¿Por qué volvemos a la Luna?
EL COHETE DE LA MISIÓN: SLS
El lanzador SLS es el vehículo más potente jamás desarrollado por NASA. Tiene una potencia que supera en un 15% a los míticos cohetes Saturno V, que enviaron a los astronautas del programa Apollo a la Luna en los años 60 y 70. Su desarrollo ha estado plagado de múltiples problemas, retrasos e inmensos sobrecostes, pero tras su viaje inaugural el cohete está destinado a convertirse en pieza fundamental en la exploración humana del espacio en las próximas décadas.
LA NAVE ORIÓN TIENE CAPACIDAD PARA SEIS ASTRONAUTAS
En lo referente a la cápsula Orión, en este viaje no estará tripulada pero contendrá tres maniquíes que servirán como laboratorio de pruebas de los efectos que tendrán que soportar los astronautas en el siguiente viaje. En cualquier caso, está diseñada para transportar hasta seis astronautas. Además, se demostrará que el escudo térmico de la nave resiste la violenta y rápida reentrada en la atmósfera terrestre.
El tercer elemento relevante es el ESM, desarrollado por Airbus para la Agencia Espacial Europea. Su función es múltiple: la propulsión de Orión lejos de la Tierra, junto con la generación de energía, aire y agua. Por tanto, es un elemento esencial para la habitabilidad de la nave.
Artemis I dará una vuelta alrededor de nuestro satélite y probará tecnologías y procedimientos. Su regreso está previsto que sea el 10 de octubre, cuando amerizará en el Pacífico.
LA LUNA, ¿UN CANTO DE SIRENAS?
Nuestro satélite se puede considerar una plataforma de investigación excelente. Contiene registros geológicos sobre su formación y por ende sobre la violenta evolución de nuestro propio planeta. También tiene el potencial para acoger instrumentación científica muy diversa, como podrían ser gigantescos radiotelescopios.
COREA, INDIA E ISRAEL SE SUMAN AL VIAJE A LA LUNA
China tiene un ambicioso programa con sus sondas Chang´e que ya ha conseguido enviar muestras de regreso a la Tierra, y ha declarado su intención de construir una estación habitada en el polo Sur, donde hay cantidades suficientes de agua, en la próxima década. Rusia, tras el anuncio de dejar de ser socio de la Estación Espacial Internacional, pretende ampliar su propio programa espacial. Además, el papel de las grandes corporaciones y del sector privado está todavía sin resolver.
La humanidad tiene dos caminos: una “guerra fría” en el espacio, en donde dominen los intereses de naciones o bloques, o la vía de la cooperación internacional, abierta a todos, pero en donde prime el conocimiento y el beneficio de los seres humanos. Ahora es el momento de decidir qué camino seguiremos.