Claves de la crisis en Georgia por la ley de ‘agentes extranjeros’: ¿por qué han estallado las protestas?
La oposición de Georgia ha anunciado este jueves que continuará las protestas por la controvertida ley de ‘agentes extranjeros‘, que ha sido retirada por la mayoría gobernante y que ha causado una de las mayores crisis políticas de los últimos años en el país caucásico. Estas son algunas claves del proyecto, que sus detractores ven como «antidemocrático» y «redactado por Moscú».
A finales de febrero en el Parlamento georgiano fueron presentados dos proyectos de ley sobre agentes extranjeros: uno sobre la transparencia de la influencia extranjera y el otro sobre el registro de agentes extranjeros.
La primera versión, respaldada por el partido gobernante Sueño Georgiano y aprobada en primera lectura, exigía a cualquier organización que reciba más del 20% de su financiación del extranjero que se registre como «agente extranjero», para así evitar penas de multas sustanciales.
Además, tendrán que presentar informes financieros regularmente y las autoridades podrían sancionarlos e incluso proscribirlos en caso de irregularidades.
La segunda versión, sobre el registro de agentes extranjeros, que aún no ha sido votada, prevé tanto castigos administrativos como penales en caso de que las personas u organizaciones jurídicas con financiación extranjera eludan inscribirse como tales.
Mano invisible rusa
Los detractores de ambas versiones consideran que el proyecto en sí recuerda a la ley aprobada hace una década por Rusia, que permite al Estado reprimir y prohibir las opiniones críticas de la oposición, ONG, medios de comunicación y activistas de derechos humanos al encasillarlos como «agentes extranjeros».
La ley rusa, aprobada en 2012, inicialmente regulaba el trabajo de las ONG y medios extranjeros, pero con los años la legislación se endureció y actualmente cualquier persona puede ser declarada «agente extranjero» y puede ser perseguida por ello.
Pese a ello, el Kremlin ha negado este jueves tener relación alguna con la crisis georgiana y haber influido en la redacción de la polémica ley.
Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, que mantiene una tensa relación con el actual Gobierno georgiano, no ha dudado en apoyar las protestas multitudinarias provocadas por la iniciativa legal.
Según Tiflis y Moscú, el país pionero en la aprobación de leyes de ‘agentes extranjeros’ es EE. UU., que empezó a hacerlo en la década de los 1930. Precisamente, la segunda versión de la ley georgiana guarda similitudes con idénticos proyectos estadounidenses.
Protestas violentas
La aprobación de la primera versión de la ley en primera lectura ha provocado esta semana multitudinarias protestas en las que participan partidarios del expresidente georgiano Mijaíl Saakashvili, encarcelado en su país por abuso de poder y cuya liberación por motivos de salud fue exigida por HRW y Amnistía Internacional.
El Parlamento Europeo también exigió en febrero pasado a Tiflis liberar a Saakashvili y abogó por sanciones contra el fundador del Sueño Georgiano, el multimillonario Bidzina Ivanishvili, a quien acusan de una «vendetta personal» contra el exmandatario.
Hasta el momento, decenas de personas han resultado heridas en los choques entre la policía y los manifestantes durante las protestas contra la ley de agentes extranjeros y cerca de 130 han sido detenidas.
Ante la presión popular, el Gobierno ha anunciado este jueves la revocación del controvertido proyecto, pero eso no ha influido en los planes de la oposición de continuar las protestas, ya que desconfían de la determinación de las autoridades de renunciar definitivamente a sus planes.
Las protestas en Georgia recibieron el respaldo de distintos países, entre otros Ucrania y varios estados occidentales, así como la presidenta georgiana, Salomé Zurabishvili, que amenazó con imponer su veto a la ley si el Gobierno trata de sacarlo adelante.
Acercamiento con la Unión Europea
El proyecto de ley en Georgia sobre ‘agentes extranjeros’ y las manifestaciones ciudadanas han puesto de manifiesto el fuerte deseo de la población por acercarse a la UE, con todos los requisitos democráticos que eso supone, pero también lo condicionada que esta la política del país por su cercanía a Rusia, con el que no mantiene relaciones desde 2008
De esta manera, si el Gobierno georgiano cambia de planes y saca adelante el proyecto de ‘agentes extranjeros’, eso podría afectar las aspiraciones europeas del país, según han advertido fuentes comunitarias.
El 3 de marzo de 2022, a raíz de la invasión rusa de Ucrania, Georgia solicitó formalmente su ingreso en la Unión Europea, y una semana después la UE acordó iniciar el proceso para que tanto Georgia como Ucrania y Moldavia se puedan convertir, en un futuro, en miembros de la UE.
En los últimos días la UE ha advertido a Georgia de «graves consecuencias » si sigue adelante con la ley ahora retirada. Esa norma es «incompatible con los valores y normas de la UE» y va «en contra del objetivo del país de unirse al club comunitario”, ha asegurado el jefe de la política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell.
Por su parte, el Departamento de Estado de EE. UU. ha mostrado su «apoyo al pueblo georgiano y sus aspiraciones» y ha advertido de que en caso de aprobarse la polémica ley, esta «estigmatizaría y silenciaría las voces independientes» y a los ciudadanos de Georgia que quieren construir un futuro mejor.