El papa emérito Benedicto XVI, en la mira de un informe sobre pedofilia en Alemania
Este contenido fue publicado el 20 enero 2022 – 08:06
(AFP)
Un informe largamente esperado sobre el abuso sexual de menores en la Iglesia católica en Baviera debería aclarar este jueves si el papa emérito Benedicto XVI y otros clérigos de alto rango encubrieron en algún momento a un sacerdote pedófilo.
Esta pericia, dirigida por un bufete de abogados de Múnich, debe presentarse hacia las 10h00 GMT y apunta sobre todo a identificar casos de abuso sexual contra niños entre 1945 y 2019 en la archidiócesis de Múnich y Freising.
Los autores también pretenden señalar la responsabilidad de los eclesiásticos que hicieron la vista gorda ante esos hechos, permitiendo que se repitieran durante décadas.
Entre los altos dignatarios de la archidiócesis se encuentran el cardenal Reinhard Marx –que encargó el informe–, su antecesor en el arzobispado Friedrich Wetter y Joseph Ratzinger, futuro papa Benedicto XVI, quien lo dirigió entre 1977 y 1982.
Fue durante este período que se encontró un caso considerado sintomático de las graves fallas de la iglesia en el tratamiento de los casos de pedofilia.
– Explicaciones esperadas –
En 1980, un vicario de Renania del Norte-Westfalia, Peter Hullermann, fue acusado de graves abusos sexuales a menores. La iglesia «soluciona» el problema transfiriéndolo, pero al llegar a Baviera, a pesar de la terapia psiquiátrica, continúa con los abusos.
En 1986, un tribunal lo condenó a prisión condicional y fue nuevamente trasladado a otra ciudad bávara donde ofició como sacerdote durante unos veinte años hasta que habría reincidido.
En 2010, bajo el pontificado de Benedicto XVI, finalmente se vio obligado a jubilarse.
Ese mismo año estallaron las primeras grandes revelaciones de pedofilia en la Iglesia católica de Alemania.
El caso Hullermann juega un papel central en el informe de los abogados del bufete Westpfahl Spilker Wastl (WSW).
El vicario general Gerhard Gruber asumió la responsabilidad y dijo en 2010 que Joseph Ratzinger no tenía conocimiento del pasado del sacerdote, afirmación que su secretario privado Georg Gänswein reiteró hace poco al semanario Die Zeit.
El pontífice emérito de 94 años, que ha vivido recluido en el Vaticano desde su renuncia en 2013, envió a los abogados un documento de 82 páginas sobre el tema, cuyo contenido se espera con impaciencia.
«Una admisión por parte de Ratzinger de haber sido personalmente y a través de su cargo cómplice del sufrimiento de muchos jóvenes (…) sería una necesaria señal de humildad, además de un ejemplo para muchos obispos y líderes», considera el grupo reformador de laicos y teólogos «Wir sind Kirche».
La investigación de Múnich marca un nuevo capítulo en el esclarecimiento de los actos de pedofilia que afectan a la Iglesia católica en todo el mundo.
En Alemania el catolicismo sigue siendo la primera confesión, aunque sus fieles desertan en masa: en 2020 eran 22,2 millones, 400.000 menos que en 2019 y 2,5 millones menos que en 2010.
Hace cuatro años, un informe reveló que al menos 3.677 niños habían sido abusados sexualmente desde 1946 por más de mil clérigos alemanes y que la mayoría de esto nunca fueron sancionados.
Tras una disculpa oficial, la iglesia ha fijado una indemnización -considerada insuficiente por las víctimas- de hasta 50.000 euros por víctima.