Traer muestras de rocas desde Marte podría generar otra pandemia para algunos especialistas
La NASA anunció, a comienzos del mes pasado, que la sonda Perseverance había tomado la primera de varias muestras de rocas y suelo en Marte, las serán trasladas a la Tierra en una fecha aún no determinada. El hecho fue calificado como un hito histórico.
“Este es un logro trascendental y no puedo esperar a ver los increíbles descubrimientos producidos por Perseverance y nuestro equipo”, celebró el administrador de la agencia espacial estadounidense, Bill Nelson. “Utilizando los instrumentos científicos más sofisticados de la Tierra, esperamos descubrimientos asombrosos en un amplio conjunto de áreas científicas, incluida la exploración de si alguna vez existió vida en Marte”, se sumó el astrofísico Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA.
Sin embargo, para un puñado de expertos y activistas, el acontecimiento pone a la humanidad un paso más cerca de un eventual desastre, si el material ingresado a nuestra biosfera contuviera un potencial organismo o virus peligroso que pudiera diseminarse entre la población, sería la semilla de una nueva epidemia o pandemia.
“No creo que traer muestras directamente de Marte sea seguro por ahora, al menos, hasta que no se hagan más estudios sobre la superficie marciana para evaluar si hay vida existente y no solo fósiles microbianos”, dijo a Infobae Barry DiGregorio, un escritor científico e investigador asociado del Centro de Astrobiología de la Universidad de Buckingham, Reino Unido, quien dirige el Comité Internacional contra el Retorno de Muestras desde Marte (ICAMSR, por sus siglas en inglés).
La situación fue imaginada en libros y películas de ciencia-ficción, como La cepa de Andrómeda de Michael Crichton, o la más reciente Life: Vida inteligente, estrenada en 2017. También fue advertida hace casi medio siglo por el famoso astrónomo y divulgador científico Carl Sagan.
Escribió Sagan en su libro La conexión cósmica. Una perspectiva extraterrestre, publicado en 1973: “Precisamente porque Marte es un entorno de gran interés biológico potencial, es posible que allí haya patógenos, organismos que, si se transportan al medio terrestre, podrían causar un daño biológico enorme: una plaga marciana, el giro en la trama de HG Wells War of the Worlds, pero a la inversa”.
Para Sagan, ese era un punto extremadamente grave. “Por un lado, podemos argumentar que los organismos marcianos no pueden causar ningún problema grave a los organismos terrestres, porque no ha habido contacto biológico durante 4500 millones de años entre organismos marcianos y terrestres. Por otro lado, podemos argumentar igualmente bien que los organismos terrestres no han desarrollado defensas contra posibles patógenos marcianos, precisamente porque no ha habido tal contacto durante 4500 millones de años. La posibilidad de una infección de este tipo puede ser muy pequeña, pero los riesgos, si ocurre, son ciertamente muy altos”, describió el escritor.
En su comunicación con Infobae, DiGregorio citó la frase de Sagan, pero también otra del eminente microbiólogo estadounidense Carl Woese (1928-2012): “Cuando toda la biosfera está en juego, es aventurado al extremo traer la vida marciana aquí. Seguro, existe la posibilidad de que no haga daño. Pero ese no es el punto. A menos que se pueda descartar la posibilidad de que pueda causar daño, uno no debería embarcarse en ese curso “.
Operativo retorno
Según el proyecto conjunto de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) para el “operativo retorno” de las muestras, la cápsula hermética que las contenga podría aterrizar dentro de 10 años con un paracaídas en el desierto de Utah, Estados Unidos, para luego ser transportada a un laboratorio de bioseguridad de nivel 4, del mismo tipo que se usa para manipular microrganismos de alta peligrosidad como el virus de Ébola. Otros países, como China y Japón, también tienen sus propios planes en esa línea.
Como temía Sagan, hasta el momento, no se sabe si esas muestras marcianas pueden contener organismos patógenos para los que no tengamos defensas, señaló en una columna reciente en la revista New Scientist el respetado periodista británico de tecnología Paul Marks, habitual colaborador de medios como BBC Future, The Economist o The Guardian.
“Tampoco sabemos si la cápsula podría romperse con el impacto, arriesgando la contaminación de la vida silvestre, los ríos, las plantas y las pesquerías, así como las ciudades. Y si bien los laboratorios de nivel 4 son altamente seguros, ha habido fallas en el pasado, y generalmente se sospecha de errores humanos”, añadió Marks.
El primero de los escenarios es uno de los que teme DiGregorio, quien recordó a Infobae el accidente de 2004, cuando falló el paracaídas de la cápsula de la misión Géminis de la NASA que traía muestras de viento solar y el objeto de 200 kilos se estrelló sobre el desierto de Utah a 360 km/h.
“Imagine ahora, si quiere, que esta cápsula hubiera contenido microbios vivos viables de Marte. La astrobiología y el estudio de la vida en el universo están todavía en pañales. No debemos asumir que no pueda haber organismos vivos”, alertó DiGregorio, quien era amigo y compartía la visión de Gilbert Levin, el ingeniero de la misión de la NASA fallecido meses atrás que estaba convencido de haber encontrado vida en el planeta rojo en 1976 y también integraba el comité ICAMSR.
DiGregorio propone replicar los experimentos de detección de vida marciana in situ o, eventualmente, analizar las muestras en un módulo de bioseguridad de la proyectada estación lunar Gateway. “Esa sería la única manera de garantizar al 100% la protección de nuestra biosfera”, aseguró, aunque para las agencias espaciales esa opción es demasiada costosa y dificultaría el análisis de las muestras por la microgravedad.
Científicos especialistas en protección planetaria, prevención de infecciones y manejo de microorganismos peligrosos, describieron en un artículo publicado en la revista “Health Security”, un escenario en el cual hubiera una falla en la contención del material extraterrestre potencialmente patógeno traído a Estados Unidos. Los investigadores identificaron muchos problemas en la preparación para dar respuesta a esa crisis en los niveles locales y federales. ¿Lo bueno? Hay alrededor de una década para subsanar las falencias.
Giorgio Bianciardi, un médico italiano volcado a la astrobiología del Departamento de Biotecnologías Médicas de la Universidad de Siena, es otro de los que se enrolan entre los aprensivos o temerosos del retorno de muestras desde Marte.
“Es obvio el grado de peligro que estas misiones pueden representar para el ecosistema terrestre, porque si bien es cierto que no estamos seguros de la presencia de vida actual en Marte, no podemos de ninguna manera excluir su presencia, como muchas evidencias llevan a creer”, señaló Bianciardi ante una consulta de Infobae.
“Hay que tener una prudencia extrema. Por muy interesantes que sean este tipo de misiones, si no queremos correr riesgos como ‘aprendices de brujo’, este tipo de estudios se deben realizar en bases espaciales que orbiten la Tierra o en las próximas bases lunares habitadas”, propuso.
Otros científicos, en cambio, consideran que el riesgo de que eventuales formas de vida marcianas sean de algún modo peligrosas para la población o nuestro planeta es ínfimo. Andy Spry, científico del Instituto SETI de California y consultor en protección planetaria de la NASA, señaló que COVID-19 y otras infecciones muestran que siempre hay un proceso previo de interacción o contactos repetidos entre el microorganismo y sus huéspedes para que se vuelvan patógenos, como si fueran llaves y cerraduras moleculares. “Es extremadamente improbable que una entidad biológica que evolucionó y se adaptó a un ambiente extraterrestre tome ventaja de formas de vida en la Tierra”, dijo en el sitio especializado Space.com.
De todos modos, el riesgo no es cero. “Es un tema que la NASA y otras agencias espaciales se toman muy en serio”, dijo a Infobae el argentino Miguel San Martín, jefe de Ingeniería de Guiado, Navegación y Control de Sistemas de la misión Curiosity de la NASA y consultor en la misión Perseverance.
San Martín señaló que la probabilidad de hallar vida viable y peligrosa sobre la superficie de Marte puede ser bajísima, pero que no hay que dejar de contemplarla. Además, el argentino dijo a Infobae que “sería uno de los descubrimientos científicos más importantes en la historia de la humanidad”.
“Esto no es nada nuevo. Todos recordamos como los astronautas de Apolo 11 fueron aislados y puestos en cuarentena después de sus viajes. Las muestras de la Luna que trajeron también fueron tratadas y aisladas con mucho recaudo como si fuera material biológico. Una vez que se determinó que no había vida en la Luna, lo cual no fue ninguna sorpresa, todas esas medidas se dejaron”, añadió San Martín.
La NASA y la Agencia Espacial Europea anticiparon que, durante el viaje de vuelta desde Marte y aún en el espacio, las muestras serán colocadas dentro de un contenedor cuya tapa será soldada y el contenedor, a su vez, será esterilizado por fuera. “Lo toman muy en serio. De ninguna manera someterán a los habitantes de la Tierra a un riesgo como este. Organismos nacionales e internacionales tampoco lo permitirían”, aseguró.
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