Crisis hídrica en Sonora, cada día más cerca; presas promedian en 22.4% de su capacidad – Tribuna
Ciudad Obregón, Sonora.- Mientras en Nuevo León la crisis del agua se agudiza, en otras entidades las alertas se encienden: no están tan lejos de encontrarse en una situación de la misma magnitud. Si bien se insiste en hacer creer que no pasa nada, lo cierto es que varias zonas del país están al borde del abismo en materia hídrica.
De acuerdo a las mediciones de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, Guanajuato, Michoacán o la Ciudad de México están entre los más problemáticos si nos basamos en la disponibilidad de líquido en sus cuencas hidrológicas. Si nos vamos a los acuíferos, el problema se extiende a prácticamente la mitad del territorio nacional, pues desde Baja California hasta Oaxaca hay zonas donde la sobre explotación ha hecho de las suyas y no hay agua para ningún tipo de uso.
Esto, aunado a una captación por lluvias sumamente moderada, pone en vilo el futuro del país y de sus estados: al último corte (15 de julio), 77.72 por ciento del territorio se encuentra en sequía, producto de un déficit de precipitaciones, pues estas se encuentran por debajo del promedio histórico. Son 571 municipios a nivel nacional los que están envueltos en el desastre. La situación es tal que a la Conagua no le quedó más remedio que hablar de un «inicio de emergencia2 y apostar a solicitar a los concesionarios de aguas nacionales que «donen» líquido para uso urbano, petición a la que, hasta ahora, ninguno de ellos ha respondido.
Todo el territorio de Sonora presenta algún tipo de sequía, siendo San Luis Río Colorado, Nogales y el sur (de Guaymas a Navojoa), los más dañados. Pero realmente lo que preocupa en el estado es la condición general de sus fuentes de líquido. Por un lado, la disposición de agua para uso urbano ha disminuido significativamente en los últimos meses, al grado de que no son pocos los municipios que han tenido que tomar medidas excepcionales, pues no hay agua que alcance.
Por ejemplo, en Nogales la situación ha llegado a tal que el Nogales de Arizona ha tenido que entrar al quite y enviar decenas de pipas para abastecer los tinacos de amplias zonas de la ciudad, sobre todo las más populares, en donde el abasto del agua es más que un lujo. Juan Francisco Gim, alcalde de la ciudad fronteriza, ha reconocido que se vieron obligados a implementar tandeos en toda la ciudad, ya que no hay forma de enviar agua a todas las tomas caseras; aunado a ello, hay 25 pipas que reparten agua en las zonas más críticas.
Y Nogales no es el único caso: San Luis Río Colorado va hacia el mismo sitio, con una presión cada vez menor y colonias que solo reciben agua por tres o cuatro horas al día. Y ni hablar de Hermosillo. La capital, de no ser por la extracción de agua desde El Novillo, no tendría forma de ser viable en su día a día; de hecho, como solución a la demanda de agua, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que buscarían cavar más profundo en dicha presa con el fin de elevar el volumen de suministro.
En el sur se sabe que Guaymas y Empalme deben implementar tandeos y disminución de la presión, lo mismo que en Ciudad Obregón y Navojoa. Aunque las autoridades municipales insistan en rechazar el tema o desviarlo hacia una gravedad menor, lo cierto es que el panorama no es halagüeño.
La crisis alcanza tales niveles que la próxima semana el gobernador Alfonso Durazo se reunirá con directivos de Conagua para tratar el estado que guardan las cuencas hidrológicas en el estado. Y es que dichas cuencas presentan condiciones deplorables. De Hermosillo hacia el norte no hay cuenca con agua disponible, al tiempo de que los acuíferos que las conforman presentan déficit, conjugándose dos elementos de caos, que significa que no hay forma ni caminos para tener líquido en el corto plazo.
Dicho de otra forma, lo que podría contarse como reserva no existe, lo que hace depender a Sonora de la captación, casi nula por la sequía, y de implementar mecanismos para paliar la situación, para los cuales se requieren recursos de los que carece. En un punto que resume las condiciones presentadas, las presas del estado siguen en horas bajas, sin visos de mejora ante la poquísima lluvia que se ha presentado en plena época.
De acuerdo con la Conagua, las presas en el estado promedian en 22.4 por ciento de capacidad, cuando el año pasado, ya crítico, tenían 29.9 por ciento para estas fechas; hay casos tan dramáticos como el de la Álvaro Obregón (la de mayor capacidad), que apenas supera el 15 por ciento.
Fuente: Tribuna