Es necesaria una acción urgente frente a una desnutrición que amenaza la vida de millones de niños y niñas …
GINEBRA, NUEVA YORK, ROMA, 12 de enero de 2023 – Diversos organismos de las Naciones Unidas piden una acción urgente para proteger a los niños y niñas más vulnerables que viven en los 15 países más afectados por una crisis alimentaria y nutricional sin precedentes.
Los conflictos, las perturbaciones climáticas, los efectos latentes de la COVID-19 y el aumento del costo de la vida están provocando un incremento del número de casos de desnutrición aguda entre la población infantil, mientras los servicios esenciales en materia de salud, nutrición y otras áreas vitales son cada vez menos accesibles. En la actualidad, más de 30 millones de niños y niñas de los 15 países más afectados por la actual crisis alimentaria padecen emaciación —esto es, desnutrición aguda— y 8 millones sufren emaciación grave, la forma más letal de malnutrición. Se trata de una grave amenaza para la vida de los niños y las niñas y para su salud y desarrollo a largo plazo. Sus efectos se dejan sentir en las personas, las comunidades y los países.
En respuesta a esta situación, cinco organismos de las Naciones Unidas—la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS)— piden que se aceleren los avances respecto al Plan de Acción Mundial contra la emaciación infantil. Dicho plan tiene como objetivo prevenir, detectar y tratar la desnutrición aguda en los niños y niñas de los países más afectados, que son: Afganistán, Burkina Faso, Chad, Etiopía, Haití, Kenya, Madagascar, Malí, Níger, Nigeria, República Democrática del Congo, Somalia, Sudán del Sur y Yemen.
El Plan de Acción Mundial aborda la necesidad de un enfoque multisectorial y destaca las acciones prioritarias en materia de nutrición materna e infantil a través de los sistemas de alimentación, salud, agua y saneamiento y protección social. En respuesta al aumento de las necesidades, los organismos de las Naciones Unidas han definido cinco acciones prioritarias que serán eficaces para abordar la desnutrición aguda en países afectados por los conflictos y los desastres naturales y en situaciones de emergencia humanitaria. Ampliar estas acciones en forma de programa coordinado será fundamental tanto para prevenir y tratar la desnutrición aguda en la infancia como para evitar la trágica pérdida de vidas humanas.
Los organismos de las Naciones Unidas piden una actuación decisiva y rápida para evitar que esta crisis se convierta en una tragedia para los niños y niñas más vulnerables del mundo, e instan a una mayor inversión en favor de una respuesta coordinada de las Naciones Unidas que satisfaga las necesidades sin precedentes de esta crisis creciente antes de que sea demasiado tarde.
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“Es probable que la situación se deteriore aún más en 2023”, ha advertido QU Dongyu, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). “Debemos garantizar la disponibilidad, la asequibilidad y la accesibilidad de dietas saludables para los niños pequeños, las niñas y las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia. Tenemos que actuar urgentemente ahora para salvar vidas y atajar las causas profundas de la desnutrición aguda, trabajando juntos en todos los sectores”, ha añadido.
“El sistema de Naciones Unidas está respondiendo de forma conjunta a esta crisis y el Plan de Acción Mundial de las Naciones Unidas contra la emaciación infantil es nuestra iniciativa colectiva para prevenir, detectar y tratar la emaciación a nivel mundial. En ACNUR nos esforzamos por mejorar el análisis y la selección de los beneficiarios para llegar a los niños más vulnerables, incluidos los desplazados internos y las poblaciones refugiadas”, ha declarado por su parte Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
“Las crisis en cascada actuales se están saldando con millones de casos de emaciación infantil y están dificultando el acceso de los niños y las niñas a los servicios esenciales. La emaciación es dolorosa para la infancia y, en casos graves, puede provocar la muerte o daños permanentes en el crecimiento y el desarrollo. Podemos y debemos revertir esta crisis nutricional con soluciones probadas destinadas a prevenir, detectar y tratar la emaciación infantil en una fase temprana”, ha afirmado Catherine Russell, Directora Ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)
“Más de 30 millones de niños y niñas sufren desnutrición aguda en los 15 países más afectados, por lo que tenemos que actuar ahora y actuar juntos. Es esencial que colaboremos para reforzar las redes de seguridad social y la ayuda alimentaria a fin de garantizar que las mujeres y los niños y niñas que más lo necesitan dispongan de alimentos nutritivos especializados”, ha declarado David Beasley, Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA)
Para el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud, “la crisis alimentaria mundial es también una crisis sanitaria y un círculo vicioso: la malnutrición lleva a la enfermedad y la enfermedad lleva a la malnutrición. En estos momentos se necesita apoyo urgente en los países más afectados para proteger la vida y la salud de la infancia, lo que incluye garantizar el acceso a alimentos sanos y servicios de nutrición, especialmente para las mujeres y los niños y niñas”.
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Nota para los editores:
La emaciación o desnutrición aguda es una forma de desnutrición causada por una disminución de la ingesta de alimentos o una enfermedad que provoca una pérdida repentina de peso o edemas. Los niños y niñas con desnutrición aguda tienen un peso bajo para su estatura. También pueden presentar edema nutricional y otros signos clínicos patológicos asociados.
Los niños y niñas con desnutrición aguda tienen el sistema inmunitario debilitado y son más propensos a morir de enfermedades infantiles comunes. Los que sobreviven pueden sufrir problemas de crecimiento y desarrollo de por vida y corren el riesgo de enfrentarse a un futuro de enfermedades, rendimiento escolar deficiente y situaciones de pobreza con efectos expansivos a lo largo de generaciones.
La emaciación infantil, definida como el bajo peso con respecto a la estatura, es la forma más peligrosa de desnutrición. La emaciación grave es su forma más mortal, ya que los niños que la sufren tienen hasta 12 veces más probabilidades de morir que los niños bien nutridos.