María Kodama, centinela alerta del legado y los secretos de Borges
La traductora y escritora ha fallecido a los 86 aos vctima de un cncer de mama. Desde 1986 fue albacea de la obra del gran escritor argentino
Para sorpresa del respetable, Jorge Luis Borges y Mara Kodama se casaron el 26 de abril de 1986 en Ginebra (Suiza). Lo hicieron por poderes ante la Justicia paraguaya y Borges la declar su heredera universal, en un hecho no exento de polmica, ya que sus detractores la acusaron de haberle obligado a ello. Las malicias son as. l tena 87 aos. Ella, 48. Siempre la trat de usted.
Meses despus muri el escritor argentino en la ciudad a la que design como una de sus patrias. No era el primer matrimonio del autor de El Aleph. Borges se haba casado en septiembre de 1967, a los 68 aos, con Elsa Astete Miln. Aquello dur 36 meses, por decisin unilateral del escritor. As que fue Kodama, en verdad, quien ms cerca y ms tiempo se mantuvo junto a Borges, quien ms le ley al odo. Quien mejor lo conoci. Quien supo bien de la condicin dominante de la madre del genio, Leonor Acevedo Surez, que mantuvo a Borges en su tero hasta que ella abandon este perro mundo al cumplir el siglo; y fue a quien l ms dict cuando la ceguera pas de metfora a realidad.
Mara Kodama naci en Buenos aires. Hija de Mara Antonia Schweizer, de ascendencia suizo-alemana, inglesa y espaola, y del qumico japons Yosaburo Kodama. La partida de nacimiento marca el ao 37 del siglo pasado. El acta de matrimonio aloja una coquetera en este sentido: establece su primer vagido en el 41. La primera vez que se vieron (aunque Borges iba ya ganando penumbra en los ojos) fue en 1953, en una librera de la calle Florida de Buenos Aires. Ella tena 16 aos, l 54. Ella le cont que iba a estudiar Literatura y l la invit a estudiar juntos ingls antiguo.
Tiempo despus Kodama se licenci en literatura y se matricul en un curso que imparta el escritor. Y desde entonces se mantuvieron juntos para todo, tambin en algunas hazaas de carcter expedicionario. Estudiaron islands, viajaron por medio mundo, visitaron los zoos ms remotos, se retrataron con tigres. Borges haba dejado atrs su oscura condicin de bibliotecario, y la ms oscura humillacin de ser condenado a ejercer de inspector de aves en mercados por obra y gracia de Pern. Cuando emprende el vuelo con su joven compaera ya tena peana de dios impar.
Mara Kodama fue la prtiga para vivir plenamente los designios de ese destino cruzado entre una cultura vastsima, un final de hombre mtico y esa penltima certeza que atorment al poeta Borges, y que cifr en estos versos: «He cometido el peor de los pecados/ que un hombre puede cometer. No he sido/ feliz«. Desde la muerte del escritor, Kodama ejerci de centinela alerta de cualquier asunto que ocurriese vinculado a su marido. Se rode de abogados, de un clan de amigos inquebrantable. No exista papel borgiano que no conociese, que no controlase. Se convirti en el demonio de los editores desaprensivos. Y tambin en la guillotina de los ms pacientes. Se propuso que a Borges no lo empitonara el olvido. Y lo consigui. No slo porque los lectores son leales a este hombre, sino porque ella ha manejado la obra como si no hubiese nunca una meta.
Blind el legado del autor de Ficciones a travs de la fundacin que cre en 1988, donde se exhibe parte de la biblioteca, los manuscritos y los artefactos personales del autor de ‘Funes, el memorioso’. «La gente me dice que mi mayor trabajo es que la gente sienta que est vivo y ese ha sido mi trabajo durante 30 aos. Es decir, es dar tu vida por algo, y vos das tu vida solamente por algo que amas con locura; si no, no lo haces. Porque lo amo con locura, si no, no lo hara», explic.
Junto a Borges tradujo algunas obras como Atlas y Breve antologa anglosajona. Escribi un libro de relatos titulado, explcitamente, Relatos. Y en 2016 su Homenaje a Borges, donde dice: «Nuestra decantada relacin fue pasando a travs del tiempo por distintas facetas hasta culminar en el amor que nos habitaba (…) Ese amor del que fue dejando trazas a los largo de sus libros sin decrmelo, hasta que me lo revel».
Casi cada ao daba media vuelta al mundo para testar cmo iba el fervor por Borges. Y si detectaba una bajada de los pulsos en la admiracin y el valor al alza en la bolsa editorial de su marido se inventaba alguna estrategia para situarlo de nuevo en la cima de las atenciones, acumulando enemigos por el camino y mostrando alguna que otra cabeza adversaria en una pica.
Entre sus muchas diatribas, la de oponerse a la creacin de un Museo Borges en Buenos Aires es de las mejor batalladas. El 4 de diciembre de 2019 rechaz oficialmente la propuesta del entonces presidente de Argentina, Alberto Fernndez. El museo tendra, entre otras mercancas, un conjunto de manuscritos donados por el empresario Alejandro Roemmers. Kodama sostuvo que parte de ese material haba sido sustrado de la casa del escritor por una empleada domstica y puso de nuevo en la lumbre el caldero de la polmica.
Tuvo claro el papel de albacea, como tambin mantuvo hasta el final de la vida de Borges una delicada actitud de guardaespaldas que no levantaba jams el puo ni la voz, pero saba mantener a todo el que se acercaba a raya. «La mejor enseanza que me ha dejado Borges es disfrutar de la vida, que la vida es maravillosa. Viajbamos mucho, estudibamos muchos idiomas…Todo era muy divertido, nos lo pasbamos muy bien. La vida era un juego con l«, deca. El cncer acab primero con el genialsimo escritor y ahora con ella. Un cncer de mama en su caso. Una enfermedad que, como Borges, haba confesado a muy pocos, quiz a casi nadie, pues cuando la enfermedad no se anuncia tampoco exige responder a los cumplidos, ni soportar prematuras compasiones.
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