El callejón Sonora en Atlixco: un fantasma en el centro de la ciudad – Puebla
Atlixco.- A las 16 horas con 30 minutos de aquel martes 19 de septiembre del 2017, tres horas después del sismo de ocho grados, una familia atliscense entre frustración, enojo y nostalgia abandonó la vivienda de la parte alta de un edificio construido justo en el cruce del inicio del llamado callejón Sonora y la calle 5 sur.
La pareja de padres subían y bajaban, aún con temor por la fragilidad del inmueble, con cuanto pudieron. Un viejo y grande televisor, partes de una recámara, trastes y hasta un sillón sumamente pesado.
Todas y cada una de esas piezas las dejaron “encargadas” a sus tres hijos de cinco, siete y nueve años de edad, quienes sin aún medir el peligro y el tamaño del problema, jugaban sentados en la banqueta con algunos muñecos de superhéroes.
A esa hora gran parte del perímetro del centro histórico de Atlixco estaba colapsado. En los alrededores aún podía olerse y mirarse el polvo de las paredes y techos caídos. Muchas de esas estructuras incluso alcanzaron a llevarse dos de las siete vidas perdidas durante ese fenómeno natural. Las de un par de mujeres, a la vuelta del propio callejón.
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Considerado un punto clave de desfogue vial hacia el centro de la ciudad, esa antigua avenida es todavía un punto olvidado y fantasma a cinco años, un mes y 13 días de la tragedia. Casi nadie camina por ahí debido al riesgo estructural de varios predios.
Hasta antes de la fecha fatídica ahí estaban, por ejemplo, las únicas oficinas de correos de México, un hotel muy nice en ciernes, una tienda de autoservicio y viviendas o vecindades muy del estilo de los ochentas: grandes, altas, pesadas y hasta de adobe.
Fuentes cercanas a los dueños de las edificaciones dijeron a La Jornada de Oriente el área tiene el mismo estatus de otro punto severamente afectado por el movimiento telúrico: la intersección de las calles tres sur y seis poniente, también en el centro de Atlixco. Y conocida como el monumento al sismo.
“Es decir, no pueden mover nada, para tirar o destruir, hasta tener permisos de instancias oficiales. Deben contar con un proyecto aprobado de rehabilitación y desde luego con dinero para traer a la zona de regreso”, compartieron. Mientras, y con cierta temor, pasan autos con rumbo al zócalo. Pocos transeúntes. Y de las casas, locales comerciales y oficinas únicamente quedó el eco de las voces. a