Museo de Barcelona abre debate sobre la vigencia del marqués de Sade
▲ Retrato del marqués de Sade, 1760-1762. Fonds de Dotation Jean-Jacques Lebel, Musée d’arts de Nantes / Charles Amédée Philippe van Loo.Foto cortesía CCCB
Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 12 de mayo de 2023, p. 4
Madrid. El marqués de Sade es quizás el escritor más inquietante, repudiado y, al mismo tiempo, admirado de la historia contemporánea de la literatura. Durante dos siglos su obra ha sido prohibida, a la vez que se le ha venerado como un pensador de culto y transgresor; incluso, ha sido visto como revolucionario liberador y, a la vez, como enfermo mental con brotes de violencia y de salvajismo sexual. El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) inauguró la exposición Sade: La libertad o el mal, en la que analiza desde la mirada de artistas e intelectuales la influencia que ha tenido este pensador heterodoxo en los dos siglos pasados.
La exposición es la primera en la historia del museo en la que se prohíbe de forma expresa la entrada a menores de edad. Es un sino que ha acompañado a la obra de Sade; tanto cuando vivía en la segunda mitad del siglo XVIII e inicios del XIX, como tras su muerte, en la que se prohibieron de forma expresa algunos de sus libros más importantes y, al mismo tiempo, transgresores y crudos, como Justine o Los 120 días de Sodoma.
Para analizar la figura del marqués de Sade en pleno siglo XXI, el museo barcelonés decidió, de la mano de los curadores, Alyce Mahon y Antonio Monegal, hacer un recorrido más o menos cronológico de la forma en la que la obra de Sade influyó en artistas y pensadores, desde el siglo XIX, cuando era un escritor repudiado y apestado, hasta nuestros días, pasando por el siglo XX, en el que se logró resarcir su obra gracias a la veneración que le prodigaron algunos de los impulsores de las vanguardias, como los surrealistas, con André Breton a la cabeza.
La exposición sobre Donatien-Alphonse-François (1740-1814), conocido como el marqués de Sade, es un ejemplo de que su figura ambivalente y controvertida sigue provocando fascinación y, al mismo tiempo, repulsa e incomodidad. Las reiteradas censuras a sus obras, ya sea porque se consideran zoofílicas, incestuosas, pedófilas o incluso que hacen apología del asesinato y la violación, se mantienen vigentes en algunos países del mundo, como Corea del Sur, que vetó hace sólo 10 años la publicación de la mayor parte de sus libros. A la fecha, las películas inspiradas en su obra, como las que realizó el cineasta italiano Pier Paolo Pasolini, siguen teniendo muy difícil su exhibición pública.
De Apollinaire a Margoles
De ahí la pertinencia de la exposición, que recorre la obra del marqués de Sade a través de artistas que han bebido de su ideario transgresor, entre los que se encuentran Guillaume Apollinaire, Georges Bataille, Salvador Dalí, Toyen, Man Ray, Pasolini, Jean Benoît, Jean-Jacques Lebel, Marcelo Brodsky, Robert Mapplethorpe, Pierre Molinier, Susan Meisales, Shu Lea Cheang, la mexicana Teresa Margoles, Joan Morey, Kara Walker, Albert Serra y Candela Capitán.
La curadora Alyce Mahon explicó que “la exposición presenta distintas maneras de leer el legado de Sade. Desde el impacto que han tenido sus polémicos escritos en artistas e intelectuales hasta cómo se convierte en ícono cultural con evidente presencia en la cultura de masas.
La abundante producción cultural que se refiere directa o indirectamente a Sade es un síntoma de la fascinación, incomodidad y ambivalencia que sus ideas provocaron en el siglo XX, de su potencial subversivo y de la medida en que sus escritos resuenan hoy día. Así que la exposición invita a revisar estereotipos, como los asociados con el término sadismo, y a reflexionar sobre cómo Sade puede provocar conmoción y escándalo, por un lado, y por otro ser aclamado como la personificación de la revolución.
La exposición está dividida en seis partes: un prólogo, un epílogo y cuatro áreas temáticas o pasiones
, como se les denominó en alusión al léxico que empleó Sade en su obra Los 120 días de Sodoma.
Las cuatro pasiones
buscan desentrañar y mostrar sin tapujos el legado del escritor francés, que murió en la indigencia en un centro siquiátrico después de haber sido encarcelado durante más de 13 años. De modo paralelo a la exposición se realizarán otras actividades en el museo, como charlas, coloquios y performances.
La exposición Sade: La libertad o el mal se puede apreciar en el CCCB de Barcelona a partir de hoy y hasta el próximo 15 de octubre.