Ucrania desmiente la última afirmación de Wagner de que las fuerzas rusas han capturado Bakhmut
(CNN) — El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, negó que Bakhmut haya caído en manos de Rusia, después de que el jefe del grupo mercenario Wagner afirmara que sus fuerzas habían tomado el control total de la ciudad del este ucraniano tras meses de combates brutales.
«La operación para capturar Bakhmut duró 224 días», dijo Yevgeny Prigozhin en un video publicado en Telegram el sábado, buscando declarar una victoria final en la ciudad.
CNN no pudo verificar de forma independiente la afirmación de Prigozhin, que ha sido rebatida por la parte ucraniana.
«El presidente ha negado que Bakhmut haya sido tomada», declaró posteriormente a CNN Sergiy Nykyforov, portavoz de Zelensky.
Zelensky se reunió el domingo con el presidente de EE.UU., Joe Biden, al margen de la cumbre del Grupo de los Siete (G7) en Japón, donde los periodistas le preguntaron si Rusia había tomado la ciudad.
«Creo que no», respondió, pero reconoció que quedaba poco.
«No queda nada. Lo han destruido todo. No hay edificios. Es una pena, es una tragedia, pero por hoy Bakhmut solo está en nuestros corazones», dijo Zelensky.
La viceministra de Defensa ucraniana, Hanna Maliar, publicó un mensaje de Telegram menos de una hora después de que se conociera la afirmación del mercenario ruso y admitió que la situación en Bakhmut era «crítica», pero dijo que las tropas ucranianas seguían «manteniendo la defensa» en un distrito en el extremo más occidental.
«A partir de ahora, nuestros defensores controlan ciertas instalaciones industriales y de infraestructura en la zona y el sector privado», dijo.
En una actualización posterior, las Fuerzas Armadas de Ucrania dijeron: «Las batallas por la ciudad de Bakhmut continúan».
Moscú ha puesto enormes cantidades de mano de obra, armamento y atención en la ciudad, pero durante meses no ha logrado doblegar una tenaz resistencia ucraniana que había superado la mayoría de las expectativas.
En su último mensaje, Prigozhin afirmó que sus fuerzas entregarán el control de la ciudad a los militares rusos el jueves.
«Hasta el 25 de mayo, la inspeccionaremos por completo, crearemos las líneas de defensa necesarias y se la entregaremos a los militares para que sigan trabajando, y nosotros mismos iremos a los campamentos de campaña», dijo.
Wagner recibió un mensaje de elogio del presidente Vladimir Putin.
«Vladimir Putin felicita a los destacamentos de asalto de Wagner, así como a todas las unidades de las Fuerzas Armadas rusas, que confirmaron la presencia y el cierre de los flancos, por la finalización de la operación de liberación de Artemovsk», informó la agencia estatal rusa de noticias TASS, según el Kremlin, utilizando el nombre soviético-ruso de Bakhmut.
Sin embargo, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se mostró más escéptico sobre las afirmaciones más recientes.
«Creo que corresponde a las autoridades ucranianas declarar la evolución de sus fuerzas sobre el terreno, por lo que en este momento me mantendré extremadamente prudente», dijo Macron en la ciudad japonesa de Hiroshima, al margen de la cumbre del G7.
La operación «muestra la dificultad del ejército ruso para avanzar» sobre la ciudad, añadió Macron.
Una batalla que se convirtió en una «picadora de carne»
Bakhmut se encuentra al noreste de la región de Donetsk, a unos 13 kilómetros de la región de Luhansk, y ha sido objetivo de las fuerzas rusas durante meses.
Donbás, la vasta extensión de terreno industrial en el este de Ucrania que abarca las regiones de Luhansk y Donetsk, ha sido el principal foco de los esfuerzos bélicos de Rusia desde la primavera pasada, después de que fracasara su arremetida inicial contra Kyiv y el centro de Ucrania.
La batalla ha sido comparada con el tipo de combate de la Primera Guerra Mundial, con soldados luchando en un paisaje infernal de barro y trincheras, y con árboles y edificios destrozados por el fuego de artillería.
Aunque las fuerzas rusas han continuado su lento avance calle por calle en Bakhmut durante muchos meses, en las dos últimas semanas las fuerzas ucranianas han conseguido reconquistar pequeñas partes de territorio en poder de las tropas rusas en el noroeste y suroeste de la ciudad.
De confirmarse, la captura de Bakhmut por Rusia supondría la primera victoria del país en meses, aunque lo cierto es que el simbolismo de la ciudad siempre ha pesado más que su importancia estratégica.
Las fuerzas rusas, reforzadas por miembros del grupo mercenario Wagner, han sufrido grandes pérdidas al intentar capturar la ciudad.
No hay cifras oficiales de bajas, pero a principios de este año una fuente de la OTAN declaró a CNN que calculaban que por cada soldado ucraniano muerto en la defensa de Bakhmut, Rusia había perdido cinco.
La batalla también ha puesto de manifiesto una extraordinaria división entre las fuerzas rusas, ya que Prigozhin acusó en un momento dado a una brigada rusa de abandonar su posición en la ciudad y arremetió varias veces contra el Ministerio de Defensa por la falta de munición.
Prigozhin, que ha ido ganando importancia a lo largo de la guerra, comparó el campo de batalla con una «picadora de carne».
Si se confirma la caída de Bakhmut, sería un indudable espaldarazo para Prigozhin, que recientemente anunció que sus hombres se retirarían por completo porque la disminución de los suministros de munición y las crecientes pérdidas significaban que no quedaba «nada con qué moler la carne».
Durante la primera parte de 2023, las rutas hacia Bakhmut habían ido cayendo gradualmente bajo el control de las fuerzas rusas y la batalla por la ciudad se había convertido en un pulso constante, en el que las fuerzas ucranianas repelían docenas de asaltos cada día.
En lugar de avanzar directamente hacia el centro de la ciudad, las tropas de Wagner intentaron rodearla en un amplio arco desde el norte.
En enero tomaron la cercana ciudad de Soledar, y más tarde una serie de pueblos y aldeas al norte de Bakhmut, haciendo cada vez más peligrosa la defensa ucraniana de la ciudad.
Pero incluso cuando las tropas de Moscú cerraron el cerco y la mayoría de los residentes huyeron a través de peligrosos corredores de evacuación, un pequeño grupo de civiles ucranianos permaneció en la ciudad en ruinas. Antes de la guerra, unas 70.000 personas vivían en Bakhmut, ciudad antaño famosa por su vino espumoso.
En marzo, la población era inferior a 4.000 habitantes y la mayor parte de la ciudad, que solía ser próspera, ha quedado reducida a cenizas y escombros.