Un bebé falleció y tres más padecieron infección bacteriana tras consumir fórmula infantil; la FDA investiga
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos (EEUU) alertó a la población sobre una serie de productos producidos por Abbott Nutrition, una marca con presencia en México, que podrían estar infectados con Cronobacter sakazakii y Salmonella Newport, mismos que probablemente infectaron a cuatro bebés, de los cuales uno perdió la vida.
El jueves 17 de febrero comenzó a circular la información correspondiente a los hechos suscitados en en Sturgis, Michigan, donde la autoridad estadounidense explicó que ya tomó cartas en el asunto y que la empresa, de manera voluntaria, cooperó con el retiro de los productos en el mercado; sin embargo, la distribución de estos productos podría estar en más partes de EEUU y el mundo.
“Como resultado de la investigación en curso, junto con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU y socios estatales y locales, la FDA está alertando a los consumidores para que eviten comprar o usar ciertos productos de fórmula infantil en polvo producidos en esta instalación”
Bajo esta lógica, se sugirió al público no consumir las fórmulas infantiles Similac, Alimentum y EleCare si los dos primeros dígitos del código son del 22 al 37, si el código en el contenedor contiene K8, SH o Z2 y/o si la fecha de vencimiento del producto es del 1 de abril o posterior.
La FDA está investigando cuatro quejas de enfermedades infantiles en tres estados. Los cuatro casos relacionados con estas quejas fueron hospitalizados, donde se confirmó que uno perdió la vida. Asimismo, se presume que el consumo de los productos manufacturados bajo las marcas Similac, Alimentum o EleCare podrían guardar relación.
“Como este es un producto utilizado como la única fuente de nutrición para muchos de los recién nacidos y bebés de nuestra nación, la FDA está profundamente preocupada por estos informes de infecciones bacterianas”, dijo Frank Yiannas, comisionado adjunto de Política y Respuesta Alimentaria de la FDA.
“Queremos asegurarle al público que estamos trabajando diligentemente con nuestros socios para investigar las quejas relacionadas con estos productos”
Cabe recordar que los productos fabricados en las instalaciones de Sturgis, Michigan, se pueden encontrar en todo EEUU y probablemente se exportaron a otros países. También insistieron en que los productos que no contengan las especificaciones previamente mencionadas, no son peligrosas.
Asimismo, los demás productos que producen estas marcas no presentaron riesgo en el consumo, por lo que no se expidió ninguna recomendación adicional.
“Hasta la fecha, esta investigación se ha asociado con cuatro enfermedades (tres por Cronobacter y una por Salmonella) que abarcan los siguientes estados: MN, OH y TX. Los cuatro casos relacionados con estas quejas fueron hospitalizados y Cronobacter puede haber contribuido a la muerte en un caso”, explicó la FDA.
De acuerdo con el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la mayoría de las personas infectadas por Salmonella presentan los signos y síntomas entre 12 y 72 horas después de haber estado expuestas a la bacteria, en donde la diarrea, fiebre y cólicos abdominales son sus principales delatores.
Y aunque la enfermedad generalmente dura de cuatro a siete días y la mayoría de las personas se recuperan sin tratamiento, en algunas personas la diarrea puede ser tan grave que necesitan ser hospitalizadas. La infección por Salmonella se puede propagar desde los intestinos al torrente sanguíneo y después a otras partes del cuerpo.
Los grupos de edades de personas que pueden padecer un cuadro sintomático más severo ante esta infección son los menores de cinco años y las mayores a 65. También se destaca la propensión a las personas que cuentan con un sistema inmune débil.
Mientras que el Cronobacter es una bacteria que pertenece al género Enterobacter, de la familia de las Enterobacteriaceae, que en los escasos brotes relatados se observó una mortalidad del 20% al 50% de los lactantes que contrajeron la enfermedad.
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