Crisis de los submarinos: Australia indemnizará a Naval Group por incumplimiento de contrato
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Tras la ruptura en septiembre de 2021 de un megacontrato por valor de 56.000 millones de euros para la entrega de submarinos franceses, Australia ha anunciado que pagará 555 millones de euros a Naval Group. «Un acuerdo importante», según el ministro francés de las Fuerzas Armadas, Sébastien Lecornu, para «abrir una nueva página” en la relación bilateral con Australia y «mirar hacia adelante».
Es la culminación de una crisis sin precedentes entre Francia y Australia. Este sábado, Canberra dio a conocer un acuerdo de compensación masiva con el fabricante francés de submarinos Naval Group, poniendo fin a una disputa financiera que ha agriado las relaciones entre Canberra y París durante casi un año.
El nuevo primer ministro de Australia, Anthony Albanese, declaró que la empresa francesa había aceptado un «acuerdo justo y equitativo» de 555 millones de euros por la rescisión del enorme contrato de 56.000 millones de euros que provocó acaloradas tensiones diplomáticas entre París y Canberra el pasado otoño.
Naval Group confirmó que había firmado un «acuerdo justo» con Australia, pero no especificó el importe de la compensación.
Por su parte, el ministro francés de las Fuerzas Armadas, Sébastien Lecornu, dijo que «tomaba nota» del pacto de indemnización que permitirá «abrir una nueva página” en la relación bilateral con Australia y “mirar hacia adelante».
El «acuerdo del siglo» torpedeado por Australia
En septiembre de 2021, el entonces premier australiano Scott Morrison interrumpió bruscamente el contrato francés que llevaba una década en marcha.
El jefe de Gobierno anunció que su país compraría submarinos de propulsión nuclear estadounidenses o británicos, un cambio importante para una nación con escasa capacidad atómica.
Morrison provocó la ira del presidente francés Emmanuel Macron, que le acusó de engaño y retiró a su embajador australiano en señal de protesta.
Las relaciones entre ambos países se mantuvieron frías hasta la elección en mayo del centroizquierdista Anthony Albanese.
Desde su llegada al poder, ha actuado con rapidez para enmendar los tensos vínculos con Francia, Nueva Zelanda y las naciones insulares del Pacífico, que criticaron al anterior Gobierno conservador por su lentitud en la lucha contra el cambio climático.
«Estamos reconstruyendo una mejor relación entre Australia y Francia», dijo Anthony Albanese, afirmando que estaba «deseando responder a la invitación del presidente Macron para visitar París por primera vez».
Submarinos para contrarrestar a China
En total, el fracaso del contrato del submarino francés habrá costado a los contribuyentes australianos 2.400 millones de dólares, según dijo su primer ministro, sin ningún beneficio para ellos.
El convenio de submarinos es la pieza central de la estrategia de defensa australiana frente a la creciente influencia de China en la región bajo el mandato del presidente Xi Jinping.
Los submarinos de propulsión nuclear podrían permitir a Australia operar de forma más sigilosa y disuasoria frente a China. Pero existe una gran incertidumbre sobre cuándo podrá disponer realmente de estos dispositivos.
Es poco probable que el primer submarino estadounidense o británico entre en servicio durante décadas, lo que dejará un hueco a la envejecida flota australiana.
La elección del proveedor tendrá importantes repercusiones económicas e implicaciones estratégicas, vinculando estrechamente a la Marina australiana con la del país elegido.
El ex ministro de Defensa y actual líder de la oposición, Peter Dutton, dijo esta semana que habían decidido obtener suministros de EE. UU., una revelación inusual dada la sensibilidad de las negociaciones en curso.
El actual gobierno ha insistido en que aún no se ha tomado ninguna decisión.
*Adaptado de su versión original en francés