EE. UU., Israel y cuatro naciones árabes hacen causa común frente a Irán en Néguev
En el cierre de una cumbre sin precedentes pero que se convertirá en un foro permanente, los líderes diplomáticos de EE. UU., Israel, Marruecos, Egipto, Bahrein y Emiratos Árabes Unidos exhibieron su compromiso contra Irán, pese a la inminente reactivación del Acuerdo nuclear de 2015. Antony Blinken y sus homólogos árabes también defendieron la «solución de dos Estados» en el conflicto israelí-palestino, una tibia mención que contrasta con la ausencia de representación palestina en la reunión.
Al cierre de una inédita reunión este 28 de marzo, bautizada como ‘Cumbre de Néguev’, los jefes diplomáticos de Estados Unidos, Israel, Marruecos, Egipto, Bahrein y Emiratos Árabes Unidos mostraron unidad para hacer frente a Irán, a la espera de la posible reactivación del Acuerdo nuclear.
La foto y la declaración conjunta parecieron responder al objetivo principal de la gira de dos días del secretario de Estado estadounidense Antony Blinken por Israel y el territorio palestino de Cisjordania. Consciente de las inquietudes de sus aliados en Medio Oriente, el alto funcionario buscó enviar un mensaje de tranquilidad: «Como vecinos y, en el caso de Estados Unidos, como amigos, también trabajaremos juntos para enfrentar los desafíos y amenazas de seguridad comunes, incluidos los de Irán y sus representantes».
Puertas adentro, Israel y las cuatro naciones árabes comparten el temor de que la reinstauración del pacto de 2015 entre Irán, Estados Unidos y otras potencias mundiales no evite que Teherán desarrolle armas nucleares, mientras que un levantamiento de las sanciones internacionales podría fortalecer las actividades militares iraníes en la región y su apoyo a grupos militantes.
En este escenario, el ministro de Relaciones Exteriores bareiní, Abdullatif Al-Zayani, afirmó que la necesidad de cooperación se volvió «más urgente» frente a los recientes ataques de los rebeldes hutíes en Arabia Saudita.
Al margen del posicionamiento frente a Irán, los seis líderes diplomáticos destacaron el carácter inusual del encuentro, «imposible» unos años atrás según Blinken, pero facilitado por los llamados Acuerdos de Abraham, firmados en 2020 bajo la Administración de Donald Trump.
Dichos pactos permitieron la normalización de relaciones de Israel con Bahrein y Emiratos Árabes Unidos, en primera instancia, y luego se sumaron Marruecos y Sudán (ausente en la reunión). Egipto, en tanto, es la nación árabe con los vínculos diplomáticos más longevos con Israel.
Yair Lapid, ministro de Relaciones Exteriores israelí, consideró que se «hizo historia» con la reunión y anunció que la cumbre se volverá un foro permanente anual, en el que los países podrán fortalecer su alianza, basados en «tecnología, tolerancia religiosa, seguridad y cooperación en inteligencia».
El diplomático israelí también abrió las puertas «a las naciones de esta región, incluidos los palestinos» para sumarse a futuros encuentros. Apenas una tibia invitación en el marco de una cumbre que, más allá de las declaraciones públicas, dejó de lado el conflicto israelí-palestino.
El conflicto israelí-palestino, sin representación palestina
Aunque Irán fue el oponente común de estos seis Estados, la cuestión palestina ocupó mayor espacio en sus discursos de cierre. Haciéndose eco entre cancilleres –y a pesar de que Antony Blinken dejó en claro que los Acuerdos de Abraham «no sustituyen un proceso de paz con los palestinos»–, todos abogaron por reflotar la solución de dos Estados como vía para poner fin al conflicto, hoy más israelí-palestino que árabe-israelí.
«Destacamos la importancia del proceso de paz israelí-palestino, la importancia de mantener la credibilidad y la viabilidad de la solución de dos estados. Es un tema importante», afirmó el ministro de Exteriores egipcio, Sameh Shoukry.
Sin embargo, la ausencia de representación palestina en la Cumbre frente a una imagen de unión regional estadounidense, árabe e israelí, no parece que pueda contribuir a retomar unas negociaciones que dejaron de ser serias hace más de una década. Además, ahora deberían superar el vacío político palestino y la indiferencia israelí, cuyo primer ministro Naftali Bennett se opone a un Estado palestino.
Por más que el ministro de Exteriores israelí, Yair Lapid, invitara «a los palestinos y a todos los pueblos de la región» a adherirse al foro, y por más que la Administración Biden haya urgido reducir las tensiones y crear las mejores condiciones para un diálogo israelí-palestino, ambos reconocieron que no será algo inmediato.
En ese sentido, y por ahora, el camino que ha escogido el actual Gobierno de Israel es el económico. Este 27 de marzo, anunció ante Blinken que aumentará de 12.000 a 20.000 las autorizaciones de empleo para trabajadores de Gaza en el Estado judío, con la estrategia de dar «estabilidad» y mejorar la economía de los palestinos en la Franja y Cisjordania.
Mientras que del lado palestino solo Jordania, cuyo Gobierno declinó presentarse en Néguev, respaldó esta jornada al presidente palestino Mahmud Abbas. Sin mencionar la Cumbre, el rey Abdullah II sentenció que «la región no puede disfrutar de seguridad y estabilidad sin una solución justa y global al problema palestino».
La ‘Cumbre de Néguev’, ensombrecida por un nuevo atentado
Otro punto compartido en la declaración fue la condena al ataque armado ocurrido el domingo en la ciudad de Hadera, ubicada entre Tel Aviv y Haifa. Allí, dos ciudadanos árabe-israelíes abrieron fuego en una calle principal y causaron la muerte de dos policías fronterizos, un hombre y una mujer, ambos de 19 años. Luego, los asaltantes fueron abatidos por las fuerzas de seguridad.
El atentado fue reivindicado por el autodenominado Estado Islámico y es el segundo perpetrado por simpatizantes del grupo yihadista en una semana. El lunes 21 de marzo, un beduino acuchilló y mató a cuatro civiles en la ciudad sureña de Be’er Sheva.
En el inicio de la alocución conjunta, Yair Lapid aseguró que «continuaremos nuestro camino, el de la paz» y afirmó que «no estoy solo en esto, todos aquí comparten ese sentimiento», haciendo referencia a sus cinco homólogos.
A su turno, cada uno de los diplomáticos deploró el hecho, extendió condolencias a los familiares de las víctimas y subrayó la importancia de mantener la unidad para frenar al terrorismo.
Sde Boker, una sede cargada de simbolismo
La denominada ‘Cumbre del Néguev’ se llevó a cabo en el kibutz de Sde Boker, ubicado en pleno desierto del sur israelí y reconocido por ser el lugar de retiro y de entierro de David Ben-Gurión, padre fundador de Israel y quien ocupó el cargo de primer ministro por primera vez.
Blinken acompañó a Lapid a visitar la tumba de Ben-Gurión, un recorrido que fue evitado por los cancilleres árabes, aduciendo motivos de agenda. La foto de los diplomáticos árabes en ese lugar hubiera significado otra afrenta para los palestinos, que responsabilizan al primer mandatario israelí de la ‘Naqba’, el éxodo de cientos de miles de palestinos en 1948.
Así, el secretario de Estado de Estados Unidos cerró una intensa visita de dos días con la que apuntó a revitalizar el interés de Washington en Medio Oriente. Una misión que se expandirá al norte de África, con viajes a Marruecos y Argelia, países en los que mantendrá reuniones durante los próximos dos días.
Con Reuters, AP y EFE