La Iglesia ortodoxa ucraniana vinculada a Moscú afirma su independencia
El Consejo de la Iglesia ortodoxa guiada por el Metropolita Onufriy y vinculada al Patriarcado de Moscú ha afirmado su plena independencia y autonomía, abriendo el diálogo con la Iglesia ortodoxa de Ucrania. Considerando el cisma como una herida dolorosa, se expresa un profundo pesar por la falta de unidad en la ortodoxia ucraniana
Vatican News
Condena de la guerra como violación del mandamiento de Dios de «no matar», llamamiento a las autoridades de Ucrania y de la Federación Rusa para que continúen el proceso de negociación a fin de “detener el derramamiento de sangre». Desacuerdo con la posición del Patriarca de Moscú y toda Rusia, Kirill, sobre el conflicto en Ucrania.
Es el contenido de los tres primeros puntos del comunicado con el que la Iglesia ortodoxa ucraniana (Ukrayinska Pravoslavna Tserkva) vinculada al Patriarcado de Moscú, guiada por el metropolita Onufriy, al término de una reunión de su Consejo, afirma su «plena independencia y autonomía» y se abre al diálogo con la Iglesia ortodoxa de Ucrania (Pravoslavna Cerkva Ukraïny) fundada en diciembre de 2018 bajo la égida del Patriarcado de Constantinopla, que reconoció su autocefalia
Profundo pesar
En su nota, el Consejo, subrayando su «profundo pesar por la falta de unidad en la ortodoxia ucraniana» y considerando el cisma como una «dolorosa herida en el cuerpo eclesial», no pierde la esperanza de reanudar el diálogo. Y para que se produzca, pone ciertas condiciones a la Iglesia guiada por el metropolita Epifanij, vinculadas, sobre todo, a la necesidad de «restaurar la sucesión apostólica de sus obispos» para «reconocer la canonicidad» de su jerarquía.
Pero el pensamiento de la Iglesia ortodoxa ucraniana se dirige de modo especial a sus fieles que, «como consecuencia de la agresión militar de la Federación Rusa contra Ucrania», se encuentran dispersos en el país y en el extranjero. Ellos, se lee, no pueden ser dejados «sin atención espiritual». La Iglesia «debe estar a su lado en las pruebas y organizar comunidades eclesiales en la diáspora». El comunicado concluye con «la esperanza del fin de la guerra y la reconciliación de los enemigos».