Consume quinoa habitualmente – El Siglo de Durango
La quinoa es un alimento universal, hasta el punto de que la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 2013 como el «Año Internacional de la Quinua», en reconocimiento a las prácticas ancestrales de los pueblos andinos, que han sabido conservarla en su estado natural como alimento para las generaciones presentes y futuras.
De acuerdo con la Fundación Española de la Nutrición (FEN), la quinoa es un alimento rico en proteínas, comparado con otros cereales, entre 13 y 16 %. Este pseudocereal tiene mayor contenido en minerales, especialmente en magnesio, cobre, hierro, cinc, potasio y manganeso. En cuanto a las vitaminas, los nutricionistas españoles destacan las del grupo B y la vitamina E.
Además, la quinoa puede ayudar a mejorar el tránsito intestinal. Esto es posible gracias al alto contenido en fibra. Si la incluimos en nuestra dieta, cumpliremos dos objetivos de un plumazo: prevenir el estreñimiento y mejorar las digestiones.
LA QUINOA Y LA DIABETES TIPO 2
Consumir este alimento puede aportarnos una serie de nutrientes esenciales, como el magnesio, el hierro o el potasio. Pero no son las únicas ventajas. El consumo habitual de quinoa puede contribuir a prevenir la aparición de la diabetes tipo 2. Esa es la principal conclusión de un estudio liderado por Diana Díaz Rizzolo, profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) e investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi y Sunyer (IDIBAPS).
Los hallazgos son relevantes, porque, hasta ahora, no existía ningún estudio científico que avalara estos supuestos beneficios para la salud. Los resultados se han publicado en abierto en la prestigiosa revista Nutrients.
CAMBIOS EN LA ALIMENTACIÓN
Los investigadores reclutaron a personas mayores de 65 años en estado de prediabetes. Durante un mes, los investigadores hicieron un seguimiento de los voluntarios: les colocaron un sensor de monitorización continua de glucosa que cuantificaba el valor de azúcar en sangre cada minuto del día, y les pidieron que registraran lo que comían. De este modo, según explican desde el centro, pudieron ver cómo oscilaban los niveles de glucosa en sangre tras cada comida.
Al cabo de un mes, sustituyeron los alimentos ricos en hidratos de carbono complejos (cereales, legumbres, tubérculos y pasta) por quinoa y alimentos hechos a partir de este pseudocereal. Tras ese cambio en la alimentación, durante un mes registraron cómo fluctuaban los niveles de glucosa en sangre de los voluntarios a lo largo del día.
«Comparamos los patrones de la glucosa en sangre y vimos que, cuando los participantes habían ingerido quinoa, el pico de glucosa era inferior que con la dieta habitual. Esto es crucial, porque estos picos de glucemia después de comer son determinantes en la evolución de la diabetes tipo 2», concluye la investigadora de la UOC.
Es un producto ligero, sabroso y fácil de digerir, que puede contribuir a prevenir la aparición de la diabetes tipo 2.