Descubren una misteriosa señal de radio en una galaxia lejana
Un equipo de científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) ha detectado recientemente una rara señala de radio, procedente de una galaxia cercana. No es la primera vez que se detectan este tipo de señales. De hecho, existen multitud de radiotelescopios cuyo trabajo es detectarlas. Pero esta es peculiar por dos razones. Por un lado, por su duración. Este tipo de señales normalmente duran unos pocos milisegundos. Sin embargo, esta alcanza los tres segundos. Por otro lado, es la señal de su tipo con el patrón periódico más claro que se ha detectado jamás. Este tipo de patrones periódicos son propios de los púlsares, pero este parece ser uno muy especial.
Su hallazgo se reportó hace apenas una semana en Nature. No obstante, la observación de la señal de radio tuvo lugar mucho antes, el 21 de diciembre de 2019. Fue captado por el Canadian Hydrogen Intensity Mapping Experiment (CHIME), un radiotelescopio ubicado en la Columbia Británica, cuyo objetivo es captar las ondas de radio emitidas por el hidrógeno en las primeras etapas del universo. Es, por lo tanto, un viaje al pasado en el que este tipo de señales son algo habitual. Sin embargo, los científicos que se encontraba procesándolas no tardaron en descubrir algo inusual en esta.
Pronto se dieron cuenta de esas dos peculiaridades que la convertían en algo único y digno de estudio. De momento consideran que debe tratarse de un púlsar de radio o un magnetar. Ambas son estrellas de neutrones que han colapsado de estrellas masivas. Se sabe bastante de ellas, pero aún quedan muchos misterios a su alrededor. Por eso, esta nueva señal de radio podría ayudar a la ciencia a conocerlas mejor.
Jocelyn Bell era una joven estudiante de doctorado que en 1967 se encontraba estudiando los datos tomados por el radiotelescopio que ella misma había ayudado a construir cuando descubrió algo raro. Se trataba de una señal de radio que se repetía de forma periódica, como una especie de beep beep beep. Rápidamente, puso su hallazgo en conocimiento de su director de tesis, quien le restó importancia asegurando que debía tratarse de un error. Pero ella no se rindió. Siguió estudiando los datos del radiotelescopio hasta encontrar de nuevo aquella rara señal.
Así fue como se observó un púlsar por primera vez. Lógicamente, fue un hallazgo merecedor y ganador del premio Nobel, aunque no fue para Jocelyn, sino para aquel supervisor que le restó importancia.
Injusticias a un lado, desde entonces se han detectado multitud de aquellas estrellas de brillo pulsátil conocidas como púlsares. Pero aún hay lugar para las sorpresas cuando se trata de señales de radio periódicas.
Los descubridores de esta nueva señal, bautizada como FRB 20191221A, quedaron también fascinados al ver su larguísima duración. Esto, junto a su origen, ubicado en una galaxia a miles de millones de años luz, y la inclusión de ráfagas de ondas de radio cada 0,2 segundos, lo convertían en algo digno de seguir estudiando. De momento ya han reportado sus primeras impresiones, aunque tendrán que seguir estudiándola para saber qué es exactamente.
Dos opciones para elegir
Por ahora, estos científicos se decantan entre un púlsar de radio o un magnetar. En realidad, los magnetares también son púlsares, que cuentan con la peculiaridad de expulsar relámpagos de energía en forma de rayos X o gamma. Podría ser una opción acertada para esta señal de radio, aunque sería necesario estudiarla con telescopios que midan en ese rango del espectro electromagnético.
Saberlo será el siguiente paso de estos científicos, que confían en los telescopios del futuro para tener mucha más información con la que recomponer las piezas del rompecabezas. Las posibilidades son muchísimas. Y es que, aunque posiblemente hayas empezado a leer esto pensando en una explicación alienígena, que no lo sea no lo hace menos fascinante.