Las cuatro razones por las que la Euro 7 no tiene sentido y destroza al coche que conocemos
Faltan poco más de 24 meses para que la norma Euro 7 entre en vigor. Con límites de emisiones mucho más estrictas que las actuales, los fabricantes temen que la medida sea la puntilla que impida al mercado automovilístico español recuperar las cifras perdidas en los últimos meses.
Wayne Griffiths, presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes, ANFAC, asegura que la Euro 7 será el final «de la mayoría de los coches que se fabrican hoy día en España»; también cree que supone un «riesgo real de cerrar fábricas y perder miles de empleos».
«Es importante que España tenga una posición clara respecto a la necesidad de cambiar y revisar por completo la propuesta de Euro 7«, ha dicho José López-Tafall, director general de Anfac durante el acto de inauguración de las jornadas «La Movilidad de Tod@s» organizadas por la asociación nacional de fabricantes.
La posición de Anfac es similar a la que defienden otros actores del sector. Es el caso de ACEA (Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles», que califica a la Euro 7 «marginal» en comparación con la norma actual, la Euro 6.
Qué dice la norma Euro 7
La norma Euro 7, ya aprobada por la Comisión Europea (CE), entrara en vigor 1 de julio de 2025 para turismos y furgonetas y dos años después para camiones y autobuses.
Desde ese momento, dejará sin validez la norma Euro 6, que se aplica desde 2014 y será, probablemente, la última que tenga en cuenta los motores de combustión dado que la Unión Europea ha prohibido su venta a partir de 2035.
Las tres claves de la norma Euro 7 son las siguientes:
- Unifica el límite de emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) para el diésel y la gasolina
- Endurece los objetivos de reducción de emisiones para camiones y autobuses
- Establece límites sobre las partículas emitidas por los frenos y los neumáticos. Esta medida también afectará a los coches eléctricos que, a priori, deberían ser los ganadores de la Euro 7
Cuatro razones por las que la Euro 7 perjudica al coche tal y como lo conocemos
1. Subirá los precios
Para hacer frente a las nuevas exigencias, los fabricantes se verán obligados a llevar a cabo modificaciones no solo en los vehículos que pongan a la venta a partir de 2025, también los procesos y lugares de producción.
Esto se traducirá en un incremento de los costes de fabricación que revertirá sobre el precio de los coches. Tanto es así que un informe de la UE vaticina que el cumplimiento de la regulación supondrá un incremento de 304 euros de media por vehículo.
Mayor aún será el encarecimiento del precio de los vehículos pesados. Cumplir el límite de emisiones de NOx que la norma europea impone a los camiones supondrá un incremento de precio de 2.700 euros por vehículo.
2. Los componentes también serán más caros
Y no solo subirá el precio de venta de los coches, también se encarecerán algunos componentes como los neumáticos.
Los fabricantes de neumáticos tendrán que cumplir, por primera vez, con los límites de emisiones de partículas fijados para las ruedas lo que les obligará a desarrollar nuevos productos. Estos, con toda probabilidad, serán más caros lo que repercutirá tanto en la compra del vehículo como en las labores de mantenimiento.
3. Se venderán menos diésel
Los vehículos que utilizan el gasóleo como combustible serán los más afectados por la norma Euro 7. Siguiendo con la línea anterior, los coches diésel serán los que registren un mayor incremento de precio lo que provocará un descenso de las ventas.
Tampoco serán bien recibidos en el mercado de ocasión, no solo porque vendidos de segunda mano también serán más caros sino porque las nuevas Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) tratan de sacarlos de la circulación y los conductores que necesiten acceder a las áreas restringidas se lo pensarán muy mucho antes de comprarlos.
4. Los coches eléctricos tampoco ganan
Otra de las quejas de los fabricantes señala que la euro 7 será un parón al impulso de los coches eléctricos. La razón: las marcas no podrán afrontar las inversiones necesarias para adaptar los motores de combustión y, al mismo tiempo, cumplir los objetivos de electrificación.
Dado que la norma Euro 7 entra en vigor antes que la prohibición de matricular vehículos de combustión, serán los cero emisiones los que queden relegados a un segundo plano.