Rusia mantiene la confusión sobre el posible ataque a su base militar en Crimea
Las dudas sobre si las explosiones del pasado martes en el aeródromo militar de Saki, en la Crimea ocupada por Rusia, fueron un accidente (como apuntó el Kremlin) o un ataque organizado por las fuerzas ucranianas siguen aumentando conforme pasan los días y las imágenes van desmintiendo parte de la información facilitada por Moscú.
Según publica el Instituto de Estudios de la Guerra (ISW), un grupo de expertos estadounidenses, al menos ocho aviones rusos y varios edificios fueron destruidos en las detonaciones del martes, que según las autoridades crimeas, provocaron un muerto y 13 heridos.
Los daños han sido confirmados por imágenes tomadas por satélites y suponen un contrapunto al balance del Ministerio de Defensa de Moscú, que habla de «negligencia» en un polvorín de explosivos almacenado, pero que ninguna aeronave sufrió daños y que en ningún caso se trata de un bombardeo u operación militar del Ejército de Ucrania.
Pero ni siquiera los medios rusos están publicando una versión homogénea sobre lo sucedido en esta ciudad costera de la península del Mar Negro, donde la temporada turística ha terminado repentinamente cuando estaba en pleno apogeo.
Un pequeño helicóptero con una bomba
En el repaso a la prensa rusa del ISW se destaca la publicación del «milblogger» ruso Rybar, un bloguero especializado en asuntos relacionados con la guerra. El miércoles aseguraba que las al menos cuatro explosiones en la base aérea podrían deberse a una negligencia e incumplimiento de las normas de seguridad, pero abre la posibilidad a que un pequeño helicóptero con una bomba atacara un estacionamiento cercano.
Puede que Moscú aún no entienda cómo o desde dónde exactamente Ucrania pudo atacar Crimea
No es la única información que muestra una línea diferente a la esgrimida por el Kremlin, lo que para el ISW indica que los funcionarios del Ministerio de Defensa ruso tienen teorías contrapuestas sobre el ataque y las están compartiendo con los medios que no han sido censurados en Rusia.
También es posible, según el ISW, que el Kremlin no haya coordinado su operación de información para negar que Ucrania haya llevado a cabo un ataque exitoso detrás de las líneas rusas y a más de 220 kilómetros de la línea del frente, donde la tecnología militar ucraniana —al menos que se conozca entre el armamento facilitado por Occidente— tendría muy difícil impactar.
Es probable que las fuerzas rusas en la base aérea ya sepan lo que sucedió, pero también es posible que aún no entiendan cómo o desde dónde exactamente las fuerzas ucranianas llevaron a cabo el presunto ataque, según el ISW.
Ucrania saca partido
Los funcionarios ucranianos están jugando con la evidente confusión rusa en torno al presunto ataque para sembrar dudas sobre las capacidades de largo alcance de Ucrania, añadió el instituto estadounidense especializado en asuntos militares.
The New York Times ya publicó el miércoles la versión de un alto funcionario militar ucraniano que aseguraba que el ataque se llevó a cabo con la ayuda de partisanos pro Kiev en la península ocupada.
Otro funcionario ucraniano aseguró a The Washington Post, bajo condición de anonimato, que las fuerzas especiales ucranianas fueron las autoras de la explosión, mientras que otros funcionarios de Kiev hicieron referencia implícita al ataque pero no se atribuyeron abiertamente su autoría.
El ISW indica que aún no puede evaluar de forma independiente qué causó las explosiones en el aeródromo: las imágenes satelitales muestran múltiples cráteres y marcas de quemaduras, pero tal daño podría haber sido causado por muchas cosas: fuerzas especiales, partisanos o misiles, en el lugar o desde la distancia.
El Gobierno de Ucrania ha negado su implicación en las explosiones, al menos oficialmente, aunque dejan abierta la posibilidad de que haya sido obra de los «soldados en la sombra» a los que achacan varios ataques recientes en territorio ocupado por Rusia.