Ecoscore: una etiqueta para visibilizar el impacto ambiental de los productos – El Confidencial
Medio centenar de jóvenes europeos han propuesto la creación de la etiqueta ‘European EcoScore’ (Puntuación Ecológica Europea) para simplificar la información sobre el impacto ambiental de los productos, tanto alimenticios como textiles, con una clasificación por letras desde la A (la más ecológica) a la F (la menos) y por colores, de verde a rojo.
La idea, presentada ante la UE como una iniciativa ciudadana para que el consumidor elija los artículos por su huella ambiental, además de por sus preferencias habituales, busca «presionar» a aquellas marcas que hasta ahora no se preocupan del medioambiente y producen con el único objetivo de aumentar sus ventas, ha explicado la representante Oficial European Ecoscore España, Julia Zurita.
«Es necesario pararse a pensar en el impacto ambiental de lo que se consume»
Esta etiqueta impulsa el consumo de proximidad, ya que su cálculo se basa en la evaluación del «ciclo de vida» de cada manufactura a través de su Huella Medioambiental de Producto (PEF por sus siglas en inglés), desarrollado por la Comisión Europea para trazar su impacto desde su fabricación hasta que llega al establecimiento y, en este punto, las de cercanía tienen un mayor peso frente a las importadas, ha observado Zurita.
Ecoscore aspira a guiar a los consumidores hacia un consumo más respetuoso con el medioambiente empleando un «método divulgativo», ya que explica los criterios para categorizar cada objeto, desde la extracción de materias primas utilizadas en su fabricación o el agua consumida para ello, hasta el transporte utilizado, pasando por su empaquetamiento o su impacto en la biodiversidad.
Zurita ha lamentado que hasta ahora no se hayan llevado a cabo «grandes medidas» para promover este tipo de iniciativas y fomentar así el consumo sostenible, una responsabilidad que «hasta ahora siempre recaía en manos del cliente», que normalmente «carece de suficiente información sobre el origen del producto«, aunque con esta propuesta, «cada uno sabrá lo que está comprando».
Las etiquetas existentes hasta este momento, añade, se centraban en el valor nutricional, como en el caso de Nutriscore, pero a su juicio, «es necesario pararse a pensar en el impacto ambiental de lo que se consume».
El objetivo a largo plazo de este sello de calidad ambiental es que «llegue a muchos más países fuera de Europa», así como poder aplicarlos en otros sectores, aunque Zurita ha reconocido que esto «requerirá de mucho más tiempo»: otros productos como los tecnológicos «hacen uso de materiales que hay que estudiar de uno en uno, lo que dificulta su evaluación.
Lucía G. Torrents
Para que esta etiqueta se haga realidad, los impulsores de la idea necesitan un millón de firmas, y que además, la Comisión Europea se encargue de materializarlo, por lo que han puesto en marcha una web destinada a ello.
«De momento hemos recogido 2.000 firmas, pero esperamos conseguir el resto para lograr la etiqueta y evitar que muchas marcas sigan haciendo ‘greenwashing‘ (lavado de imagen para presentarse como ecológicas sin serlo)», ha concluido Zurita.