Flota 12 veces mayor – Diario de Yucatán
PROGRESO.— Cuando el puerto de abrigo de Yucalpetén entró en operación en 1968, la flota pesquera era de 50 barcos de mediana altura construidos con madera y ahora hay 600 embarcaciones. Se multiplicó 12 veces en un lapso de 54 años.
Los 50 barcos de madera atracaban por el rumbo de “La pescadora”, el actual playón poniente, donde también se construían las embarcaciones y eran víctimas de los malos tiempos, lo que impedía el crecimiento de la pesca como industria.
Entrevistados con motivo del aniversario 54 del puerto de abrigo de Yucalpetén, que entró en servicio el 1 de junio de 1968, los veteranos pescadores Claudio Manzanero Rubio, de 73 años de edad, y Manuel Jiménez Che, de 72, y el empresario náutico Mario Esquivel Ríos, de 80 años, señalan que desde el principio, el refugio pesquero fue dividido en zonas turística (lado oriente) e industrial (lado poniente), donde también se asentaron congeladoras, astilleros y fábricas de hielo.
Pescador desde los 16 años de edad, cuando incursionó en la pesca de langosta por buceo, Manzanero Rubio recuerda que vio comenzar la construcción de Yucalpetén por el año de 1966, y que llevó unos dos años abrir la bocana que comunicó con la ría de Chelem y construir los muelles en las zonas turística e industrial.
Jiménez Che, a su vez, recuerda que cuando llegó a este puerto comenzaba a despuntar Yucalpetén y le tocó vivir y participar en el desarrollo y crecimiento de la industria pesquera.
Él es originario de Campeche y conocido como “Grande”, “Nohoch” y “Kalimán”; recibió este último apodo al incursionar en el béisbol junto con sus hijos.
Los dos veteranos hombres de mar coinciden en que en 1968 la flota mayor era de 50 barcos, todos de madera.
Al contar con un refugio pesquero y al estar los barcos ya protegidos de los malos tiempos, pues antes se destruían frente a “La pescadora” (playón poniente), arrancó el crecimiento de la flota, destaca.
Hoy en día hay 600 barcos, precisa Jiménez Che, los cuales en la temporada de pesca de escama emplean a unos 3,000 pescadores y en los cuatro meses y medio de la pulpeada, que va del 1 de agosto al 15 de diciembre, se triplica y hasta se cuadruplica el número de tripulantes, pues cada una de las embarcaciones lleva en promedio 20 pescadores.
La industria pesquera de Yucatán tiene su base en Yucalpetén, con capturas de mero, guachinango, pulpo y langosta y es una actividad que genera recursos económicos; el sector privado es el que la ha despegado y mantenido en alto, aunque también ha habido altas y bajas, dicen los entrevistados.
Las luces y sombras de la industria pesquera se dan con las cooperativas pesqueras, considera Manzanero Rubio, quien dice que el puerto de abrigo dio oportunidad para la integración de agrupaciones que tuvieron auge y contaron con congeladoras, fábricas de hielo y embarcaciones.
Formaron la Federación Regional de Cooperativas Pesqueras, que en su momento representó una de las más fuertes del sector social, afirma.
La pesca de camarón
Por el año del entonces gobernador Francisco Luna Kan (quien gobernó Yucatán de 1976 a 1982), se trajeron los barcos camaroneros, a los que se les puso el nombre de “Kukulcán”, se capturaban grandes cantidades de camarón, pero las malas administraciones hundieron esa flota, la industria camaronera se fue a pique y los tuvieron que vender.
Los barcos “Fipesco”, de las cooperativas, corrieron igual suerte y el huracán “Gilberto” (que azotó en Yucatán el 14 de septiembre de 1988) los acabó.
Esquivel Ríos recuerda que por el año de 1965 incursionó en la pesca, de escama, con barcos de la flota Bucaneros.
En aquel entonces, rememora, los barcos no usaban caseta, y los pescadores dormían en el tambucho.
Para capturar huachinango viajó a Estados Unidos, donde tomó un curso de capacitación.
Además, a sus barcos les colocó caseta y equipos, como Loran (del inglés LOng RAnge Navigation, navegación de largo alcance) y ecosonda (que permite conocer la profundidad del fondo marino y detecta peces y obstáculos debajo de una embarcación), así que lograron buenas capturas de mero y de huachinango.
Los barcos atracaban en el muelle de pescadores, donde el empresario José Alonzo Benítez todos los días acudía a ver la salida y llegada de los barcos.
Con el éxito de los barcos con caseta, a las demás embarcaciones de Yucalpetén les pusieron una.
Esquivel Ríos vendía el producto en la congeladora de Alberto Solís Pinelo, ubicada en la calle 82 con 33, donde hoy está la clínica del Centro Médico Americano.
A raíz de que se instaló Productos Pesqueros de Yucalpetén, que trajo 50 barcos de fibra de vidrio conocidos como zapatitos, Esquivel Ríos vendió su flota de 15 barcos y su congeladora Esquimar por el año de 1973, se retiró de la pesca y se dedicó a la actividad náutica.— Gabino Tzec Valle