La industria cripto atraviesa una racha nefasta. Los despidos de Coinbase no auguran un futuro mejor
Recientemente se han realizado tres anuncios que indican el grado de inestabilidad en el que se encuentra la economía mundial. El pasado 5 de enero, Andy Jassy, CEO de Amazon, informó del despido de 18.000 trabajadores. Además, este lunes Bloomberg informó de que Goldman Sachs eliminará 3.200 puestos de trabajo y el martes, Coinbase anunció, a través de un comunicado escrito por su CEO Brian Armstrong, que despedirá a 950 trabajadores, es decir, el 20% de su plantilla.
Por lo tanto, grandes firmas de los sectores tecnológico, bancario y cripto han tomado decisiones similares (despidos masivos) ante los cambios económicos y el temor a una recesión. No obstante, como apuntó Brian Armstrong en su comunicado, “es la primera vez que vemos al ciclo cripto coincidir con una desaceleración general de la economía”.
Un mal año para las criptodivisas. El CEO de Coinbase comenzó el comunicado publicado el pasado martes indicando el contexto en el que tomaba la decisión de despedir a los 950 trabajadores de la compañía. Armostrong comenzó por señalar el hecho de que el mercado cripto haya descendido el año pasado, junto con la macroeconomía a nivel general. En este sentido, datos de CoinGecko indican que, efectivamente, 2022 no ha sido un buen año para el mercado cripto.
Desplome del mercado y de Coinbase. Según el portal, la capitalización total de dicho mercado ha descendido notablemente en los últimos doce meses: en enero del año pasado se hallaba en los 2.300 millones de dólares, mientras que actualmente se sitúa en los 843 millones de dólares. En lo que respecta a Coinbase, Yahoo! Finance indica que las acciones de la firma han perdido el 82,6% de su valor.
De la inflación a la crisis energética. Esta cripto-caída se debe a algunos factores como la inflación, la subida de tipos de interés de los bancos centrales (principalmente la Reserva Federal), la crisis energética (el minado de criptomonedas se ha encarecido debido al elevado precio de la luz) o al hecho de que, en momentos económicamente convulsos, los inversores confían más en activos de menos riesgo.
La quiebra de FTX. Todo ello ha sacudido a muchas firmas del sector, algunas de las cuales han acabado en bancarrota, como FTX, cuyo liquidador afirmó el pasado mes de diciembre en el Congreso de EE.UU que la empresa había sacado el dinero a los clientes para usarlo en su propio beneficio. De hecho, en el comunicado, Armstrong parece hacer una referencia a Bankman-Fried, fundador de FTX, al señalar cómo la acción de “actores sin escrúpulos” ha provocado “efectos colaterales” en el mercado de las criptomonedas.
Peligro de contagio en el mercado de criptodivisas. En este sentido, el CEO de Coinbase advierte de que el “contagio” en el sector puede extenderse. Forbes ya señaló en noviembre que los ‘tokens’ inflados, una de las causas de la quiebra de FTX, continuaban en circulación, lo cual podía ser fatal para el mercado de las criptomonedas. Como resultado de ello, se ha producido una pérdida de confianza entre los inversores, especialmente los institucionales.
¿Regulación? No hay problema. Esta pérdida de confianza en las criptomonedas reforzó las posiciones de quienes defienden una regulación de dicho mercado, fórmula ampliamente rechazada por el sector. Sin embargo, Armstrong afirmó que la “claridad reguladora” era uno de los recientes acontecimientos que “beneficiarán en último término a Coinbase”, validando su “estrategia a largo plazo”. Esta aparente contradicción puede entenderse mejor si recordamos que en noviembre, Joe Biden expresó su agradecimiento al FSB (Consejo de Estabilidad Financiera) por las recomendaciones realizadas en un informe con el objetivo de regular el mercado de las criptomonedas.
Demasiadas contrataciones. Por otro lado, el CEO de Coinbase mencionó la sobrecontratación como una de las causas de los despidos. Según Armstrong, a lo largo de la última década, su empresa, al igual que otras compañías del sector tecnológico, se concentró demasiado “en la ampliación de plantilla como medida para el éxito”, lo cual ha “ralentizado” a la compañía.
Otras firmas tecnológicas como Meta o Snap reconocieron haberse equivocado en sus previsiones económicas, lo cual las llevó a contratar a demasiado personal y a estar, actualmente, en una situación financiera más difícil.
Viejas fórmulas. Los cambios en el panorama económico afectan a todos los sectores, si bien es cierto que algunos, como el tecnológico, se ven más perjudicados. Comprobamos, además, que una de las fórmulas por la que optan las firmas más jóvenes cuando vienen mal dadas es la misma que la empleada por las compañías más tradicionales: despedir trabajadores.
Un año lleno de dudas. La incertidumbre, por lo tanto, es general. Sin embargo, el mercado de criptomonedas tiene motivos para estar preocupado: cada mala noticia en la industria parece afianzar las posiciones reguladoras, y de producirse una recesión global, sería la primera que experimentarían las criptodivisas. Todo ello genera desconfianza, alejando a los inversores y nublando aún más las previsiones de un 2023 lleno de incógnitas en materia económica.
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