Presentan programa de autorregulación para bares y restaurantes en Tijuana
Tijuana, Baja California, marzo 16.- “Cumplir con las normas oficiales garantiza la excelencia en la prestación de nuestros servicios” afirmó ante sus afiliados la directora de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), Dulce Arista Cortés.
Arista mencionó que para promover y defender los intereses de su industria, todo el sector debe cumplir con los lineamientos establecidos por las autoridades correspondientes, lo que requiere de una constante capacitación que los mantenga informados y actualizados.
Para tal efecto, en reciente reunión de trabajo contaron con la presencia del titular de la Comisión Estatal de para la Protección contra Riesgos Sanitarios, Erwin Areizaga Uribe, quien presentó el programa de autorregulación para bares y restaurantes, dando a conocer lo que concierne con el cumplimiento de la Norma Oficial Mexicana 251.
A través de este programa se busca prevenir los riesgos de contaminación en la preparación de alimentos, está dirigido a toda aquella persona que labore en restaurantes o bares.
Al respecto, el titular de la Coepris hizo énfasis en que, para evitar la descomposición de alimentos su manejo debe apegarse a lo establecido en las normas oficiales que establecen el correcto manejo de carnes, lácteos, frutas y verduras, asimismo el adecuado lavado de los utensilios de cocina que se requieren en la elaboración de los alimentos.
Habló además de cómo se debe utilizar el equipo de protección para los responsables de la elaboración de los alimentos, destacando entre ellos el uso de la malla para el cabello, el cubre bocas, la filipina o bata, el calzado adecuado y la higiene de manos constante; “esto independiente de las actualizaciones en las normas sanitarias por COVID-19”, destacó.
Informó que entre las fuentes más comunes de contaminación, que afectan la calidad de los alimentos, se encuentran principalmente los químicos de algunos productos de limpieza, asimismo agentes externos como plumas, aretes, o utensilios de cocina que se rompan y queden en los alimentos.
“El cuidado de la salud pública es un derecho fundamental de todo ciudadano y es nuestro deber respetarlo y hacerlo valer”, concluyó Areizaga Uribe.