Italia quiere construir el puente colgante más largo del mundo
(CNN) — Hay un dicho popular en italiano -similar al que usan los anglófonos «when hell freezes over»- que se traduce como «lo haré cuando esté terminado el puente de Mesina».
El sueño de un puente que conectara la península con Sicilia a través del estrecho de Mesina se remonta a la época romana, cuando el cónsul Metelo unió barriles y madera para trasladar 100 elefantes de guerra de Cartago a Roma en el año 252 a.C., según los escritos de Plinio el Viejo.
Desde entonces, varios planes, incluida una idea efímera de construir un túnel, han ido y venido, como el agua bajo el puente.
Si se construyera, el puente sobre el estrecho de Mesina tendría una longitud de 3,2 kilómetros y sería el puente colgante más largo del mundo.
Ahora, el enorme proyecto de ingeniería podría hacerse realidad gracias a un decreto aprobado por el Gobierno de Giorgia Meloni el mes pasado, después de que el ministro de Transportes, Matteo Salvini, reviviera un plan impulsado por última vez cuando Silvio Berlusconi era primer ministro.
En 2006, la licitación para construir el puente se adjudicó a un consorcio liderado por la empresa italiana Salini Impregilo, ahora llamada WeBuild. Cuando el Gobierno de Berlusconi cayó ese año, los planes de construir el puente se vinieron abajo con su gobierno después de que el siguiente primer ministro, Romano Prodi, lo considerara un despilfarro de dinero y un riesgo para el medio ambiente.
Desde entonces, varios gobiernos han intentado reactivarlo, y la actual coalición gobernante de Meloni, Salvini y Berlusconi lo incluyó en su lista de promesas electorales. Cuando Salvini se convirtió en ministro de Transportes, lo convirtió en su prioridad, apostando su legado al puente.
WeBuild, que aún tiene sobre el papel la adjudicación de la licitación, demandó al Gobierno por incumplimiento de contrato tras la paralización del proyecto, pero sigue siendo la empresa con más probabilidades de que se le devuelva el trabajo a pesar de las «manifestaciones de interés de todo el mundo, incluida China», dijo Salvini a la Asociación de la Prensa Extranjera en Roma en marzo, cuando presentó el plan.
«Los que ganaron la licitación de 2006 son los que con mayor probabilidad continuarán con la versión final del proyecto», dijo, sin nombrar directamente a WeBuild.
El director de Ingeniería de WeBuild, Michele Longo, fue invitado al Parlamento para hablar del plan renovado el 18 de abril.
«El puente sobre el estrecho de Mesina es un proyecto que puede empezar a construirse inmediatamente. En cuanto se restablezca y actualice el contrato, el proyecto podrá comenzar», declaró Longo al Parlamento. «Se espera que el diseño ejecutivo lleve ocho meses, mientras que el tiempo necesario para construir el puente será de algo más de seis años».
El coste del proyecto es de 4.500 millones de euros (US$ 4.960 millones) sólo para el puente y de 6.750 millones de euros (US$ 7.400 millones) para la infraestructura de apoyo a ambos lados, que incluye la mejora de las conexiones por carretera y ferrocarril, la construcción de terminales y los trabajos previos en el terreno y el lecho marino para «reducir los riesgos hidrogeológicos» durante la construcción, según el plan presentado al Ministerio de Transportes.
Desde 1965, ya se han gastado 1.200 millones de euros (US$ 1.300 millones) de fondos públicos en estudios de viabilidad, según el Ministerio de Hacienda italiano. A Salvini le gusta decir que costará más «no construir el puente que construirlo».
Las líneas de falla y la mafia
Los planes pueden parecer muy avanzados, pero los retos son complejos.
El sur de Italia es propenso a la corrupción, con dos grandes sindicatos del crimen organizado -la ‘Ndrangheta calabresa y la Cosa Nostra siciliana- que destacan por infiltrarse en los proyectos de construcción.
La reciente detención del jefe de la Cosa Nostra, Matteo Messina Denaro, tras 30 años prófugo en Sicilia, representó una victoria.
Denaro estaba en contra de la construcción del puente, al igual que otros jefes mafiosos, según el testimonio de informantes que contribuyeron a la detención de Denaro, en parte porque los sindicatos del crimen organizado se alimentan de la pobreza y el subdesarrollo.
A pesar de ello, los temores persisten. Un estudio antimafia del centro de estudios Nomos, publicado hace 20 años y que ahora se actualiza, advertía que algunas partes del proyecto, como el transporte y el suministro, podrían caer bajo control criminal, además de existir la posibilidad de que las mafias locales exigieran dinero por protección.
Salvini ha restado importancia a las preocupaciones. «No temo infiltraciones criminales», dijo recientemente al Parlamento, «podremos garantizar que las mejores empresas italianas, europeas y mundiales trabajen allí. Habrá organismos de supervisión en los que estamos trabajando por cada euro invertido en el puente».
También hay problemas geofísicos que pueden ser aún más difíciles de afrontar.
El estrecho de Mesina se encuentra en una falla sísmica donde un terremoto de 7,1 grados en 1908 mató a más de 100.000 personas y provocó tsunamis que devastaron las zonas costeras de Calabria y Sicilia. Sigue siendo el evento sísmico más mortífero registrado en Europa hasta la fecha.
Las aguas también son turbulentas. Las corrientes son tan fuertes que a menudo arrancan las algas del fondo marino, y cambian cada seis horas, según la NASA, que señala que los fuertes patrones de las olas son visibles desde el espacio.
Según el plan original de WeBuild, que es el único que se está estudiando actualmente, ya que no se han abierto las ofertas y puede que no se abran, el tablero del puente se construiría para resistir vientos de hasta 300 kilómetros por hora, y podría permanecer abierto al tráfico con vientos de hasta 150 kilómetros por hora.
Habría tres carriles para vehículos en cada sentido: dos para el tráfico y uno para emergencias, con vías de tren en medio. Según el plan actual, podrían pasar 6.000 automóviles y camiones cada hora, y 200 trenes al día.
El puente estaría a unos 74 metros sobre el nivel del mar y tendría un canal de navegación de 600 metros, lo que permitiría el paso de buques de carga e incluso de los cruceros más altos. También estaría diseñado para resistir un terremoto de magnitud 7,5, ligeramente más fuerte que el devastador de 1908.
Sólo la fase de construcción aportaría 2.900 millones de euros al PIB nacional y daría empleo a 100.000 personas y 300 proveedores, declaró Longo al Parlamento, añadiendo que «la mayoría de estas personas procederían de las regiones de Sicilia y Calabria, donde las tasas de desempleo son elevadas».
En cuanto a los retos geográficos, Longo declaró a CNN que se trata de «uno de los estrechos de agua más dinámicos que existen entre las profundidades y las corrientes, pero también es una de las zonas más estudiadas. Hay millones de páginas de estudios dedicados a esta zona. Los hemos leído todos». Sobre los peligros de que el crimen organizado se involucre dijo que «nada es imposible, pero esto es de bajo riesgo».
«Devastador» para la fauna
Los ecologistas llevan tiempo argumentando que el puente sería devastador para el terreno y la fauna.
«En el estrecho de Mesina, un lugar de tránsito muy importante para aves y mamíferos marinos, se concentra una de las mayores biodiversidades del mundo», afirma un portavoz del grupo Legambiente, que añade que el puente -tanto durante como después de su construcción- interrumpiría las rutas migratorias entre África y Europa.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) también ha hecho campaña contra la reactivación del proyecto. «Toda la zona del estrecho de Mesina es un área protegida por la Directiva de Hábitats de la Unión Europea», declaró en un comunicado el director de Relaciones Institucionales del WWF, Stefano Lenzi. Ya en 2006, antes de que se archivara el plan, el grupo estaba preparando una demanda para intentar detenerlo por infringir las zonas protegidas de la Unión Europea.
Los grupos ecologistas sostienen que el ferry de media hora es la ruta menos perturbadora.
Salvini insiste en que el impacto económico tras el puente sería indiscutiblemente alto, y afirma que los buques de carga procedentes de Asia podrían atracar en Sicilia y esas mercancías podrían transportarse en trenes de alta velocidad a Europa, una vez que se construyan vías de alta velocidad en Sicilia, aunque actualmente no existen.
La opinión pública a ambos lados del estrecho sigue siendo heterogénea: los que están en condiciones de prosperar gracias al aumento del comercio y la facilitación del turismo lo apoyan en general, y los que no tienen inconveniente en mantener aislada a Sicilia se oponen en gran medida.
El puente nunca ha estado tan cerca de construirse como ahora, después de que Meloni firmara el decreto que allana el camino para poner en marcha planes concretos. El decreto se convertirá en ley en junio, y Salvini dijo que espera poner la primera piedra en julio de 2024.
El estrecho de Mesina se asocia desde hace mucho tiempo a aguas turbulentas. Por algo Homero creó allí la guarida de los monstruos marinos Escila y Caribdis. Y aunque los únicos monstruos sean ecológicos y criminales, no cabe duda de que, pase lo que pase, para algunos el sueño de construir el puente de Mesina no se acabará hasta que esté terminado.