El “hombre rojo” no está muerto; resucitó y nos vuelve a dar batalla: Svetlana Alexievich
El hombre rojo
no está muerto; resucitó y nos vuelve a dar batalla: Svetlana Alexievich
Reyes Martínez Torrijos
Periódico La Jornada
Sábado 26 de febrero de 2022, p. 2
La Premio Nobel de Literatura 2015 Svetlana Alexievich incluirá el actual conflicto armado entre Rusia y Ucrania en el libro que está escribiendo sobre el gulag de Bielorrusia
, informó este jueves a Deutsche Welle.
En una entrevista publicada en la versión rusa del servicio de noticias alemán, la escritora bielorrusa sostuvo que su texto “no terminará sólo con nuestros problemas. Contendrá una salida a la guerra, a lo que está sucediendo, que el ‘hombre rojo’ no está muerto: ha resucitado y nos vuelve a dar batalla. Espero que sea la última”.
Alexievich (Stanislav, Ucrania soviética, 1948) es una reconocida cronista de las grandes tragedias del siglo XX, elaboradas a partir de dar voz a las personas que las sufrieron directamente. Es una de las principales líderes de la oposición al presidente bielorruso Alexander Lukashenko; se encuentra en el exilio en Berlín mientras escribe la obra que retrata la situación en su país y que espera concluir este año.
Ha sostenido que en sus más de cuatro décadas de trabajo “en realidad llevo escribiendo un solo libro: la crónica ruso-soviética de la revolución, el gulag (campos de concentración en tiempos de Stalin), la guerra, Afganistán, Chernóbil, la disolución del ‘imperio rojo’.
La escritora opinó en torno al porqué el presidente ruso, Vladimir Putin, necesita una guerra, por qué la participación de Bielorrusia en el conflicto es una traición y qué ocurrirá con Ucrania.
Putin se siente mesías. Es raro que alguien permanezca tanto tiempo en el poder y resistir su tentación, como logró hacer Angela Merkel. Después de dos periodos, la persona empieza a desprenderse de la realidad, vive en su propio espacio, que se construye a partir de las piezas de comunicación con su entorno. Y estas personas están en su mayoría en contacto con las fuerzas de seguridad
.
Mencionó que tiene dudas de que haya fuertes protestas en Rusia contra la guerra, “quizás sólo cuando aparezcan los primeros ataúdes. Y parece que habrá muchos muertos. El pueblo ruso necesita tiempo. Están anémicos, como si estuvieran en un sueño letárgico por lo que han pasado, porque no se ha dicho mucho en la sociedad.
▲ En la imagen, Alexievich en la Casa Refugio Citlaltépetl, en marzo de 2003.Foto Alfredo Domínguez
Es más probable que la gente salga a protestar en Alemania, Portugal y España. No sé nada de los rusos. Con los bielorrusos está más claro: salir a la calle ahora significa ir a la cárcel, donde la gente es maltratada.
Agregó que la Rusia de Putin es un imperio herido y humillado, y que tales Estados son capaces de realizar acciones terribles: “Estamos presenciando la década de 1930, cuando un hombre llegó al poder en Alemania y dijo: ‘Te levantaré de estar de rodillas, seremos una gran potencia’”.
Aleixevich prevé que Putin no se detendrá en el bombardeo de Ucrania, los territorios ucranios probablemente serán ocupados, comenzará una larga guerra de guerrillas. Al fin y al cabo, los ucranios no son el tipo de personas que se pueden dispersar sin más
.
La periodista mencionó que mientras escuchaba la conferencia de Putin el lunes pasado, en la que justificaba su intervención en Ucrania y culpaba a Lenin de ser el creador de esa nación, “me preguntaba: ‘¿de dónde ha sacado esa falsedad, ese conocimiento a medias que le ha inculcado su entorno analfabeto?’ Es como si Ucrania fuera un país improbable con más de 40 millones de habitantes. Aunque lleva luchando por sí misma y por su libertad desde Catalina La Grande”.
Sobre la participación de Bielorrusia, por donde llegaron las tropas rusas a Ucrania, Aleixevich dijo que “Lukashenko debería pensar en esto, si se llama a sí mismo comandante en jefe. De lo contrario, esta herida abierta permanecerá en la historia durante mucho tiempo. Los ucranios han soportado tantas dificultades y han sufrido tantas bajas últimamente. Para ellos, un golpe de Bielorrusia es como una puñalada por la espalda, una traición.
“Los ucranios son un pueblo muy orgulloso. Pasé toda mi infancia entre ellos. Independientemente de lo que estén haciendo ahora –caminar por las calles, hablar entre ellos–, ahora hay una guerra por ellos. Pero ni siquiera puede llamarse guerra: es una traición cuando los hermanos se clavan de repente un cuchillo en la espalda.
“Es aterrador imaginar lo que ocurrirá a quienes vayan a la guerra. Pensaban vivir en el futuro, no en el pasado…”, concluyó Alexievich.