Objetivo 2030: ocho años vitales para cambiar el modelo económico | Medio ambiente – Expansión
Espaa ha diseado una ambiciosa estrategia para reducir el uso de materias primas y los residuos generados. Esta implica a administraciones y al conjunto del tejido empresarial
Hacer, tomar y desechar. Este ha sido el esquema bsico en el que se ha basado el modelo econmico lineal que ha seguido Occidente. Pero el tiempo ha demostrado que no funciona, ni siquiera a corto plazo. Esto, sumado a todo lo sucedido recientemente, ha hecho que incluso las grandes potencias que han explotado este sistema de produccin y consumo masivo den un vuelco a sus polticas y apuesten por la circularidad y el aprovechamiento de recursos.
Gobiernos y organizaciones internacionales tienen claro, al menos sobre el papel, que esta dcada es clave para fomentar desde la legislacin el cuidado del planeta. Y es que 2030 se ha fijado como la primera fecha clave (2050 ser la siguiente) para la consecucin de las metas fijadas. Ese ao, la ONU espera que se hayan cumplido los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) acordados en 2015. Y tambin ser el momento en el que la UE estima que su Plan de Accin de Economa Circular comience a mostrar sus primeros frutos, sumando al PIB comunitario un 0,5% adicional y creando 700.000 nuevos puestos de trabajo.
En consonancia con estas dos grandes iniciativas internacionales, Espaa cuenta tambin con su propia estrategia: Espaa Circular 2030. Esta hoja de ruta se ha visto acompaada de diversos planes de accin que marcan objetivos para cada trienio de esta dcada y que persiguen una nica meta: llegar a 2030 con los deberes hechos.
La principal razn por la que se separ la estrategia de los planes de accin fue que no es algo que implique solo al Gobierno central. La idea es que sea una estrategia que se ponga en marcha a travs de la cooperacin pblico-privada y cuente tambin con la colaboracin del resto de administraciones y empresas, explica Jos Ignacio Cases, presidente y socio de Novadays, consultora que colabor en la creacin de la citada estrategia espaola.
Esta colaboracin entre organizaciones pblicas y privadas es precisamente uno de los elementos claves de la estrategia fijada por el Gobierno. Pero tambin implica, tal como remarca Cases, una transformacin profunda del camino realizado hasta ahora, que exige un trabajo conjunto de administraciones, empresas y resto de organizaciones sociales.
As, para cada objetivo marcado hay un eje de accin especfico que cuenta con su propia partida econmica. Adems, la estrategia se cre antes de la aprobacin del Plan de Recuperacin, Transformacin y Resiliencia, por lo que al presupuesto inicial habr que sumarle las ayudas fijadas en el PERTE de Economa Circular, que alcanzan los 492 millones de euros, as como los otros 1.200 millones de euros de inversin que aspira a movilizar de aqu a 2026.
Entre los principales objetivos se encuentran los de reducir en un 30% el consumo de materias primas y en un 15% la generacin de residuos, incrementar la reutilizacin de los desechos municipales hasta llegar al 10%, mejorar en un 10% la eficiencia del agua o reducir la emisin de gases de efecto invernadero, agrega Cases.
GENERADOR DE EMPLEO
La estrategia Espaa Circular 2030, acompaada de los respectivos planes diseados por cada comunidad autnoma y las medidas que se adopten desde el tejido empresarial, no solo tendrn consecuencias palpables a nivel medioambiental, sino tambin econmico. Desde el Ministerio de Transicin Ecolgica y Reto Demogrfico estiman que al finalizar la dcada se habrn creado alrededor de 70.000 puestos de trabajo relacionados con la economa circular (el 10% de todos los previstos para el conjunto de la UE). Y tanto en la generacin de empleo como en el grueso de la estrategia, el reciclaje ser uno de los pilares fundamentales.
El papel del reciclaje es tan importante que sin el trabajo desarrollado por el sector recuperador hoy no podramos ni siquiera soar con ese modelo circular, basado en el mximo aprovechamiento de los escasos recursos naturales disponibles, subraya Ion Olaeta, presidente de la Federacin Espaola de la Recuperacin y el Reciclaje (FER). Y aade: Estamos en un momento clave para decidir si Espaa liderar esa nueva economa o nos situaremos en el vagn de cola, con las implicaciones y consecuencias que ello podra tener.
Olaeta seala tambin a la ciudadana como un actor clave en la gestin de un sistema de reciclaje eficaz. Pero para que el conjunto de la poblacin ponga su granito de arena y su labor sea relevante, necesitan tener a su alcance los medios necesarios, algo que no siempre ocurre. Segn seala una encuesta realizada por el programa de educacin ambiental Cada lata cuenta, el 72% de los espaoles considera que es complicado encontrar contenedores en las calles y el 58% se muestra a favor de poner en marcha iniciativas para aumentar las tasas de reciclaje.
Este ltimo dato refleja que el nivel de concienciacin de los ciudadanos es cada vez mayor, algo que a su vez corroboran otras estadsticas. El instituto Catchment realiz para Ecoembes un estudio que se public el pasado 17 de mayo, Da Mundial del Reciclaje. Segn los datos obtenidos, el 82,9% de los espaoles encuestados declara tener, de media, tres cubos, bolsas o espacios en casa para reciclar. Esta cifra contrasta con la registrada en 2015, cuando solo separaban sus residuos un 72,5% de los espaoles.
El mismo estudio indica que cada ciudadano deposit de media 18,8 kilos de residuos en los contenedores amarillos de plstico y 19,3 kilos de papel y cartn en los azules. En cuanto al vidrio, la recogida selectiva de envases creci un 5% y ya se sita en niveles prepandemia, segn datos de Ecovidrio. Esto supone que cada ciudadano deposit 19 kilos de media en los contenedores verdes.
El del vidrio es uno de los casos que mejor representa lo que supone el reciclaje para la circularidad. No en vano, se trata de un material clave para avanzar en trminos descarbonizacin. El uso de vidrio reciclado ya supone un ahorro del 53% de las emisiones de CO2 asociadas a los procesos de fabricacin de nuevos envases, explica Beatriz Egido, directora de Comunicacin y Responsabilidad Social Corporativa de Ecovidrio.
Adems, aade, teniendo en cuenta el aumento de los precios de la energa, es necesario recordar que el uso de calcn (pequeos trozos de cristal reciclados) por parte de los hornos vidrieros requiere menor temperatura de fusin y permite ahorrar un 38% de energa en todo el proceso.
La nota discordante, en cambio, la pone la industria textil. El de la moda es uno de los sectores que ms produce en relacin al consumo final y sin embargo la gestin del reciclaje de prendas tiene todava muchas lagunas. Un estudio publicado justo hace un ao por Moda re-, una iniciativa textil de Critas Espaa dedicada a la gestin integral de ropa usada, seala que, de las 890.244 toneladas de residuos textiles que se generan en Espaa, solo 108.296 son recogidas de forma selectiva para su reutilizacin. A esto hay que sumarle que solo un 1% son recicladas en ciclo cerrado y vuelven a tener el mismo uso o uno similar.
Otra de las posibilidades que ofrece la valorizacin de residuos es su transformacin en energa. Todo lo que no se puede aprovechar en las plantas de reciclaje para crear nuevos materiales, lo que se conoce como rechazo, es utilizado por empresas como Urbaser (compaa internacional de gestin medioambiental) para generar energa en forma de electricidad o calor: la primera se entrega a la red elctrica, mientras que el calor se usa para los sistemas de calefaccin de las casas. Y similar es el proceso realizado con el lodo que se genera en las depuradoras de aguas residuales.
SOLUCIN ENERGTICA
Aunque depende del tipo de desecho, puede estimarse que se necesitan alrededor de 1.400 kilos de residuos domsticos para generar un megavatio-hora de electricidad, explican desde Urbaser.
La transformacin de residuos en energa es especialmente relevante en un contexto como el actual. Bien es cierto, como argumentan desde Urbaser, que la valorarizacin energtica no puede por s sola resolver la actual crisis de precios de la energa, derivada de la dependencia exterior, pero s que puede ser parte de la solucin. Contamos con el residuo y con la tecnologa limpia para convertirlo en energa y podemos aprovecharla. En pases como Suecia, Dinamarca o Pases Bajos no se deposita en vertedero prcticamente ninguna tonelada de residuo domstico que haya podido ser valorizada energticamente.
En esta misma lnea apuntan tambin los esfuerzos en trminos de circularidad de otras grandes compaas. Naturgy, por ejemplo, es la primera empresa espaola que inyecta en la red de distribucin el gas renovable (biometano e hidrgeno) que se obtiene del rechazo. La iniciativa se llama Proyecto Elena en honor al vertedero del que se obtiene. Se estima que la planta de Naturgy, situada en Cerdanyola del Valls (Barcelona), produce alrededor de 12 gigavatios al ao, lo que equivale al consumo de alrededor de 3.200 hogares.
Otra energtica como Engie tambin est trabajando en introducir la circularidad en sus propios procesos productivos, adems de facilitar que otras empresas hagan lo mismo. Esta compaa apuesta por la valorizacin energtica de sus procesos industriales, promueve los gases renovables e impulsa el uso de biomasa.
Esta fuente de energa neutra en emisiones sirve para producir biometano, un gas muy til para las industrias ms difciles de electrificar. Adems, la empresa aboga por la produccin de proximidad en explotaciones forestales sostenibles, por lo que a su favorable impacto ambiental hay que sumar, tambin, la creacin de empleo y riqueza en el medio agrario. En Espaa, Engie ya ha introducido redes de calor alimentadas con este combustible en ciudades como Barcelona, Palencia o Pamplona.