Pescadores de Oaxaca y Guerrero abandonados a su suerte – Animal Político
Es de noche y Fidel lleva ya algunas horas pescando camarón en la costa del Istmo de Tehuantepec, pero no ha corrido con suerte. A la mañana siguiente, una vez que arriba y vende el producto, Fidel echa números y se percata que solo sacó para pagar la gasolina y muy poco para el sustento de su familia.
Desde hace unos años, la destrucción de los hábitats, la contaminación y la falta de control en la pesca han provocado que las capturas del camarón que pesca Fidel sean cada vez menores, situación que también afecta a las comunidades pesqueras de la zona, quienes dependen de este recurso para subsistir.
Diversas actividades humanas sin control contaminan, deterioran y destruyen los ecosistemas costeros y marinos que son hábitats cruciales para el ciclo de vida de las especies marinas, incluso generando microorganismos que son tóxicos para las especies y las personas. A esto se suma la sobrepesca, que no permite la reproducción del camarón y otras especies, debido a la falta de control de las autoridades sobre las actividades pesqueras.
Por esta pérdida de abundancia, así como Fidel en el Istmo de Tehuantepec, son cada vez más pescadores en todo el país quienes sufren las consecuencias del deterioro y sobrexplotación de las especies pesqueras, al mismo tiempo que se ven envueltos en una maraña de desinformación, inacción, corrupción y abandono por parte de la propia autoridad pesquera.
Recientemente, Oceana participó en 3 foros regionales sobre pesca y acuacultura artesanales en los estados de Oaxaca y Guerrero. Con la presencia de pescadoras y pescadores artesanales, estos foros se llevaron a cabo en Puerto Escondido, con representantes de la región costa de Oaxaca; San Pedro Tapanatepec, con pescadores de la región del Istmo, Fidel uno de ellos, y finalmente un foro en Zihuatanejo -al que también acudieron legisladores, gobiernos municipales y estatal- al que por cierto acudieron más de 400 pescadores de la costa de Guerrero.
Si bien cada región presenta sus propias particularidades en cuanto a necesidades y problemática en la actividad pesquera, llaman la atención las similitudes que comparten y que, en su conjunto, son el reflejo de una creciente crisis del sector pesquero en el sur del país.
Lo primero que salta a la vista es el notable nivel de marginación que viven los pescadores, pues entre la decreciente abundancia de especies y el abandono por parte de las autoridades, es evidente el nivel de pobreza que va al alza y la pérdida de oportunidades para su desarrollo. La propia autoridad pesquera, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA), reconoce que hay un buen número de especies deterioradas, como es el caso del camarón de laguna del que depende Fidel, pero ni la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables ni el Programa Nacional de Pesca y Acuacultura 2020–2024 contemplan procedimientos o acción alguna para su recuperación.
La ausencia de apoyos para asistencia técnica y acciones de inspección y vigilancia por parte de las autoridades han permitido la prevalencia de malas prácticas, lo que sumado al desconocimiento de los procedimientos para la obtención de permisos, concesiones y apoyos gubernamentales genera sobrexplotación, impactos sobre los ecosistemas costero-marinos y crecientes conflictos entre las comunidades de pescadores.
Por otra parte, se ha disociado, si no es que ignorado, que hay actividades en tierra que generan impactos sobre el mar y sus ecosistemas. Más que hablar del problema de la deforestación, el exceso de agroquímicos, los residuos urbanos y la desmedida construcción de infraestructura, como las causas del deterioro de los ecosistemas, tanto pescadores, como autoridades y gobiernos solo hablan de costosos paliativos temporales como son los dragados y la apertura de boca-barras en las lagunas.
La prolongada pandemia ha impedido que los pescadores se organicen y estructuren acciones colectivas para hacer frente a problemas comunes, al tiempo que se generan conflictos sociales por el acceso a recursos pesqueros limitados o en condiciones de deterioro. Actualmente, pescadores, comunidades, cooperativas y federaciones se están reagrupando. Aquí es de suma importancia la intervención de organizaciones sociales, como la Confederación Mexicana de Cooperativas Pesqueras y Acuícolas (CONMECOOP), que está articulando a las cooperativas pesqueras en Oaxaca y otros estados para que, con liderazgos como el de Fidel, se haga frente a los retos que tienen por delante.
El reto de salvar la pesca es enorme, pero el ejemplo que nos dejan Fidel y los pescadores de Oaxaca y Guerrero de levantarse, luchar y buscar un mejor porvenir, es alentador. Hagamos un llamado de atención a legisladores y autoridades pesqueras para replantear a la pesca como un sector estratégico para el desarrollo del país, como una actividad ordenada que se oriente al alivio del hambre y la pobreza, y se cuente con las reformas necesarias que aseguren la restauración de la abundancia pesquera para esta y las generaciones por venir.
* Esteban García-Peña Valenzuela es director de las campañas de Pesquerías de Oceana en México.
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