El Gobierno y mineros de Andacaba logran acuerdo para reiniciar operaciones en la mina
Piden que, en Bolivia, en lugar de hacer paros y polarizar, se trabaje en medidas para resistir tal como se lo hace este año.
Los efectos que aún quedan de la pandemia, pero sobre todo la guerra en Ucrania y los cambios que se están produciendo en el mundo, hacen ver que la crisis económica no termina y, lo que se pinta más grave, es que el 2023 será un año más difícil para la economía global.
Armando Ortuño y Manuel Mercado, economistas y columnistas de La Razón, analizaron en Piedra, Papel y Tinta, de La Razón, la actual situación por la que atraviesa el mundo y que, en algún momento, podría tener impacto en el país.
“Este año fue difícil y el año que viene será aún más difícil”, dijo Ortuño.
Explicó que son dos los fenómenos que se presentan en la economía global: el primero tiene que ver con el encarecimiento de las materias primas y, por otro lado, la inflación que, en una medición interanual, está por encima del 10% en Europa, que es la más alta de los últimos 25 años.
Peor aún, en muchos países están subiendo las tasas de interés para tratar de frenar la inflación, pero lo único que se está logrando es provocar una contracción de la economía y aumentar los endeudamientos.
“Es como una tormenta perfecta, alta inflación, más deudas, mayores tasas de interés, y el próximo año podríamos tener más contracción económica y más alta inflación”, afirmó.
Ortuño dijo que el fenómeno es casi global, pero se siente más en Europa. Aunque Estados Unidos y China no pueden sentirse al margen y Bolivia no puede decir que nunca le afectará.
“Toda la economía se puede contraer al año. En Bolivia las medidas que aplicó el gobierno nos ayudaron a controlar este 2022, pero ahora hay que pensar en el próximo año”, dijo.
“Mi mensaje es que la crisis no ha acabado, hemos resistido este año, pero hay que alistarse para el próximo”. Por eso, dijo que los conflictos anunciados, como el paro en Santa Cruz, le “resultan extraños”.
Por su parte, Mercado explicó que el mundo está viviendo una etapa de cambio total. Especialmente Europa, que pasa “una conmoción no vista desde la Primera Guerra Mundial, porque todo lo establecido esta comenzando a destruirse”.
“Los europeos la pasan mal, se rompen 70 años de tranquilidad, un periodo largo de paz, con bienestar y una base económica muy fuerte, con energía barata que le daba Rusia y seguridad que le daba Estados Unidos”.
Sin embargo, todo ese periodo de paz, de energía barata, de un esquema de relacionamiento, se acabó.
“En seis meses se puede acabar la Unión Europea, porque el escenario es tremendamente complejo”, afirmó.
Armando Ortuño sugirió que, frente al escenario incierto que se viene, el país tiene que pensar en su economía y en cómo protegerse para lo que viene al año.
Mercado pidió que se dejen las tensiones políticas internas y la provocación de desequilibrios desde el punto de vista geopolítico. “No podemos ser 50% Santa Cruz y 50% el resto”, dijo. Al contrario, hay que buscar las formas “para vernos como un país viable en este contexto mundial”.