Irán ejecuta al primer condenado a muerte por participar en las protestas contra el velo
Las autoridades iraníes han anunciado este jueves la primera ejecución de un preso condenado a muerte por participar en las protestas que sacuden el país desde el 16 de septiembre, tras la muerte bajo custodia policial de la joven Mahsa Amini, detenida por llevar mal puesto el velo islámico.
Mohsen Shekari ha sido ejecutado a primera hora de esta mañana después de que fuese condenado a muerte el 29 de noviembre por herir a un basiji (miliciano islámico) con un cuchillo, bloquear una calle y crear terror en Teherán, según ha informado la agencia Mizan, del Poder Judicial. Todos esos delitos, según señala, acarrearon la condena de «guerra contra dios», que se llega a castigar con la pena de muerte.
El ejecutado, según recoge la agencia Mizan, confesó durante el juicio que había recibido «pagos» por atacar a agentes de la ley y que por ello acuchilló al miliciano, que necesitó 13 puntos de sutura tras el ataque.
Shekari es el primer manifestante ejecutado por su participación en las protestas que sacuden Irán desde la muerte de Amini, tras ser detenida por la Policía de la moral por llevar mal el velo islámico.
Revueltas que comenzaron con la muerte de Mahsa Amini
Las revueltas comenzaron por la muerte de la joven kurda de 22 años, pero han evolucionado y ahora los manifestantes piden el fin de la República Islámica fundada por el ayatolá Ruholá Jomeiní en 1979.
Las autoridades judiciales han condenado a muerte a 11 personas hasta ahora por su participación en las movilizaciones y a un número indeterminado a penas de prisión.
La ejecución se ha producido solo tres días después de que las autoridades anunciaran que «pronto» iban a comenzar a ejecutarse las sentencias de muerte contra algunos de los condenados por participar en las protestas.
El fiscal general del país, Mohamad Yafar Montazerí, había anunciado el pasado lunes la supresión de la Policía de la Moral, el cuerpo que detuvo a Amini.
Amnistía Internacional ha denunciado que al menos 28 de los 2.000 acusados por las protestas se enfrentan a penas de muerte.