Juan Arturo Brennan: Ligeti y Károlyi
L
a mezzosoprano húngara Katalin Károlyi conoció a György Ligeti durante la celebración de un festival en el que la cantante habría de interpretar dos óperas de Marc-Antoine Charpentier, y el compositor asistiría a una ejecución de su Concierto para violín. Un par de semanas después se encontraron en París, donde el compositor habló de su niñez y adolescencia en Transilvania, región que la cantante había visitado con frecuencia. A petición de Ligeti, Károlyi le cantó algunas canciones folclóricas que, a pesar de sus investigaciones en la materia, el compositor no conocía. Durante un encuentro en un salón de té cercano al Centro Pompidou, Ligeti comentó que el notable grupo de percusiones Amadinda le había pedido componer una obra para ellos, quizá con una parte solista. Y Ligeti dijo entonces a la cantante: ¿Sabes, Kati? Voy a escribir esta pieza para ti. Un ciclo de canciones sobre poemas de Sándor Weröes
. Ligeti comenzó a escribir la pieza un par de años después, en 2000, y el resultado fue su última composición concluida, el ciclo de canciones Sippal, dobbal, nádihegedüvel, título que puede traducirse como Con pífanos, tambores y violines
. El 14 de febrero de 2023, Katalin Károlyi participó en un simposio Ligeti realizado en Berlín con motivo del centenario natal del compositor; he aquí una parte de lo que dijo esa noche.
“Cuando Ligeti concibió la pieza, le fue difícil encontrar un título. Consultó con su esposa Vera y ella le sugirió Sippal, dobbal, nádihegedüvel, que el compositor encontró perfecto. Vera le dijo: ‘Pero nadie va a poder pronunciarlo’. Y Ligeti le contestó: ‘No me importa. Es exactamente lo que necesito’. El título viene de una añeja rima infantil que data del tiempo de la ocupación del Imperio Otomano. ¿Por qué dar semejante título a la que habría de ser su última obra terminada? Vera, quien es sicoanalista, dijo que quizás era el inconsciente de Ligeti trabajando. La obra tiene un importante elemento lúdico, una especie de juego con las palabras, de juego a través de las palabras, que Ligeti tomó directamente de la musicalidad de los poemas de Weröes. En Ligeti, yo no identifico este espíritu lúdico con el gozo, sino más bien con su curiosidad infinita y su sentido del humor, así como su asombrosa maestría compositiva, el dominio absoluto de su métier, su savoir faire. Así pues, lo lúdico es lo fundamental de esta obra, pero no de manera feliz. Se trata más bien de una comprensión profunda del ritmo interno, viviente, de los poemas de Weröes, que ya había mostrado en sus canciones tempranas con textos del poeta. Creo que sería imposible tratar de traducir los textos de esta obra y cantarlos en otro idioma, porque lo que hizo Ligeti en general en Sippal, dobbal, nádihegedüvel no fue crear una línea melódica de canto, sino utilizar el valor sonoro de las sílabas para crear una especie de pintura tonal. No es el significado de las palabras lo que interesa a Ligeti, sino su sonido. Los instrumentos producen una especie de distorsión de la línea vocal; todas estas campanas, todos estos gongs, todos estos metalófonos… El aspecto teatral importaba mucho a Ligeti. Para la interpretación de este ciclo de siete miniaturas, unos 15 minutos de música, uno ve en escena esta enorme batería de instrumentos flanqueados por dos grandes tambores, y el ciclo se inicia con una canción que habla de dos grandes montañas que se mueven. Cada movimiento tiene un carácter distinto, y esos cambios de carácter importaban mucho a Ligeti, y con los percusionistas cambiando también los instrumentos en los que tocan, este ciclo puede percibirse en esencia como una ópera en miniatura de 15 minutos de duración. Ligeti compuso este ciclo para mí como una especie de vestido prêt-à-porter, si puedo decirlo así; está hecho específicamente para mí, en todos sentidos: vocalmente, para mi temperamento, mi personalidad.”
Hasta aquí las palabras de la cantante. Después de un periodo de preparación bajo la supervisión del propio György Ligeti, Katalin Károlyi y el grupo Amadinda (a quienes la partitura está dedicada), estrenaron Sippal, dobbal, nádihegedüvel en la ciudad francesa de Metz, el 10 de noviembre de 2000. En mayo de 2018, Károlyi interpretó esta obra de Ligeti, pero también suya, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, acompañada por el cuarteto de percusiones Tambuco.