La renuncia de Boris Johnson abre la puerta a un laberinto ‘tory’ por su remplazo
Tanto el partido de Gobierno, como los de oposición, exigen que su salida definitiva del mandato se dé antes del otoño, fecha que él mismo decidió. Mientras, ha iniciado la carrera interna por reemplazarlo.
Boris Johnson sigue dividiendo al partido Conservador. Ni su muy esperada renuncia logró apaciguar los ánimos de su copartidarios, algunos de los que esperaban que su renuncia fuera inmediata.
Johnson, muy a su estilo, sin disculparse y sin sonrojarse, dijo que se irá en el otoño, probablemente en octubre, cuando se elija a su sucesor.
Con lo que no contaba era con el desbordado malestar dentro de los ‘tories’ que ha sido contenido por meses, tratando de defender lo indefendible.
La implosión ‘tory’ empezó minutos después del escueto discurso de Johnson. Un hecho inusual le puso más velocidad.
Fue la carta del ex primer ministro conservador John Major, quien gobernó entre 1990 a 1997, y, sin dudarlo, dijo que la decisión de Johnson de mantenerse sin autoridad, al mando de un gobierno débil, “es insensato e insostenible”.
Al tiempo, le pidió al poderoso Comité conservador 1922, que tiene las herramientas para tumbar un ‘premier’, que el viceprimer ministro, Dominic Raab, quede como encargado o que el proceso de elegir al sucesor de Johnson se acelere.
La de Major fue apenas una de las primeras voces que pidió la salida inmediata de Johnson. Otros de sus copartidarios conspiraban en secreto o en Twitter.
Esa petición coincide con el cambio de los jefes de ese comité que podría modificar las reglas para que despedir un ‘premier’ sea más sencillo y menos dramático.
Eso implicaría, por ejemplo, que para que un candidato pueda presentarse a la carrera para ser ‘premier’, tendría que tener el apoyo de al menos 20 diputados, lo que acortará el número de aspirantes.
Entonces las bases conservadoras serían convocadas mucho antes para que elijan entre dos candidatos, a su nuevo líder y, por ende, al nuevo primer ministro.
La flexibilidad del proceso de elección ‘tory’ también permite sorpresas. Como en 2016, cuando Theresa May fue elegida. Sus competidores fueron quedando eliminados y renunciando hasta que ella fue la única en la competencia.
‘Tories’ y Laboristas, puntos en común
Los efectos del terremoto político que forzó la renuncia de Johnson, que deja hechos extraordinarios para la colección de la política británica, ha mostrado coincidencias entre los partidos en la Cámara de los Comunes.
Tanto los rebeldes conservadores como los laboristas exigen la salida inmediata de Johnson.
“Pensamos que Boris Johnson no puede quedarse ni un minuto más en Downing Street. Está comprobado que no es apto para gobernar”, advirtió la vice jefe de los laboristas, Angela Rayner.
He’s only gone and said the quiet bit out loud.
As this Conservative MP knows, his friends are in it for themselves. Not the country.
They’re unfit to govern. https://t.co/jOS5c89g2h
— Angela Rayner 🌹 (@AngelaRayner) July 8, 2022
Esta situación evidencia aún más las conocidas divisiones dentro de los ‘tories’. Las diferencias de antaño entre pro Brexit o pro Unión Europea parecen haberse mudado de nombre. Con Boris o contra Boris.
Pero los ‘tories’ también tendrán que esforzarse por recuperar la confianza de sus bases pensando en las elecciones generales, que podrían ser en 2024.
Los escándalos de Johnson hicieron eco y zonas conservadoras por siglos empezaron a tornarse Laboristas o Liberales Demócratas.
Según el experto John Curtice, famoso en el país, por acertar en sus predicciones, “el desafío electoral que enfrenta el próximo líder conservador será sustancial”.
Agregó en el ‘Telegraph’ “que La popularidad y la imagen del partido han sufrido mucho desde la cuestión de la probidad y el juicio de Boris Johnson”.
Por su parte, algunos periódicos británicos, que no disimulan sus posturas políticas, también han empezado a tomar distancia de quien fuera enaltecido con adjetivos por años, pese a su conocida y compleja relación con la verdad.
“Al final, él era su peor enemigo, pero el legado heroico de Boris está asegurado”, escribió la columnista del ‘Telegraph’, Allison Pearson, quien le agradece por el Brexit.
Mientras que la población espera que el nuevo líder recupere la honorabilidad del cargo de primer ministro. Y que, por fin, los asuntos urgentes como el disparado costo de vida sean la prioridad.
Carrera por suceder a Johnson, ¿quiénes suenan?
Los aspirantes empezaron a aparecer cuando se cerró la puerta negra de Downing Street, tras la renuncia de Boris Johnson.
El primero en levantar la mano fue el diputado Tom Tugendhat, jefe de la Comisión de asuntos exteriores del Parlamento británico, quien, como miembro de las Fuerzas Militares, sirvió en la guerra de Afganistán.
También lo hizo la fiscal general del país, Suella Braverman.
De los grandes nombres o favoritos solo Rishi Sunak, el ex ministro de Finanzas, se ha lanzado.
Su candidatura hasta hace meses, lo hubiera llevado directamente a semifinales, pero una multa por el ‘partygate’ y una green card americana, podrían restarle puntos.
Se da como un hecho que varios ministros del gabinete se presentarán.
La lista la encabeza la ministra de Exteriores, Liz Truss; el ministro de Defensa, Ben Wallace, el más popular dentro de los ‘tories’ por su liderazgo en la defensa de Ucrania; así como el actual ministro de Finanzas, Nadhim Zahawi, y el ex ministro de Salud, Sajid Javid.
También se espera que a la carrera se unan Jeremy Hunt, ex ministro de Salud, quien ya ha participado en previas competencias, Penny Mordaunt, quien es la primera mujer en la historia del país en ser ministra de Defensa, y el euroescéptico Steve Baker.
“Las carreras de liderazgo ‘tory’ siempre se parecen más al Grand National que al Derby: llenas de gente, impredecibles y con el favorito a menudo sin ganar”, recuerda James Forsyth en el ‘Spectator‘.
La lista de candidatos, si no se modifican las reglas, puede ser amplia, pero a diferencia del 2019 cuando se sabía que Boris Johnson iba a ser elegido, ahora no hay certeza.
Con cada vez más presión por la crisis que deja el Gobierno Johnson, elegir nuevo primer ministro parece imperativo. El proceso debe durar semanas y no meses.