Gestión del agua y desarrollo productivo: desafíos hídricos para el próximo gobierno
El agua ha sido siempre sinónimo de desarrollo: agua en cantidad y calidad es vida para los ecosistemas, para las personas y, también, es futuro. Sin embargo, pese a su relevancia, los recursos hídricos no ocuparon un lugar central en la presentación de los programas de gobierno ni en los debates presidenciales, aun cuando representan una de las manifestaciones más visibles del impacto del cambio climático en nuestra sociedad.
El desarrollo económico que el país anhela requiere necesariamente de disponibilidad hídrica para las actividades productivas que lo sustentan. No obstante, antes de cualquier uso económico, debe garantizarse el derecho humano al agua y al saneamiento. Este derecho fue reconocido legalmente en Chile en 2022, mediante la Ley 21.435 que modificó el Código de Aguas, estableciendo su carácter esencial e irrenunciable, priorizando el consumo humano y el saneamiento por sobre otros usos, y prohibiendo el otorgamiento de derechos de aprovechamiento sobre glaciares. Aun así, su plena implementación enfrenta importantes desafíos institucionales y estructurales, agravados por la prolongada sequía que afecta al país.
La propuesta de gobierno del presidente electo, señor José Antonio Kast, considera a los recursos hídricos, enfatizando la priorización del derecho humano al agua y señalando que cualquier impulso al desarrollo económico debe ser compatible con la protección de los ecosistemas. En este marco, se plantea que medioambiente y desarrollo no deben entenderse como dimensiones contrapuestas, sino como ámbitos que pueden y deben fortalecerse mutuamente. Asimismo, se reconoce el rol de la naturaleza y su estrecha relación con el ciclo del agua, destacando la conservación de la biodiversidad y el énfasis en soluciones basadas en la naturaleza como herramientas para enfrentar la crisis hídrica.
No obstante, el mismo programa propone, por otra parte, la eliminación de regulaciones consideradas innecesarias y el fomento de aquellas que faciliten la inversión, con el objetivo de otorgar mayor certeza jurídica. En esa línea, se plantea la revisión, modificación o dictación de nuevas guías e instructivos para el Servicio de Evaluación Ambiental, resguardando, según se indica, el pleno respeto al medioambiente, pero con una mirada orientada a agilizar los procesos de evaluación.
La infraestructura multipropósito aparece como un eje central de la propuesta hídrica, promoviendo embalses, desalinizadoras y proyectos de reúso de agua que contribuyan tanto al desarrollo económico como al abastecimiento de las personas. Para ello, se propone impulsar un nuevo Plan de Concesiones de Obras Públicas en desalación y reúso, junto con iniciativas de infiltración de aguas subterráneas y el fortalecimiento de los sistemas de agua potable rural, tema que abordó en su discurso luego de los resultados de las elecciones del domingo pasado.
Muchos de los temas presentados en este programa no son nuevos. Por ello, resulta clave asegurar continuidad y una visión de largo plazo en la gestión pública. Ignorar el trabajo previo, la evidencia científica disponible y comenzar desde cero debilita las políticas y genera ineficiencias que dificultan el progreso. Avanzar hacia una gestión hídrica sostenible requiere integrar experiencias, construir consensos y comprender que el agua es un eje transversal para la seguridad, la economía y el futuro del país, especialmente en un escenario de creciente incertidumbre climática.