De la fallida venta de España a la presión comercial: la salida del CEO de Vodafone
Febrero de 2019. Nick Read llevaba apenas cinco meses en el cargo como primer ejecutivo global de Vodafone. Acudía al Mobile World Congress, una de las mayores citas del sector de telecomunicaciones tecnológico en Europa, para representar al operador británico unos días después de lanzar una nueva ‘bomba’ laboral: un ERE para más de un millar de empleados. Y tuvo que enfrentarse a las preguntas sobre España: «No hemos discutido la venta del negocio español». Después llegaron dos Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) y una venta o fusión fallida con el cuarto operador español, Másmóvil, que desembocó en la unión con Orange a principios de este año. El directivo británico dimite ante el cerco que habían estrechado los grandes fondos y los inversores activistas durante los últimos meses. Los problemas surgidos en Alemania, su principal plaza, han sido el último de sus problemas.
Apenas unos meses después de esas palabras se puso sobre la mesa un acercamiento de Másmóvil, que aún cotizaba en el Ibex 35. En 2020, tras la oferta pública de adquisición de los fondos KKR, Cinven y Providence, el cuarto operador volvía a la carga. Read se sentó a la mesa con los tres grandes fondos -KKR, Cinven y Providence- dueños de la mayoría accionarial de la teleco española. Las negociaciones arrancaron en la segunda parte de aquel 2020, cuando aún no se había digerido la OPA. Las conversaciones fueron infructuosas. Se planteó una fusión y una venta a Másmóvil. Pero todo encalló. El ejecutivo británico se enrocó y se acabó levantando de la mesa por la valoración de los activos, con diferencias de apenas cientos de millones de euros en una operación de más de 6.000.
Ante las preguntas de unos ansiosos analistas, Read tuvo que salir al paso justificándolo en el precio: «Lo más importante que hay que entender es el valor intrínseco del negocio de Vodafone en España y el valor que logra a través de las sinergias que tiene siendo parte de nuestro grupo”. Su negativa desembocó en una primera adquisición, la de Euskaltel, que fue la preparación de Másmóvil para el asalto final. Y a principios de este año volvía a verse las caras con Spenger y sus asesores. Lo hacía en una suerte de subasta en la que se llevó el gato al agua su homólogo francés, Stephane Richard, exconsejero delegado de Orange, quien entendió que había que firmar pese a algunas concesiones.
La consecuencia de este movimiento es que Vodafone está ‘condenado’, si finalmente llega a buen puerto la joint venture entre Orange y Másmóvil en Bruselas, a ser un tercer operador a una distancia muy grande con respecto a la fusionada. En un terreno de nadie que le obliga a ser mucho más agresivo. Mientras todo esto ha sucedido, lo que se ha planteado en el grupo bajo el mandato de Read ha sido la reducción de la división española. En aquel 2019, se ejecutó un primer ERE con algo más de 900 salidas. Dos ejercicios después se puso en marcha otro con algo más de 400. Profundizaba en un plan para hacer mucho más livianas las operaciones españolas, dejando la estructura al mínimo. Un plan del que han relatado las bondades tanto el CEO como la jefa financiera durante las últimas presentaciones de resultados.
A la operadora le quedaba ser más agresiva en su estrategia en España. Pese a sus primeros intentos, desde el grupo bajo su dirección también plantearon precisamente una medida sorprendente por los plazos: la subida de precios actualizándolos con el Índice de Precios al Consumo (IPC). Lo hizo a finales de agosto, a las puertas de la campaña de captación de clientes más relevantes del año, la de la ‘vuelta al cole’. Ninguno de sus rivales le siguió. Sólo Telefónica ha movido ficha, pero sin vincular los precios a la inflación, sino estableciendo una subida media menor -aunque sin servicios a cambio-. Ni Orange ni Másmóvil han hecho nada al respecto por ahora.
En estos cuatro años del mandato de Read, España ha pasado de representar el 10% de los ingresos por servicio, un punto y medio menos
En estos cuatro años, España ha pasado de representar el 11,5% al 10% de los ingresos por servicio (los que proceden de la venta de productos vinculados a la conectividad). La otra decisión relevante de su ‘mandato’ ha sido la potenciación de la marca de bajo coste Lowi, que estaba casi ‘dormida’ hasta que se resucitó hace varios años. Hoy una parte relevante de las portabilidades que se logran son a través de esta segunda enseña. Esa pelea por el ‘low cost’ ha pasado mucha factura a la empresa. En este periodo de la ‘era Read’ han tenido que ejecutar dos ajustes de valoración que suman más de 3.700 millones.
Italia y Alemania
La venta del negocio español no ha sido la única operación que Read no ha cerrado en este tiempo, lo que ha irritado a una parte del accionariado. La otra es la de Italia y también la rechazó por la misma razón: la valoración. El fundador del operador francés Iliad, Xavier Niel, puso sobre la mesa 11.250 millones de euros para adquirir esta filial. El multimillonario irrumpió en el accionariado de Vodafone en septiembre de este año, adquiriendo un 2,5%. Otros como Cevian Capital o Coast Capital son inversores activistas y construyeron posiciones significativas en el accionariado.
La presión de todos estos accionistas ha sido intensa en los últimos meses. La operación de venta de una parte de la filial de torres de Vantage Towers a los fondos de capital riesgo, junto con un plan de recortes de hasta 1.000 millones de euros en tres años, eran dos de los ‘sacrificios’ que se presentaron para calmar los ánimos. Pero los problemas incipientes en Alemania, su principal mercado y que supone el 30% de las ventas de todo el grupo, son interpretados en el mercado como la puntilla.
La caída de ingresos y la rebaja de previsiones pesaron y pusieron en alerta a los analistas. Ahora, tras la dimisión, la responsable financiera, Margherita Della Valle, asumirá de manera interina el puesto. «Estoy de acuerdo con el consejo en que ahora es el momento para pasar el mando a un nuevo líder», concluyó Read. Casi cuatro años después de aquellas palabras en el Mobile World Congress.