Impacto ambiental de la minería será irreversible por afectación de acuíferos
El impacto ambiental que ha generado la industria de la minería, en diferentes momentos históricos, tiene relación directa con los avances de la tecnología, pero en la actualidad el daño será irreversible por la sobreexplotación y contaminación de los acuíferos y por la escala de las operaciones de tajos abiertos, afirmó Daviken Studnicki-Gizbert, investigador del Departamento de Historia y Estudios Clásicos de la Universidad McGill, de Montreal, Canadá.
Explicó que, en periodos históricos pasados, cuando la tecnología no estaba tan desarrollada, la preocupación era la preservación de los bosques y la contaminación de las personas que trabajaban en las minas debido a que ingerían emisiones tóxicas.
Sin embargo, en la actualidad, el impacto de la minería en el medio ambiente se extiende a la destrucción de recursos naturales vitales como es el agua, de forma que ahora “los daños son demasiado grandes”.
Expuso que la minería es una actividad que se ha realizado y caracterizado por tener ciclos de auge y declive en los mismos sitios y ejemplo de ello es Zacatecas o Potosí, en Bolivia, donde la extracción se ha realizado en etapas, de acuerdo con la tecnología disponible para el proceso extractivo.
Es decir, “en cada ciclo las cosas se organizan de una manera distinta y los impactos sociales y ambientales cambian. Estos ciclos tienen que ver con el agotamiento y declive de la extracción de minerales”, explicó.
Por ejemplo, Studnicki-Gizbert expuso que, en Zacatecas, en el siglo 19 hubo un declive porque llegó un momento en el que no había la suficiente concentración de minerales, pero 100 años más tarde, con el avance de la tecnología, surgió otra vez un periodo de bonanza.
Ello significa que el cambio en el sistema tecnológico y la creación de nuevas técnicas permitieron hacer frente el agotamiento del ciclo previo, lo cual ocurrió nuevamente hasta el siglo 20.
En ese sentido, dijo que los tajos abiertos son la respuesta a los agotamientos previos, porque para sacar provecho de la explotación minera en la actualidad “hay que ir sobre la montaña entera, lo que implica impactos ambientales de cierto tipo: sobre los acuíferos”.
Durante su participación en las 17 Jornadas Internacionales de Historia de las Monarquías Ibéricas, organizadas por la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ), reiteró entonces que en cada ciclo de bonanza se han presentado impactos específicos sobre el medio ambiente.
De acuerdo con Studnicki-Gizbert, en cada ciclo “siempre hay que pensar en el agotamiento y en la respuesta del capital frente a este agotamiento, porque el minero capitalista tiene que enfrentar este problema del agotamiento, ¿y cómo lo enfrenta? Con nuevas tecnologías y nuevas técnicas”.
En el caso de Zacatecas, en algunas de las minas más importantes, comentó que la expectativa es que haya agotamiento en 30 o 40 años, pero “yo no quiero ver la minería que va a llegar del agotamiento que se enfrentará en ese momento, porque los tajos abiertos en este momento son desastrosos y no se puede saber cómo será en el siguiente ciclo”.
Sin embargo, refirió que los ciclos productivos en la minería cada vez se hacen más cortos y si en el siglo 16 una mina podía durar 80 o 100 años, ahora el promedio de las minas de tajo abierto para extraer oro es de 10 o 12 años.
Eso significa que “en menos tiempo estamos haciendo más impactos. Los impactos de una mina de tajo abierto son enormes y se hicieron en 10 años, pero sus consecuencias para las comunidades”, como ocurrió en el Cerro de San Pedro, en San Luís Potosí.
Studnicki-Gizbert concluyó que en este momento “estamos llegando al límite no tecnológicos, sino de la capacidad de la sociedad misma para aguantar este tipo de extracción cada vez más intensiva”.