Israel y la Yihad Islámica Palestina siguen intercambiando fuego tras los ataques mortales de Gaza
Con la última oleada de cohetes disparados por la Yihad Islámica Palestina desde Gaza, las sirenas antiaéreas resonaron en Tel Aviv este sábado, por primera vez desde el comienzo de la actual escalada de violencia. Una respuesta al llamado «ataque preventivo» de Israel de este viernes que dejó 10 muertos y al menos 75 heridos.
Tras haber lanzado más de 350 cohetes desde el comienzo ayer del actual repunte de tensión, la Yihad Islámica disparó hoy por primera vez hacia Tel Aviv, cuyos residentes debieron correr a los refugios antiaéreos y escucharon el impacto de las intercepciones.
«Fue un ataque traicionero. En respuesta, «Saraya Al Quds» (el brazo armado del Movimiento de la Yihad Islámica) contraatacó en el centro de los territorios ocupados para asegurarse de que la ocupación pague por este crimen y el ataque no quede impune. La ocupación es totalmente responsable de esta situación», declaró Tariq Selmi, portavoz del Movimiento de la Yihad Islámica.
Desde la madrugada y durante todo el día, se registraron incesantes ataques en ambas direcciones, incluyendo fuertes bombardeos israelíes contra objetivos del grupo e incontables lanzamientos de proyectiles desde la Franja, sobre todo hacia las comunidades fronterizas en el sur de Israel.
Según los medios locales israelíes, no se registraron daños ni heridos por estos cohetes, que fueron interceptados por el sistema de defensa antiaéreo Cúpula de Hierro.
«Hemos bloqueado y seguiremos bloqueando a terroristas que planean lanzar cohetes y MGP (municiones guiadas de precisión) desde Gaza a Israel. Hemos atacado docenas de instalaciones terroristas utilizadas por la Yihad Islámica para la producción y el lanzamiento de cohetes», declaró el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz.
Por ahora el Ministerio de Sanidad palestino contabiliza 15 víctimas mortales en Gaza desde el comienzo de las hostilidades. La cifra de heridos escaló a 125, mientras que Israel registra unos 20, la mayoría por heridas sufridas mientras corrían a los refugios antiaéreos, además de dos soldados lastimados por el impacto de un proyectil.