Serbia y Kosovo comenzaron a dialogar bajo el amparo de la UE
El jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, inició este jueves en Bruselas reuniones con los líderes de Serbia y Kosovo, tras un aumento de tensiones provocado por nuevas reglas administrativas y fronterizas denunciadas por los serbios.
«Las recientes tensiones en el norte de Kosovo mostraron una vez más que es tiempo de avanzar hacia una normalización completa de las relaciones» con Serbia, lo cual es una condición para la adhesión de ambos a la UE, indicó Borrell en un tuit.
Borrell se entrevistó por separado con el primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, y con el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, antes de reunirlos en el marco de un proceso de diálogo auspiciado desde 2011 por la UE, informó la agencia de noticias AFP.
I am convening this morning the High-level Belgrade-Pristina Dialogue meeting.
Recent tensions in the north of Kosovo have demonstrated yet again that it is time to move forward towards full normalisation. I expect both leaders to be open and flexible to find common ground. pic.twitter.com/T0AhjKd1D3
— Josep Borrell Fontelles (@JosepBorrellF) August 18, 2022
Kosovo declaró su independencia unilateralmente en febrero de 2008, 10 años después de una sangrienta guerra (1998-1999) entre la exYugoslavia, hoy Serbia, y rebeldes albaneses del territorio apoyados por bombardeos de la OTAN.
Unas 13.000 personas murieron en el conflicto. El proceso independentista de Kosovo fue apoyado por Estados Unidos y parte de la UE. La Argentina no reconoce a Kosovo como un estado independiente de Serbia.
Desde la declaración unilateral de independencia, la región es golpeada por episodios violentos recurrentes. Los 120.000 serbios de Kosovo no reconocen la autoridad de Kosovo y se mantienen fieles a Serbia, que tiene a Rusia, con la que tiene hondos vínculos raciales, culturales y religiosos, como gran aliado.
Ahora, alegando un principio de «reciprocidad», Kosovo planea imponer permisos de residencia temporales a las personas que entren al país con documentos de identidad serbios.
También quiere exigir a los serbios de Kosovo, que son minoría, que sustituyan las matrículas serbias de sus vehículos por matrículas de Kosovo.
Estas medidas, que se prevé entren en vigor el 1° de septiembre, provocaron un nuevo episodio de violencias a fines de julio en el norte de Kosovo, una provincia del sur de Serbia de mayoría albanesa pero con una importante comunidad serbia entre sus 1,9 millones de habitantes.
Vucic, quien se reunió el miércoles con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que esperaba «discusiones difíciles».
Stoltenberg pidió a «todas las partes» que «actúen con moderación y eviten la violencia», y advirtió que la fuerza de mantenimiento de la paz de la OTAN en Kosovo (KFOR) estaba «preparada para intervenir si la estabilidad se ve amenazada».
Good meeting w/@albinkurti. #NATO is fully committed to our @NATO_KFOR mission & UN Security Council mandate to ensure safety & security for all communities in #Kosovo. All parties must engage positively in tomorrow’s EU-facilitated talks & resolve issues through dialogue. pic.twitter.com/LWoFiQRFnw
— Jens Stoltenberg (@jensstoltenberg) August 17, 2022
Tanto Serbia como Kosovo aspiran a entrar a la UE.
Serbia tiene desde 2012 el estatuto de candidato oficial, mientras que Kosovo es «candidato potencial». Cinco países de la UE, entre ellos España, se niegan a reconocer la independencia de la exprovincia serbia.
A lo largo de los años Kosovo ha sido reconocido como estado independiente por 98 de los 193 países miembros de las Naciones Unidas.