más peso, crecieron más y mostraron una mejora de su condición física que medimos a través del aumento de la masa muscular o de la proteína bruta”, ha explicado Goldaracena.
Así, el investigador ha concluido que la dieta, de gusanos de seda, además de ser “más sostenible, ha demostrado ser una alternativa viable a la harina de pescado, mejorando el crecimiento y la calidad nutricional y fisiológica de la carpa común, al tiempo que mantiene su salud fisiológica”.