
Plan Nacional de Desarrollo y la minería | Columna de Amat Zuluaga – El Heraldo
El gobierno nacional ha tenido una apuesta férrea en hacer transición energética de manera apresurada, proponiendo desincentivar la industria extractiva en el corto plazo. Un ejemplo importante, es la prohibición de nuevas licencias a la minería a cielo abierto del carbón (art. 186 del PND), como una solución para disminuir nuestras paupérrimas emisiones que ni siquiera son de este sector, puesto nuestro carbón es para exportar y tener dividendos, demasiado poco consumimos en Colombia.
Es una medida que se ha convertido en una obsesión tanto del presidente como de los ministerios, que no les permite ver oportunidades de desarrollo en regiones que dependen en más del 50% de ese sector industrial. Tenemos miles de desempleados de la mina de Prodeco en la Jagua de Ibirico y una desaceleración de la economía en todo el departamento del Cesar, llegando su capital a ser la #1 en informalidad en el país y, obviamente un impacto negativo muy fuerte en los municipios del corredor minero. La ingeniosa solución del gobierno es financiar proyectos de energía renovable que permita avanzar en la transición (PND, art. 185 y 190 comunidades energéticas), algo que puede sonar muy romántico, pero será que ¿es consciente el gobierno de cuántos empleados se necesitan en mediano y largo plazo en este tipo de proyectos? Estos proyectos de manera masiva no emplearían ni el 10% de los desempleados de Prodeco. Además, tampoco generan regalías ni impuestos a los municipios ni departamentos. Esto significa una sola cosa, tendremos una crisis tremenda en el Cesar si seguimos en este camino.
Afortunadamente, si hay salidas (aunque no alineadas con la obsesión del gobierno actual), deberíamos proponer la producción de energía a partir de nuestro propio carbón térmico, esto es energía a grandes escalas, barata y confiable, así podríamos crear cualquier tipo de industria debido a la disponibilidad de energía, se industrializaría el Cesar, generando desarrollo y empleo. ¿Pero y las emisiones de la quema de carbón?, le hemos tenido tanto miedo a esto que creemos que la solución es cerrar todo (como en la época medieval). Hoy día, tenemos tecnologías en la captura y almacenamiento de CO2 y varios campos depletados con potencial para recibir el CO2, y lo mejor de todo es que estas alternativas se pueden hacer en un corto-mediano plazo sin arriesgar nuestra economía.
Finalmente, no depender del sector mineroenergético no es igual a eliminarlo, todo lo contrario, debemos potenciar los otros sectores para que lo igualen y superen, así Colombia sería más prospera y en una autopista para salir del subdesarrollo. De lo contrario, haríamos lo de un papá jugando con sus hijos que agarra al más grande para que el pequeñito pueda ganar y no se sienta afligido.